Las pruebas que hasta la fecha solamente ha presentado la oposición venezolana, demuestran que Edmundo González Urrutia es el presidente electo. La posibilidad de repetición de elecciones en Venezuela solo oxigena al régimen de Maduro y le da la oportunidad de perfeccionar el fraude en la nueva oportunidad.
Plantear la repetición de los comicios presidenciales es solamente una muestra de que la comunidad internacional no entiende la dimensión de la crisis que padece Venezuela en manos, no de un gobierno o ni siquiera régimen, sino de una organización criminal trasnacional capaz de cualquier acción con tal de mantenerse en el poder.
Una vuelta a las urnas electorales solamente permitiría al régimen de afinar sus mecanismos represivos, impidiendo a costa —de lo que sea— que la oposición se haga de una sola de las actas de totalización de las mesas de votación. Esta estrategia fue la que permitió que los llamados “comanditos” recopilaran los comprobantes y las publicaran casi de inmediato en una página web.
Una prueba irrefutable, toda vez que especialistas y organismos como el Centro Carter y el panel de expertos de la ONU, certificaron la autenticidad de las actas dadas a conocer por la oposición venezolana.
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La respuesta criminal a la disidencia
Desde el momento en que el CNE ofreció los inverosímiles resultados, el pueblo venezolano, así como organizaciones políticas opositores y diversos grupos civiles, salieron a protestar masivamente y a denunciar la comisión de un fraude electoral.
La respuesta gubernamental a estas manifestaciones ha sido el uso de la fuerza bruta que, a la fecha, se traduce en 23 muertos, más de 2400 detenidos, allanamientos, encarcelamiento, persecución y tortura de disidentes.
Pero la naturaleza criminal del régimen de Maduro no es un hecho que pregonan únicamente sus opositores, pues voces surgidas del propio chavismo, así lo manifiestan. Por ejemplo, Rafael Ramírez, exministro de Petróleo y expresidente de PDVSA en la gestión de Hugo Chávez, sostiene que el caos venezolano es absoluta responsabilidad de Nicolás Maduro.
Ramírez asegura que “El fraude no solo fue el 28 de julio. Maduro viene trabajando en ello, en vulnerar el sistema electoral, desde que designó a Elvis Amoroso en 2023, desde que secuestraron las tarjetas de 10 partidos, desde que impusieron las inhabilitaciones políticas; el 28 lo que hubo fue la consumación de un fraude que se venía preparando hace tiempo”.
A esto, Ramírez agrega: “Maduro se estaba preparando para hacer esta trampa, pero todo le salió mal, porque fue abrumadora la mayoría de gente que votó en su contra, incluso gente del gobierno, el pueblo, gente del Ejército, los chavistas. Todo el mundo votó contra él. Todo el mundo quiere que se vaya y lo están expresando electoralmente, por eso es muy grave que él desconozca todo esto, porque se legitima como un dictador”.
Postura blanda frente a Maduro
Tanto Nicolás Maduro como Edmundo González Urrutia de la mano de María Corina Machado, sostienen desde la madrugada del 29 de julio que ganaron las elecciones. La diferencia entre una proclamación y otra es que solamente el segundo ha mostrado las evidencias que sustentan su afirmación. Maduro ni su vocería en el CNE muestran las actas y dejaron la decisión en manos de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia bajo su control.
El presidente Brasil Luiz Inácio Lula Da Silva asomó la posibilidad de que se repitan los comicios y así solucionar el conflicto. La propuesta no es suya, sino de su principal asesor de política exterior, Celso Amorim. Sin embargo, cuando este último habló ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de su país, dijo que Brasil no ha propuesto formalmente una nueva elección en Venezuela.
De hecho, para los senadores conservadores allí reunidos, tal posibilidad de repetición de comicios no es más que una manera del gobierno de Lula de favorecer a Nicolás Maduro con una postura blanda frente a este.
Cuando interpelaron a Amorim por ejemplo, acerca de las acciones de Brasil por los líderes opositores encarcelados, este dijo que se ofreció a enviar un avión para recoger a seis miembros de la oposición asilados en la embajada argentina, ahora bajo bandera brasileña.
Otra alternativa brasileña: gobierno de coalición
Lo cierto es que el presidente de Brasil, a diferencia de otras ocasiones, no ha reconocido la victoria de Nicolás Maduro y exige la publicación del desglose de resultados de todas la mesas y centros de votación. “Maduro sabe que le debe una explicación a Brasil y al mundo”, dijo el mandatario brasileño, entre tanto un coro de países, voceros y organizaciones del mundo así también lo exigen desde que el CNE leyó el primer boletín que declaró ganador a Maduro.
Lula Da Silva, aunque insiste en la divulgación de las actas por parte del CNE, también propuso la conformación de un gobierno de coalición como alternativa de solución y desde esa plataforma convocar nuevas elecciones con un comité electoral no partidista.
“Hay varias salidas. Una es un gobierno de coalición, un gobierno de coalición con la oposición. Hay mucha gente que está en mi gobierno que no votó por mí y otros sí. Todo el mundo va a participar de un gobierno [de coalición] (…) Ahora hay un desacuerdo (…) entre aquellos que quieren que diga que la oposición fue victoriosa, yo no puedo decir que fue victoriosa porque no tengo datos y mucho menos puedo decir que Maduro fue victorioso porque no tengo datos”, se pronunció el mandatario brasileño.
Y agregó: “Maduro tiene seis meses de mandato. Si tiene sentido común, incluso podría convocar unas nuevas elecciones, creando un comité electoral con miembros de la oposición y observadores del mundo entero”.
María Corina Machado: “ya hubo elecciones”
La respuesta de María Corina Machado a este planteamiento es tajante: “La elección ya se llevó a cabo. Hay que hacerle saber a Maduro que el costo de su permanencia crece cada día que pasa”. Lo cierto es que hasta en el propio oficialismo la repetición de elecciones tampoco parece tener acogida.
Otro que se niega a la posibilidad de realizar nuevas elecciones es gobierno de Uruguay. El presidente Luis Lacalle Pou fue uno de los primeros en reconocer el triunfo de Edmundo González Urrutia, por lo que su administración exige que se respete el resultado que las actas mostradas por la oposición comprueban.
Ante la propuesta brasileña, fue el canciller uruguayo, Omar Paganini, el encargado de transmitir la posición del país suramericano: “No compartimos las propuestas que contemplan como ‘salida’ a la crisis un nuevo acto electoral y, mucho menos, en momentos en el que el régimen reprime con violencia a la oposición y promueve una nueva ley que restringe la libertad de asociación, de expresión, de prensa y de participación pública de los ciudadanos”.
Biden: sí pero no
A lo enrevesado de la situación venezolana, se suma el hecho de que este jueves, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, manifestara su apoyo a la propuesta de repetición de los comicios, tal como lo sugirió su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula Da Silva. A los periodistas que le preguntaron si apoya una nueva elección en Venezuela, dijo “sí apoyo”.
Manifestó en ese momento que Maduro podría convocar unos nuevos comicios en los que participen, esta vez, observadores internacionales. Sin embargo, poco después la Casa Blanca recogió tales declaraciones y dijo que el mandatario se había confundido y malinterpretó la pregunta.
Un portavoz del gobierno estadounidense aclaró que Biden en realidad se refería a lo absurdo de que Nicolás Maduro no haya publicado las actas de votación de los comicios del 28 de julio cuando se proclamó vencedor. En este sentido, la vocería de la Casa Blanca reiteró la posición sostenida hasta ahora: el ganador fue Edmundo González Urrutia, según lo revelan las actas obtenidas por la oposición.
Se conoció también que Biden acordó con el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, trabajar en la búsqueda de una solución a la crisis poselectoral en Venezuela.
Petro: alternarse en el poder
Los presidentes de Brasil, Colombia y México median para solucionar la crisis postelectoral en Venezuela
Junto a Lula Da Silva, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha liderado la campaña de mediación para encontrar una solución concertada a la crisis desatada. Y es que el mandatario neogranadino, se negó a aceptar los resultados oficiales sin respaldo ofrecidos por el CNE.
Pese a la afinidad ideológica que el brasileño y el colombiano mantienen con Maduro, parecen sopesar las consecuencias que para sus países podría tener una nueva oleada de migrantes desatada con la permanencia del chavismo en el poder.
Gustavo Petro manifestó a través de la red social X que el PSUV, partido gobernante en Venezuela, así como la oposición, podrían negociar temporalmente el poder. Esta fue una fórmula utilizada en Colombia en el siglo XX.
La angustiante espera
Junto a Brasil y Colombia, estuvo hasta hace poco México, trabajando en procura de una solución a la crisis venezolana, pero el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, optó por su retiró de la iniciativa.
AMLO dijo que no participaría por ahora en las conversaciones, sino que esperaría el pronunciamiento del Tribunal Supremo de Justicia, ignorando por completo la falta de independencia de poderes públicos imperante en Venezuela.
Pasa por alto el mandatario azteca, que la crisis venezolana parte del hecho de que el Poder Ejecutivo ejerce un control absoluto de toda la institucionalidad que solamente responde a sus intereses.
Entretanto, la crisis continúa y con ella la angustia de los venezolanos, quienes deberán seguir en espera de que su voluntad soberana expresada en las urnas electorales se respete.
Para este fin de semana está programada una reunión de líderes latinoamericanos en República Dominicana para discutir la crisis venezolana y buscar una propuesta de solución a la misma. El encuentro se llevará a cabo aprovechando que muchos presidentes y jefes de estado se darán cita en la isla para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de ese país.
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