Por Clarisa Ponce
Opinión
Carlos Heberto Méndez Jiménez es un marchante venezolano que se hizo millonario a costa de los recursos públicos que le facilitaron los Salas Römer, la familia que gobernó el estado Carabobo por tres décadas. Ahora, es el CEO de EVTV Miami, un canal de televisión que se presenta como opositor, pero que en realidad es una fachada para lavar dinero y mantener contactos con el régimen.
De vendedor de celulares a testaferro de los Salas Römer
Méndez comenzó su carrera vendiendo celulares, pero pronto se convirtió en el socio y testaferro de los Salas Römer, quienes le otorgaron contratos, proveedurías y pólizas de seguros durante su gestión. Así, los Salas lograron acumular una fortuna de al menos 4 mil millones de dólares, parte de la cual, Méndez ha disfrutado de algún modo en su vida de lujos y excesos.
En las redes sociales, Méndez se muestra como un hombre fitness, que se divierte con entrenadores y fiestas. Sin embargo, su verdadero rostro es el de un vejestorio que se aprovecha de hombres y mujeres jóvenes y que no tiene escrúpulos para enriquecerse a costa de los demás.
De lavadora de dinero a medio del interinato
Mediante artimañas, Méndez se apropió de EVTV Miami, un canal de televisión dirigido a los venezolanos en el exterior, que se dice opositor, pero que en realidad es una lavadora de dinero que los Salas Römer se robaron en Venezuela. Además, el canal recibió fondos del interinato de Juan Guaidó, quien le aportó recursos para utilizarlo como medio para distribuir la señal de Telesur hacia Latinoamérica.
Por esta razón, el Ministerio Público dictó orden de captura, bloqueo de cuentas e incautación de bienes contra Méndez y otras personas que formaron parte de la comisión opositora que buscaba tomar el control de Telesur, por órdenes de Guaidó, quien se autoproclamó presidente interino de Venezuela en 2019.
De canal en crisis a opositor falso
Tras la caída de Guaidó, EVTV perdió la beca de 300.000 $ que recibía e EEUU y entró en una profunda crisis financiera. El canal tiene baja sintonía, mala programación y una fama de difamadores. Nadie quiere darle crédito a Méndez en Miami, nadie quiere anunciar en su canal y nadie quiere hacer intercambios con él. Méndez está quebrado y desesperado por conseguir dinero.
Además, es un falso opositor, que se lucra con la oposición venezolana, pero que tiene contactos cercanos y frecuentes con jóvenes empresarios vinculados al alto gobierno venezolano. Méndez es un traidor que juega a dos bandas y que no le importa el sufrimiento del pueblo venezolano.
Méndez ya no disfruta de los lujos que tenía antes, ahora anda en un carro corriente, después de haber tenido unos carros muy lujosos y de altísima gama. Ahora anda en un carro sencillo y se ha venido a menos. Se trata no más que del chulo mayor, que se enriqueció con los Salas Römer y el interinato, pero que ahora está en la ruina y en la mira de la justicia.
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