A continuación Descifrado.com publica un texto aparecido el jueves 9 de septiembre pasado en la Carta Semanal Descifrado. Los secretos del poder detrás del trono de Wilmer Ruperti:
Wilmer Ruperti, el hombre que tiene la exclusividad de los contratos del transporte marítimo de residuales (fuel oil) desde Venezuela, ha entrado por la puerta grande en el nuevo poder económico bolivariano. Ya se puede decir. Es uno de los máximos representantes de la nueva Boliburguesía. La medalla con la que el presidente Chávez lo condecoró por su contribución en la ruptura del llamado bloqueo petrolero, la muestra con orgullo a propios y extraños. La medalla es una insignia, como también lo es ahora la negociación que ha emprendido para adquirir Puma TV, como parte de una operación de múltiples intereses en la que la cabeza visible es el presidente de PDVSA, Alí Rodríguez Araque.
El reporte Lloyd’s List lo llama el nuevo Rey Midas venezolano. O «Rey Midas moderno». Posee dinero, aviones, tanqueros, amigos influyentes, pero también demasiados enemigos. De todos modos, más que el petróleo, más que los buques, más que el fuel oil, lo que cuenta para Ruperti son las conexiones. Los amigos, que son muchos, incluyendo al propio presidente Hugo Chávez, por quien apostó a que ganaba el referendo revocatorio. Su otro activo es su pericia en el negocio marítimo, en las finanzas de su negocio, y en el conocimiento de las rutas y el tráfico. Nadie lo niega. Es un experto. De capitán en 1987, ahora es dueño de flotas .
Unos dicen que la riqueza súbita de Ruperti es producto de su astucia y osadía para meterse en negocios de alto riesgo. Se formó en el exterior. Pasó por PDVSA y de allí saltó para abrir su propia compañía. Fletes bajos y mucho riesgo, son parte del secreto de su éxito. Ruperti ya tenía suficiente dinero cuando se metió a trabajar con el gobierno de Chávez. Pero sus agallas y ambiciones son inmensas. Quienes conocen su trabajo como marino lo respetan, ya que lo consideran un verdadero genio en el movimiento mundial de buques y tanqueros petroleros. También tiene enemigos jurados, como el capitán de navío Luis Salazar, un tipo obsesivo, violento y mal hablado cuya cordura está en duda, y a quien se le ha escuchado que busca a Ruperti para “meterle un tiro en la frente”. Salazar culpa a Ruperti de que la compañía para la cual trabajaba no obtuviera contratos con PDVSA y, en consecuencia, lo despidieran de su cargo como gerente de buques petroleros. En el trabajo de llevar y traer petróleo y derivados por el mar, muchos de los competidores de Ruperti cuestionan su forma de hacer negocios.
Sin embargo, ahí está. Su apoyo al Gobierno en tiempos del paro petrolero, originó que empresas quedaran fuera de los contratos de transporte, y fue Ruperti el que ocupó los espacios que otros dejaron, bien por sumarse a la huelga, o bien por aislarse. Ahora nadie lo duda, con siete buques petroleros, su flota es todo un poder, y lo será más cuando la amplíe con dos nuevos tanqueros. Para PDVSA será imprescindible. Tanto, que la influencia de Ruperti es clave para los planes futuros de Petroamérica, y para los planes energéticos de Chávez y Kirchner. Petrocaribe es parte también de ese plan. Y en ambos casos, el negocio estará en las rutas. PDVSA tiene el petróleo y Ruperti la flota.
Nació en el estado Trujillo. Los que lo conocen dicen que su edad no supera los 44 años. Reúne las características del estereotipo del nuevo empresario bolivariano. Ropa cara, muchas joyas, poco glamour. Si se pudiera precisar quiénes han tomado las “colitas” en el avión de Ruperti el país entero recibiría una sorpresa. El exclusivo mundo del golf está entre sus áreas de influencia. Es socio de la mayoría de los clubes, donde se codea con la crema y nata de la sociedad venezolana y con la élite empresarial.
En política varios partidos y conocidas personalidades estarían recibiendo gustosos la ayuda de Ruperti, especialmente en el MVR, PPT y Acción Democrática, donde tiene emisarios colocados cerca de los círculos en los que se toman las decisiones. Un tiro al Gobierno y otro a la oposición parece ser la filosofía de este hombre pragmático en los negocios y sin límites, dicen, para comprar conciencias. Pragmatismo puro, como casi siempre ocurre en estos casos.
Ruperti ha sido señalado por varios negocios. Cuando Jorge Kamkoff controlaba las operaciones de comercio y suministro, bajo la presidencia de Guaicaipuro Lameda en PDVSA, ganó la licitación que le otorga la exclusividad del transporte de fuel oil. Dicho contrato vence el próximo año, pero es un hecho que Ruperti seguirá en el negocio. Por este contrato los talibanes de la revolución lo tenían en la mira, hasta que Ruperti demostró su capacidad de inmolarse en nombre de la revolución para traer gasolina en medio del paro en diciembre del 2002 y, lo que fue más importante, auxiliar a Cuba “desinteresadamente” para que la isla no repitiera la crisis de suministro que vivió a raíz de los sucesos del 11-A. Otro baraja que Ruperti tiene bajo la manga es el manejo de los secretos del PPT en PDVSA. Ruperti conoce muy bien a Alí Rodríguez Araque, y aseguran que también sabe el secreto de lo que pasó con a qu e l cargamento de gasolina de un millón de dólares.
Ruperti recoge hoy la abundante cosecha de su osadía, con la única resistencia de Aires Barreto, quien considera a “La Ballena” (así lo llaman en medios petroleros) como un tipo muy peligroso. La pelea grande de Ruperti es con Barreto, pero el primero le gana al segundo porque a diferencia del hindú, quien esconde su cara y sus cuentas, está dispuesto a retratarse abiertamente con el gobierno. Aires Barreto tiene el control, pero Ruperti ha tomado la delantera con negocios en Cuba, Argentina y Ecuador, tres puntos geopolíticos de máximo interés para la revolución bolivariana. El negocio de la exportación de petróleo es tan grande, que algunos piensan que Barreto y Ruperti pueden convivir y repartirse el pastel sin destrozarse. Otro de los negocios vinculados a Ruperti es Pepex. Su sociedad y amistad con Boris Machergani es ampliamente conocida.
Sobre Ruperti se escriben cosas muy malas o muy buenas. En las malas disparan sus enemigos. Y de las complacientes, vale el ejemplo de la reseña publicada en la web por LLoyd’s List el 12 de agosto y que un mes después, el pasado domingo 5 de septiembre , reprodujo con gran despliegue el diario El Universal. Ruperti siente la necesidad de acomodar su imagen. Ahora con la compra de Puma TV, pasa de capitán de barco a la elite mediática del país. Para acallar los rumores y comentarios en el exterior sobre sus negocios, Ruperti acudió a LLody’s List, un servicio informativo por suscripción especializado en el comercio de hidrocarburos y movimiento de tanqueros, donde evidentemente tiene influencias, dado que su empresa Trafigura de Venezuela, es parte del grupo internacional Trafigura que se fundó hace una década y ya tiene 50 oficinas comerciales con operaciones en 30 países.
Cuando Descifrado comenzó a publicar las notas sobre la compra de Puma TV, el dueño de un canal de televisión le aconsejó algunas recetas de imagen antes de hacer pública la negociación de la televisora. Lo de Ruperti es claro. Dicen sus amigos que intentará convertir a Puma TV en un canal de noticias que compita con Globovisión. Plata no le falta.