19 / abr / 2015 8:59 pm | Venezuela inició este mes conversaciones para mezclar su petróleo pesado con crudos ligeros de otros países de la Opep, buscando crear una nueva variedad que pueda competir contra el creciente bombeo de Estados Unidos y Canadá.
La propuesta busca mandar crudo a refinerías construidas para petróleo mediano en vez de liviano, que se ha vuelto abundante tras el auge del petróleo de esquisto en Norteamérica, dijo el presidente de la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa), Eulogio del Pino.
El ejecutivo dijo que planteó la idea durante la Cumbre de las Américas en Panamá y en una reciente reunión con los embajadores de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep) en Caracas.
Las conversaciones sugieren que el nuevo liderazgo de Pdvsa está considerando formas creativas para maximizar su cuota de mercado, en momentos en que enfrenta una competencia cada vez mayor, y hacer frente a la profunda caída de los precios internacionales del crudo.
De ser aprobado, el plan podría ayudar a Venezuela a obtener más valor por sus crudos pesados, bajo presión ante el rápido aumento de los envíos de crudo canadiense a las refinerías estadounidenses del Golfo de México, mientras que da una ventaja similar a los miembros de la OPEP, cuyo petróleo ligero ha sido dejado de lado por los hidrocarburos no convencionales de Estados Unidos.
“Estamos proponiendo mezclar nuestro crudo con el de ellos, e ir juntos al mercado”, dijo Del Pino a un puñado de periodistas durante un viaje a la Faja del Orinoco, el mayor reservorio de petróleo del mundo.
El ejecutivo citó a Argelia y Angola como potenciales socios gracias a su crudo ligero. Las exportaciones conjuntas de esos países a Estados Unidos han caído desde cerca de 1 millón de barriles por día (bpd) en 2010 a menos de 150.000 bpd en enero, según cifras del país del norte.
“Es un complemento perfecto de los socios”, acotó Del Pino sobre su propuesta.
Mezclar y Vender
Mezclar diferentes variedades de crudo de distintos países para crear un nuevo grado es inusual, pero no nuevo. Ya que muchas refinerías prefieren un crudo “puro” que provenga del mismo campo, puede resultar difícil mantener propiedades químicas consistentes con grados mezclados.
Por el momento, sin embargo, existe un creciente interés en las mezclas medianas que son más fáciles de refinar que los crudos pesados, y más baratas que los ligeros.
“Tenemos cinco refinerías en el Golfo de México que poseemos o compartimos”, dijo Del Pino. “La mayoría de las refinerías se construyeron allí para crudos medianos y pesados. No son aptas para el crudo ligero del ‘fracking’ de Estados Unidos“, añadió.
El año pasado, Venezuela importó crudo ligero Saharan Blend de Argelia para mezclar con su petróleo extrapesado de la Faja para reemplazar costosas compras de nafta en el mercado abierto.
La mayoría fue a su filial estadounidense de refinación, Citgo, dijo Del Pino. Citgo compra casi el 30 por ciento del petróleo venezolano que se exporta a Estados Unidos, según datos del país del norte. Pero las ventas con destino estadounidense han retrocedido en un 38 por ciento desde 2009.
“Estamos evaluando repetirlo”, dijo, agregando que Venezuela produjo 20 millones de barriles de los 4 millones de barriles que compró de Argelia.
“Tal vez vamos a repetirlo, pero con otro tipo de crudo. Tal vez podamos encontrar una mejor mezcla. La combinación ideal es la que mejor sirve al mercado”, reflexionó Del Pino.
El éxito de la propuesta dependerá de si el flete hará rentable enviar crudo africano a Venezuela para mezclar. De lo contrario, los países Opep podrían preferir simplemente vender su petróleo en otras partes.
Otras refinerías estadounidenses podrían estar menos interesadas en dichas mezclas. Algunos ya están expresando su malestar por el crecimiento de la mezcla de crudo de esquisto con petróleo canadiense porque da lugar a combinaciones con características poco fiables o indeseadas.
Un director de Pdvsa, Rubén Figuera, dijo a periodistas extranjeros en una conferencia que las importaciones de crudo de Argelia habían ahorrado a Venezuela entre 10 y 20 dólares por barril.
“La estrategia funcionó. Todo el mundo estaba feliz”, dijo.