La nación se ubica en el puesto 174, entre los sotaneros del mundo y de la región.
Jesús Faría afirma que el estudio se basa en criterios inválidos para el país.
El Índice de Libertad Económica 2009 sitúa a Venezuela como un país de economía «reprimida», en donde el comercio está «limitado por regulaciones ineficientes además de rígidas».
La evaluación anual que publica la Fundación Heritage indica que el país perdió 3,8 puntos con respecto al año 2008 y se ubica en la posición 174 entre las 183 naciones que componen esta clasificación. El índice se basa en el estudio de factores como libertad comercial, fiscal, monetaria, de inversión, financiera, laboral y tamaño del Estado, así como los niveles de corrupción y los derechos de propiedad.
Venezuela se encuentra por debajo del promedio mundial en los parámetros contemplados, y «corre el riesgo de que la libertad económica y la prosperidad futura sean sacrificadas por beneficios a corto plazo o conveniencia política», según el informe.
Además, señala que a largo plazo «el presidente Hugo Chávez lleva cada vez más al país por el camino opuesto a la libertad de mercado y la democracia», e incluso advierte sobre la influencia de esta tendencia dentro del continente, «especialmente en los países más pobres de América Central o las islas más pequeñas del Caribe».
Regionalmente, el informe asegura que «los países de América Latina se están quedando muy atrás en comparación con el resto del mundo en la promoción de la libertad económica».
El país no encaja Sobre estas evaluaciones, el economista Jesús Faría señala que el modelo económico actual del país no encaja con los parámetros que miden la libertad económica.
«Aquí se está produciendo un cambio social, entre ellos también la economía y esos parámetros aplican criterios de libertad que benefician exclusivamente a la empresa privada», afirma.
El informe señala que Venezuela «ha sido superada por más de la mitad de los países del mundo en términos de libertad económica», en los últimos 15 años y en 2009 reportó su segundo año seguido de caída.
Además, afirma que el Gobierno «se ha vuelto sumamente intervencionista» y que «ataca el derecho de poseer o acumular propiedad privada».
Faría asegura que este tipo de índices utilizan criterios neoliberales con los que no se puede evaluar al país porque «es una realidad absolutamente distinta».
«La libertad que ellos definen es una libertad que pueden emplear grandes compañías privadas para desarrollar sus estrategias, la mayoría de las cuales están al margen de los intereses de la sociedad», apunta.
La Fundación Heritage señala en el informe, que celebra su edición número 15, que la disminución en los índices de libertad económica en Venezuela tiene implicaciones «terribles», ya que «casi dos millones de venezolanos han perdido el acceso a una alimentación adecuada».
«Esos criterios ni nos interesan ni serán válidos, ni nos evaluarán en torno a eso en términos positivos», refuta Faría, porque «no es la libertad basada en el mercado la que motiva los esfuerzos de este Gobierno».