V Congreso del Ejército de Liberación Nacional (ELN): búsqueda del reconocimiento internacional y promoción de la agenda antiimperialista en América Latina

Un objetivo fundamental del V Congreso del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el plano internacional fue —y es— la búsqueda del reconocimiento internacional del grupo terrorista como fuerza beligerante y la promoción de una agenda antiimperialista en América Latina.

En esta entrega cerramos este ciclo de difusión del documento “Guerra Revolucionaria, Poder Popular y Nueva Nación”, surgido del congreso celebrado en enero de 2015, cuyos postulados y propuestas han vendo cumpliéndose a lo largo de estos últimos años con el objetivo de instaurar en Latinoamérica —a toda costa— un sistema comunista.

Asimismo, el documento revela las pautas de la juridicidad insurgente y el derecho comunitario, como mecanismos para legitimar el Poder Popular y construir un nuevo sistema jurídico socialista, contrapuesto a la soberanía estatal.

Finalmente, se examinan las dinámicas internas de Colombia, entre ellas la reprimarización económica —retorno de un país al predominio de las actividades del sector primario—, la influencia del narcotráfico, el paramilitarismo y el resurgimiento del movimiento popular e insurgente en Colombia y, por extensión a toda la región.

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Poder popular y la crisis sistémica del capitalismo

El documento revela una estrategia dual del grupo terrorista Ejército de Liberación Nacional (ELN), la cual combina la lucha armada con la construcción de un proyecto político y social alternativo, denominado «Poder popular». Se proponen a nivel internacional, legitimar su lucha, construir una retaguardia de apoyo y contrarrestar la influencia estadounidense en la región, posicionados como un bloque global antiimperialista emergente.

El ELN sostiene que existe una crisis sistémica del capitalismo en el contexto mundial que evidencia la decadencia de la hegemonía de Estados Unidos y el ascenso de potencias alternativas como los BRICS. En América Latina identifica una clara disputa geopolítica entre un bloque neoliberal alineado con EE. UU. y un bloque alternativo y antiimperialista liderado por los países del ALBA. Refieren que Colombia es una plataforma militar clave para los intereses estadounidenses en la región.

A escala nacional, el ELN diagnostica que Colombia se encuentra en un «periodo de transiciones» caracterizado por la agudización de las fisuras dentro de la élite gobernante —conflicto Santos-Uribe en aquel entonces y actualmente Petro-Uribe—, el resurgimiento del movimiento popular desde 2007, así como por la recomposición y oxigenación del propio movimiento insurgente tras un período de intensa ofensiva estatal.

El objetivo final es avanzar hacia una solución política al conflicto que permita la construcción de una «nueva nación» con una orientación socialista, fundamentada en un sistema de «juridicidad insurgente» y «derecho comunitario» que quiebre la soberanía del Estado en los territorios bajo su influencia.

Visión y estrategia internacional

El ELN define un conjunto claro de objetivos para su política internacional, orientados a fortalecer su posición global y articular su lucha con movimientos afines.

Objetivos generales:

Dar a conocer a nivel mundial la naturaleza del conflicto social y armado en Colombia, así como las luchas del pueblo y del propio ELN.

Recabar apoyo para una salida política negociada al conflicto.

Lograr el estatus de fuerza beligerante y el reconocimiento para su propuesta de un «nuevo gobierno de nación, paz y equidad.

Contribuir a la formación de un «Frente mundial por la autodeterminación de los pueblos, por la paz y contra la guerra imperialista»

Fomentar la integración latinoamericana.

Ejes de acción estratégica:

Crear una base de apoyo sólida en el extranjero.

Construir canales de diplomacia tanto a nivel institucional (con gobiernos y organismos) como popular (con movimientos sociales y organizaciones).

Combatir la injerencia gringa en la región e incentivar la lucha contra las bases militares estadounidenses en América Latina.

Apoyar y articularse con las luchas de otros pueblos por su liberación y soberanía.

Desarrollar una estrategia específica para las zonas fronterizas.

Adelantar trabajo diplomático dentro de los Estados Unidos.

Construcción de un contrapoder

Uno de los pilares conceptuales del ELN es la construcción de una legitimidad y un ordenamiento alternativo al del Estado colombiano en los territorios donde opera.

El objetivo es quebrar la soberanía del Estado mediante la creación de un contrapoder que ofrezca bienes políticos como la justicia y la seguridad. Esto se logra a través del desarrollo de una juridicidad insurgente.

La juridicidad insurgente es el sistema de normas y mecanismos desarrollado por el ELN como fuerza rebelde para gobernar y regular la vida en su condición de insurgencia, por fuera de los marcos del Estado.

El derecho comunitario son el conjunto de normas —a menudo no escritas— que las comunidades rurales y urbanas han desarrollado históricamente. Incluye mandatos populares, códigos de convivencia y pliegos de exigencias surgidos de movilizaciones sociales.

En tal sentido es necesario:

Respetar y articularse con los sistemas jurídicos propios de pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades de países vecinos.

Estudiar y recopilar la normatividad internacional que justifica el derecho a la rebelión para fortalecer su propia legitimidad.

Racionalizar y documentar el derecho comunitario existente.

Avanzar en la elaboración de un código penal y de procedimiento penal insurgente que concilie los derechos de procesados y víctimas.

Dotar a los movimientos sociales de herramientas jurídico-políticas para defenderse del terrorismo de Estado y el despojo.

Desarrollar normatividad alternativa para la defensa de territorios frente a proyectos del gran capital que afectan el medio ambiente y la vida comunitaria.

Desarrollar orientaciones para la militancia en caso de captura y propuestas para enfrentar la política de criminalización de la protesta social.

Análisis del contexto global

De acuerdo al ELN y su visión marxista de la economía y la geopolítica mundial, el sistema capitalista atraviesa una crisis estructural que abre oportunidades para las fuerzas revolucionarias.

Aseguran que el capitalismo se desarrolla en ciclos largos (50-60 años) y que la última fase recesiva, iniciada en la década de 1970 con la crisis petrolera y la imposición del neoliberalismo, se ha prolongado indefinidamente.

Sostienen que la crisis actual no es solo económica, sino que abarca las esferas energética, ambiental, alimentaria, hídrica, urbana y de valores. Es una crisis del sistema en su conjunto.

Aseveran que estamos ante la decadencia de la hegemonía estadounidense, evidenciada por el debilitamiento económico, entretanto hay un ascenso de un bloque alternativo, a saber, los BRICS configurado como un bloque mundial alternativo que impone nuevas reglas económicas y exige multilateralidad política.

Refieren que, a pesar de su supremacía militar, EE. UU. muestra signos de decadencia, pues su aparato militar puede destruir países, pero ya no tiene la capacidad de gestión neocolonial para gobernarlos.

El documento establece que la estrategia imperialista actual se caracteriza por:

Dominio militar:

La triada imperialista (EE. UU., UE, Japón) mantiene su dominio gracias a su poderío militar, ejercido principalmente a través de la OTAN.

Guerras de despojo:

Las guerras actuales se caracterizan como conflictos por el control de recursos naturales, especialmente minero-energéticos, en regiones como el norte de África y Medio Oriente.

Cerco a rivales:

EE. UU. implementa un cerco militar y político contra sus principales enemigos geoestratégicos: China y Rusia. El conflicto en Ucrania es interpretado como parte de esta estrategia.

Influencia sionista:

El sionismo que gobierna a Israel controla instituciones clave en EE. UU. (Senado, complejo militar-industrial, finanzas, medios), poniendo el aparato imperialista al servicio de sus intereses.

América Latina: un campo de disputa geopolítica

La región es vista como un escenario central de la confrontación entre el imperialismo estadounidense y las fuerzas populares y progresistas.

Desde 1823, EE. UU. considera el continente como su área de influencia y se vale de invasiones, golpes de Estado y control militar para saquear sus riquezas.

Colombia es descrita como la nueva Escuela de las Américas y un puesto de mando avanzado del Pentágono. El Plan Colombia y los acuerdos con la OTAN lo convierten en una plataforma para operaciones de alcance continental.

Se utiliza el «golpe blando» (combinación de acciones económicas, mediáticas y militares) para derrocar gobiernos populares, al tiempo que se mantiene un cerco militar contra Venezuela y Brasil.

Configuración de bloques regionales
 

BloqueLiderazgo y paísesCaracterísticasBloque neoliberalAlianza del Pacífico (México, Colombia, Perú, Chile)Gobiernos de derecha, incondicionales del imperialismo y del modelo neoliberal.Bloque antiimperialistaALBA (Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia, etc.)Gobiernos de izquierda con posturas antiimperialistas e impulso a medidas anticapitalistas.Bloque neo-desarrollistaMercosur (principalmente Argentina y Brasil)Gobiernos progresistas que buscan recuperar la intervención estatal en la economía, sin romper con el capitalismo.

Dinámicas económicas y sociales

El documento sostiene que el neoliberalismo hizo que las economías de la región dependan de la extracción minero-energética y la agroindustria de exportación.

China se convirtió en un socio comercial y una fuente de crédito crucial para la región que supera en préstamos a EE. UU. y al Banco Mundial.

Los movimientos sociales son clave para llevar al poder a gobiernos de izquierda y progresistas. Sin embargo, estos gobiernos enfrentan enormes retos: agresiones imperialistas, sabotaje de las oligarquías locales, burocracia, corrupción y la dificultad de superar el modelo extractivista.

Estiman que, en la actualidad, Colombia —y la región en general— vive un momento que puede ser de transición. Se observan nuevas tendencias: un ascenso y recomposición del movimiento de masas, una exacerbación de las peleas en el bloque dominante y un avance en la recomposición y unidad de la insurgencia.

Refieren que el movimiento popular se encuentra en un momento de repunte y recomposición desde 2006-2007, con un aumento de movilizaciones beligerantes. No obstante, se reconocen debilidades como la dispersión, la falta de un salto en las luchas urbanas y la debilidad del movimiento sindical.

Aseguran que el movimiento insurgente entró en un momento de oxigenación que se manifiesta en la capacidad de responder a la ofensiva enemiga, retomar la conexión con las masas, avanzar en los acercamientos entre fuerzas insurgentes (FARC-ELN) y aprovechar los espacios políticos abiertos por los procesos de diálogo.

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Tomado de V Congreso del Ejército de Liberación Nacional (ELN): búsqueda del reconocimiento internacional y promoción de la agenda antiimperialista en América Latina