La trama que expolió 2.000 millones de dólares [unos 1.909 millones de euros] de Petróleos de Venezuela, SA (PDVSA), la principal empresa estatal venezolana, no escatimó en regalos para sus allegados. Una de las beneficiadas fue Claudia Paola Suárez Fernández, la modelo que representó a Venezuela en el certamen Miss Mundo de 2007 y novia del empresario Diego Antonio Salazar Carreño, uno de los cabecillas de la organización corrupta.
Suárez Fernández recibió en 2010 un apartamento valorado en 950.000 dólares en el edificio Parque Residencial Campo de Oro de Caracas, según revela un informe confidencial de la Unidad de Inteligencia Financiera de Andorra (Uifand) al que ha tenido acceso EL PAÍS. El inmueble le fue obsequiado por Luis Mariano Rodríguez Cabello, testaferro de Salazar y principal operador financiero de la red en Andorra, donde movió 1.144 millones de dólares entre 2007 y 2015.
Una sociedad panameña para ocultar el regalo
El testaferro utilizó una sociedad panameña instrumental (sin actividad), llamada Highland, para transferir el dinero del apartamento a una cuenta en el Bank Sarasin and Co de Suiza, perteneciente al matrimonio venezolano que vendió la propiedad. La operación se realizó el 11 de febrero de 2010 desde una de sus cuentas en la Banca Privada d’Andorra (BPA), la entidad elegida por la trama para ocultar su botín. “Te adjunto el soporte de la transferencia de 950.000 dólares por la compra de un inmueble para la señora Claudia Suárez”, escribió por correo en abril de 2010 Rodríguez Cabello a un alto directivo del banco andorrano, según los documentos.
Luis Mariano Rodríguez Cabello
Lo que llamó la atención de los investigadores del pequeño principado pirenaico ―donde un juzgado mantiene procesados desde 2018 por blanqueo a una treintena de integrantes de la organización― fue que el testaferro pagara el apartamento, pero que ni él ni su sociedad figuraran en el contrato de compraventa. “Resulta sospechoso que Highland ordene la transferencia, pero que ni esta sociedad ni Rodríguez Cabello aparezcan en el contrato”, señalan los agentes de la Uifand en un informe confidencial fechado en noviembre de 2022.
Claudia Paola Suárez Fernández, Diego Salazar Carreño
El contrato está firmado por la pareja dueña del apartamento y Claudia Paola Suárez. El documento fija el precio en 5.795.000 bolívares, que al cambio oficial de esa fecha equivalían a 1,3 millones de dólares.
Claudia Paola Suárez Fernández,
Una cuenta millonaria en Andorra
No es la primera vez que se relaciona a la representante de Venezuela en el certamen Miss Mundo de 2007 con la trama que saqueó PDVSA. Suárez Fernández abrió una cuenta en la BPA para ingresar un millón de dólares en marzo de 2009.
Claudia Paola Suárez Fernández
La modelo declaró entonces al banco que tenía relación comercial con las compañías High Rise y Red Bouquet, controladas por Diego Salazar, primo del exministro chavista de Energía, expresidente de PDVSA y exembajador en la ONU, Rafael Ramírez. Y en el know your client (conoce a tu cliente, en inglés), un cuestionario que realiza la entidad a sus clientes para verificar el origen de sus fondos, afirmó que quería transferir trimestralmente al Principado 500.000 dólares procedentes de “seguros” y “administración”.
Otras propiedades en Miami
El rastreo de las transacciones del testaferro de Salazar en Andorra muestra que también se hizo con un lujoso apartamento en el rascacielos One Thousand Museum de Miami, valorado en 5,3 millones de dólares. Se trata de un edificio de 216 metros de altura y 62 niveles, diseñado por la arquitecta iraquí Zaha Hadid, fallecida en 2016 y famosa por obras como el Centro Acuático Olímpico de Londres. El complejo ofrece vistas a Biscayne Boulevard y cuenta con helipuerto en la azotea, ascensores de cristal, centro acuático de doble altura, terraza escultural con piscina y solárium, según la web de la inmobiliaria Miami Residential.
One Thousand Museum de Miami
Para adquirir la propiedad, la número 1702 del edificio, Rodríguez Cabello ordenó dos transferencias por valor de 2,1 millones de dólares en 2014 desde su entramado financiero en la BPA a una cuenta en el Bank of America de EE UU de la sociedad Chicago Title Insurance, según los documentos. Estos pagos fueron a cuenta del total del importe del inmueble, cuyo contrato se firmó el 12 de octubre de 2014.
One Thousand Museum de Miami
Rodríguez Cabello consiguió eludir en 2019 la petición de extradición solicitada a España por las autoridades venezolanas, que le acusan de corrupción. No fue el único miembro de la trama que se dejó seducir por las excelencias arquitectónicas del One Thousand Museum. Diego Salazar, ahora preso por corrupción en una cárcel venezolana y de quien Rodríguez Cabello era testaferro, también compró una propiedad de 15,3 millones de dólares en el mismo edificio en 2014 a través de la sociedad instrumental Worldwide Traders Line.
Comisiones millonarias por adjudicaciones
La red que expolió la petrolera venezolana cobró comisiones del 10% a empresas chinas que recibían posteriormente adjudicaciones de PDVSA. El engranaje operó entre 2007 y 2012 y contó entre sus filas a los exviceministros de Energía de Venezuela, Nervis Villalobos y Javier Alvarado. A través de una treintena de sociedades ficticias panameñas, creadas por el banco andorrano, y con cuentas en paraísos fiscales como Suiza o Belice, la organización movió los fondos que fueron a parar a Andorra, un país de 78.000 habitantes blindado hasta 2017 por el secreto bancario.
Los saqueadores ocultaron sus millonarias comisiones bajo el pretexto de unos trabajos de asesoría y consultoría ―respaldados, a veces, con un simple folio con varios párrafos explicativos― que, según los investigadores, no existieron.
Un juzgado de Andorra indaga desde 2015 el colosal saqueo. El pequeño principado pirenaico procesó en 2018 a Salazar por blanqueo de capitales en establecimiento bancario. Y junto a él se encuentran también encausados en Andorra el ejecutivo de la petrolera, Francisco Jiménez Villarroel; el exabogado de la compañía, Luis Carlos de León Pérez; el magnate venezolano de los seguros, Omar Farías, y el propio Rodríguez Cabello, entre otros.
La justicia del país europeo procesó también en 2018 a una decena de exdirectivos de la BPA, la institución financiera elegida por la trama corrupta para ocultar su botín y que fue intervenida en marzo de 2015 por actuar supuestamente como una lavadora de fondos de grupos criminales.
El testaferro de la red que expolió PDVSA
Luis Mariano Rodríguez Cabello es un contador público de 58 años, nacido en Caracas, que se presenta como presidente de Inverdt Asesores de Negocios, una empresa dedicada a la “búsqueda de proveedores y alianzas estratégicas”. Sin embargo, tras esta fachada se esconde un actor clave de la trama corrupta que saqueó 2.000 millones de dólares [unos 1.805 millones de euros] de la principal firma estatal de Venezuela, Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).
Rodríguez Cabello actuó como testaferro de Diego Salazar, primo del exministro chavista de Energía, antiguo presidente de PDVSA y exembajador en la ONU, Rafael Ramírez. Su función era ocultar el botín que la red obtenía al cobrar un 10% de comisión por facilitar las adjudicaciones del gigante energético a empresas extranjeras.
Para ello, utilizó un opaco tinglado de 11 cuentas en la Banca Privada d’Andorra (BPA), donde la trama camufló su fortuna entre 2007 y 2015. Según un informe confidencial de la Unidad de Inteligencia Financiera de Andorra (Uifand) al que ha tenido acceso EL PAÍS, Rodríguez Cabello movió en el país europeo 1.144,6 millones de dólares.
Las cuentas opacas y las sociedades instrumentales
El testaferro se valió de una decena de sociedades instrumentales panameñas para enmascarar su identidad en la BPA. Solo una cuenta figuraba a su nombre. A través de este entramado financiero, recibió fondos millonarios de compañías asiáticas que se hicieron con contratos del sector energético venezolano.
Una de sus cuentas, a nombre de la sociedad Highland Assets Corp, ingresó 616 millones de dólares procedentes de la ingeniería china Sinohydro Corporation Ltd y otras firmas del gigante asiático. Estas empresas fueron adjudicatarias de proyectos como la planta termoeléctrica La Cabrera en el Estado venezolano de Aragua o una planta eléctrica con capacidad de 241.335 KW en Zulia.
Estas transacciones se enmarcaron en el denominado Gran Volumen, un acuerdo de 20.000 millones de dólares sellado en 2010 entre Venezuela y China que permitió a ingenierías del gigante asiático hacerse con contratos del país latinoamericano. El grupo corrupto exprimió presuntamente el tratado para hacer caja.
Otra cuenta opaca del testaferro, bajo la denominación de Antigua Omega, cobró 217,7 millones entre 2008 y 2012. Sus principales mecenas fueron las sociedades aseguradoras CGA LTDA INC e ISB Sociedad CS, SA, una firma representada por Rodríguez Cabello y Omar Farías, magnate venezolano de los seguros imputado en Andorra por pertenecer a la trama.
El testaferro también manejó una cuenta a nombre de DT Investment and Consulting CV que percibió 9,5 millones de la asiática China Machinery Engineering Corp por una comisión del 5% del importe total del proyecto eléctrico en Zulia.
En total, Rodríguez Cabello manejó una treintena de sociedades con tentáculos en paraísos fiscales como Suiza o Belice, por donde fluyó el caudal de fondos de su organización que fue a parar a Andorra, un país blindado hasta 2017 por el secreto bancario.
El tren de lujo y los procesados
Rodríguez Cabello no solo se dedicó a ocultar el dinero ilícito sino que también lo empleó para costear el tren de lujo de la red. Una de sus cuentas sirvió para abonar facturas por valor de 604.034 dólares del hotel Four Seasons George V de París entre 2009 y 2010. Diego Salazar, primo del exministro Rafael Ramírez, habría disfrutado de las estancias en este establecimiento con amplias suites con vista a la Torre Eiffel y tres restaurantes que suman cinco estrellas Michelin, según los documentos.
Four Seasons George V de París
El testaferro de Diego Salazar también costeó desde esta cuenta facturas de 307.889 dólares en la tienda francesa de vinos Lavinia y de 553.923 dólares en el hotel Ritz.
Además, traspasó 10 millones en 2009 a un depósito en Suiza a nombre de Omar Farías y transfirió 3,3 millones en 2008 al International Bank for Reconstruction and Development (IBRD), organismo del Banco Mundial que lucha contra la pobreza, para adquirir un local en Venezuela de la institución financiera.
Rodríguez Cabello no estuvo solo en su madeja financiera en la BPA. Figuró como representante en uno de sus depósitos con la venezolana originaria de España Estíbaliz Basoa, de 50 años. Su cuenta ingresó 6,4 millones. Asimismo, el ingeniero caraqueño José Enrique Luongo, de 69 años, acompañó al testaferro en una de las cuentas que ingresó 21 millones.
En la treintena de procesados en Andorra, entre los que se encuentran Basoa y Luongo, destaca el que fuera viceministro de Energía y Petróleos de la primera etapa del Gobierno de Hugo Chávez (1999-2013), Nervis Villalobos, que movió en el país europeo 124 millones. Villalobos fue arrestado en Madrid por una causa distinta del expolio de PDVSA y Estados Unidos pidió su extradición temporal, pero no fue autorizada.
Otro procesado es Javier Alvarado, el que fuera todopoderoso ex viceministro de Energía y Petróleo y director entre 2007 y 2010 de la también estatal Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec). Alvarado manejó 46 millones en el Principado pirenaico a través de un alambicado entramado financiero.
La juez de Andorra que instruye la causa también ha procesado a una decena de exdirectivos y exempleados de la BPA, la entidad financiera del pequeño país europeo elegida por la red para ocultar su botín. El banco fue intervenido en marzo de 2015 por un presunto delito de blanqueo de capitales. Según los investigadores, abrió decenas de cuentas a la trama sin advertir la condición de sus miembros de Personas Políticamente Expuestas (PEP), personalidades que deben someterse a un control especial para prevenir el blanqueo de capitales.
El ministerio público de Venezuela eleva el saqueo de PDVSA a 4.200 millones de dólares.