El 20 de febrero de 2025, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva crucial que restringe el acceso de países como Cuba, Venezuela, Rusia, China e Irán a tecnologías estadounidenses. Estos países, considerados «adversarios extranjeros», enfrentan ahora limitaciones en el acceso a tecnologías sensibles que abarcan desde la inteligencia artificial (IA) hasta los semiconductores, la biotecnología y la industria aeroespacial.
Esta medida define en buena medida la política exterior del presidente Donald J. Trump, quien ha sido consistentemente crítico con los regímenes autoritarios, especialmente con el de Nicolás Maduro. Desde que asumió la presidencia en enero de 2025, Trump ha reiterado en diversas ocasiones que Maduro es un «dictador» y un «criminal» que ha violado los derechos humanos y ha desmantelado las instituciones democráticas de Venezuela. En su discurso inaugural, Trump ya condenó abiertamente a Maduro y prometió seguir luchando por la libertad de los venezolanos.
Una respuesta a la amenaza tecnológica global
La orden ejecutiva de Trump llega busca enfrentar las llamadas amenazas sobre la seguridad tecnológica global. La administración del presidente Trump ha señalado que esta decisión es parte de un esfuerzo mayor para proteger la infraestructura tecnológica de EE.UU. y evitar que adversarios extranjeros exploten las capacidades tecnológicas del país para fines que puedan amenazar la seguridad nacional y la economía estadounidense.
De acuerdo con fuentes de la Casa Blanca, esta medida busca frenar la explotación de capital, tecnología y conocimiento técnico por parte de potencias extranjeras como China. El presidente Trump ha señalado que los avances tecnológicos deben servir a los intereses de Estados Unidos y no ser utilizados por gobiernos enemigos para obtener ventajas estratégicas o militares.
El Caso de Maduro: Una amenaza en la región
Nicolás Maduro y su testaferro, Álex Saab perdonado por Joe Biden.
El enfoque de Trump también incluye a Venezuela, donde el régimen de Maduro ha sido señalado no sólo por sus violaciones de derechos humanos, sino también por su creciente vinculación con actores internacionales peligrosos. Desde su ascenso al poder, Trump ha denunciado con firmeza el papel de Maduro en el desmoronamiento de Venezuela, acusando al dictador de colaborar con organizaciones terroristas como Hezbollah y de ser un aliado de regímenes como el de Irán.
Trump ha utilizado términos como «criminal» para describir las acciones de Maduro, especialmente en relación con la corrupción en la industria petrolera venezolana y el tráfico de drogas, lo que ha alimentado el narcotráfico y la inestabilidad regional. Con esta orden ejecutiva, Trump refuerza su política de aislamiento económico y tecnológico hacia los países que considera amenazan la estabilidad global.
China y la competencia en Inteligencia Artificial
En el ámbito de la inteligencia artificial, el presidente Trump también ha señalado la creciente competencia de China, especialmente con el lanzamiento de DeepSeek, un competidor chino de ChatGPT que ha puesto en alerta a las autoridades estadounidenses. Según Trump, el ascenso de plataformas como DeepSeek es un «desafío directo» para las industrias tecnológicas de EE.UU., y destacó que esta competencia sólo aumentará en los próximos años, poniendo a prueba el liderazgo global de Estados Unidos en el campo de la IA.
El presidente Trump advirtió que las potencias extranjeras que intentan superar a EE.UU. en tecnología, especialmente en áreas críticas como la IA y la biotecnología, deben ser detenidas, para asegurar que los intereses nacionales y la seguridad de EE.UU. no estén comprometidos.
Con esta nueva orden ejecutiva, Donald Trump está dejando en claro su postura firme contra los regímenes antidemocráticos, como el de Nicolás Maduro, y muestra su determinación por proteger las innovaciones tecnológicas y la seguridad nacional de EE.UU. En los próximos días se conocerá cómo se producirá estas prohibiciones y el alcance de las mismas.