El Nuevo Herald reportó que el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosdado Cabello, recibió al menos $50 millones en sobornos de una empresa que obtuvo jugosos contratos del país petrolero, según se desprende de una demanda presentada en una corte de Miami.
La demanda —presentada contra Derwick Associates Corporation, Derwick Associates USA, y sus dueños— alega que decenas de millones de dólares fueron pagados por debajo de la mesa a altos funcionarios del régimen de Caracas para que estos aceptaran los enormes sobreprecios facturados para la realización de las obras.
Los demandados, quienes han estado a cargo de varios proyectos de electrificación en Venezuela, sostienen que las acusaciones formuladas en la demanda son absolutamente falsas.
Pero la demanda por difamación, introducida por el periodista y activista Thor Halvorssen Mendoza, sostiene que las acusaciones contra Derwick y los funcionarios venezolanos provienen de ex empleados de la empresa con conocimiento sobre las operaciones.
“Las actividades ilícitas de los acusados han sido personalmente confirmadas por uno o más ex empleados de Derwick”, declara uno de los documentos presentados en el caso.
“Uno o más ex empleados han confirmado que Derwick ofreció sobornos por montos de al menos decenas de millones de dólares a uno o más funcionarios venezolanos, incluyendo un pago de $50 millones a Diosdado Cabello-Rondón”, señala el demandante en los documentos de corte.
Esos montos habrían sido pagados a cambio de contratos públicos que los funcionarios sabían brindaban oportunidades de sobrefacturación, señalan los documentos.
“Los pagos fueron realizados a compañías con sede en Panamá con cuentas de Banesco en Panamá […] Esos pagos substanciales de sobornos fueron realizados a funcionarios para que las autoridades venezolanas se hicieran de la vista gorda con la sobrefacturación de los demandados”, sostienen los documentos.
Esta no es la primera vez que Cabello es implicado en operaciones de enriquecimiento ilícito. Según documentos del Departamento de Estado y de la firma de servicios de inteligencia privada Stratfor filtrados por WikiLeaks, el presidente de la Asamblea Nacional encabeza uno de los grandes polos de corrupción en Venezuela.
Halvorssen demandó a Derwick y a sus dueños —Leopoldo Betancourt, Pedro Trebbau y Francisco D’Agostino— acusándolos de dañar su reputación tras enviar cartas a Forbes.com y el sitio de noticias en internet Huffington Post que ponían en tela de juicio su integridad y profesionalismo, según los documentos introducidos en la corte.
Joe DeMaria, abogado de los demandados, dijo que los alegatos presentados por Halvorssen son totalmente falsos.
“Mis clientes construyen plantas eléctricas. Suministran electricidad a millones de venezolanos. Thor Halvorssen no construye nada. Es un bloguero engreído que se esconde detrás de su denominada Fundación de Derechos Humanos”, declaró DeMaria, de la firma Tew-Cardenas, en un correo electrónico.
“Su modelo de negocios, como los de muchos blogueros de mala fama, es amenazar con la denuncia a empresarios exitosos. Mis clientes se rehúsan a dejarse intimidar con las amenazas. Y ahora él alega que mis clientes perjudicaron su negocio al defenderse de sus amenazas”, agregó DeMaria.
Los pagos de sobornos a altos funcionarios del gobierno se ha vuelto una práctica común para operar en Venezuela, según Transparencia Internacional, ONG que coloca al país sudamericano como el más corrupto del hemisferio después de Haití.
Y Cabello —quien es uno de los dirigentes más influyentes del régimen de Nicolás Maduro— ha sido denunciado en más de una ocasión de estar involucrado en participar en prácticas de enriquecimiento ilícito.
Según informes elaborados por la embajada estadounidense en Caracas divulgados en el 2012 por WikiLeaks, Cabello es el eje central de “uno de los tres principales centros de corrupción” cercanos o dentro del gobierno bolivariano.
“El segundo polo, que opera en el sector petrolero, está asociado con el ministro de petróleo y presidente de PDVSA, Rafael Ramírez, y el tercero, que opera en el sector de distribución de alimentos, está asociado con el Rey de Mercal, Ricardo Fernández”, según un cable elaborado por la embajada en el 2009.
En otro cable de WikiLeaks, los funcionarios de la embajada reportaron que Cabello, en asociación con otros antiguos militares chavistas, estaba “ampliando su red de corrupción” al servicio financiero, con la compra de varios bancos pequeños y aseguradoras.
Asimismo, los cables nombran al presidente de la Asamblea Nacional como “el padrino” y el “socio en las sombras” de varias de las compañías portuarias del país.