Ayer, Telefónica Móviles tomó el control de las operaciones de Telcel en todo el país. La negociación se cerró en mil 195 millones de dólares. O sea, alrededor de dos mil 550 millones de dólares menos del precio que fijó el tribunal de arbitraje internacional en el reclamo que llevara a cabo el dueño del 21,8% de las acciones de Telcel, Oswaldo Cisneros. El precio fijado para ese paquete accionario fue de 617 millones de dólares, con lo cual la valoración final de Telcel se calcula entre tres mil 630 y tres mil 860 millones de dólares. Es decir, los españoles llegaron «ganando» sin hacer nada. Queda demostrado el buen negocio que hizo Telefónica al adquirir Telcel a un tercio del valor determinado por el arbitraje. Cada usuario de Telcel vale 960 dólares, cantidad que surge de la división del precio final y el universo de clientes que es tres millones 900 mil. La decisión del arbitraje ha tenido otra consecuencia aún más importante para el mercado venezolano. Y es que servirá de precio marcador para las otras operadores de telefonía celular: Movilnet, Digitel y Digicel. En resumen, la jugada de Cisneros le puso otro precio a las telefónicas y a cada cliente.