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Los acuerdos bilaterales del Gobierno con China, Rusia, Bielorrusia, Irán y Cuba en los proyectos de obras públicas le han quitado el puesto de trabajo a 50.000 venezolanos de la industria de la construcción, pese al alto desempleo existente en el sector, señaló Octavio Campos, directivo de la Federación de Trabajadores de la Construcción.
El dirigente de Fetraconstrucción agregó que el desplazamiento lo lideran los chinos con la traída de 30.000 trabajadores para la Gran Misión Vivienda, de los cuales 3.000 ya laboran en la obra de Fuerte Tiuna como lo notificaron a los sindicatos las autoridades militares.
El sindicalista explicó que los bielorrusos, rusos, iraníes y cubanos contratan obreros venezolanos, pero los profesionales y directores de las obras provienen de esos países cuando en Venezuela hay ingenieros y arquitectos, entre otros profesionales, altamente capacitados y están sin trabajo porque la actividad en el sector público y privado está casi paralizada.
Campos dijo que la desocupación en la industria de la construcción es 75%, más del doble de las estadísticas gubernamentales. «En condiciones normales, el sector emplea 1,2 millones de trabajadores, pero actualmente ocupa 400.000 de los cuales 150.000 corresponden a Caracas», indicó.
Blanca Llerena, secretaria general de la Federación Única de Trabajadores No Dependientes y Afines de Venezuela, alertó que desde 2009 cada vez más se ven bolivianos, ecuatorianos y haitianos en el comercio informal en las calles. «Ellos son protegidos por la policía, tienen las mejores ubicaciones en las aceras y al poco tiempo de estar en el país portan la cédula de identidad venezolana, además de que participan en las marchas del oficialismo», denunció la representante de Futrand.
Dijo que las autoridades de extranjería deben investigar el ingreso de estas personas, que representan una mano de obra poco calificada y desplazan a los venezolanos afectados por desempleo en el sector formal y subsisten en la economía informal.
Destrucción de empleos. Llerena y Campos coinciden en que si el Gobierno no ordena el mercado laboral, la situación puede empeorar con el ingreso pleno de Venezuela al Mercado Común del Sur.
Un estudio del economista Osvaldo Alonso, publicado por el Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales, dice que las asimetrías del sector productivo venezolano con relación a los socios del Mercosur, principalmente Brasil y Argentina, ponen en riesgo 1,9 millones de empleos venezolanos en el corto y mediano plazo.
Revela que Venezuela tiene ventajas en la actividad de los hidrocarburos y, con mejoras tecnológicas y de inversión, en hierro-acero y aluminio. Sin embargo, presenta debilidades competitivas en la producción primaria e industrializada del país, especialmente en el área de la cadena de los alimentos con 1,7 millones de empleos en riesgo, aunque existen fortalezas en los rubros de huevos de gallina y carne de pollo.
Basado en la investigación, Froilán Barrios, dirigente del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, señaló que Venezuela arrastra un déficit comercial con los miembros del Mercosur. Agregó que en el rubro del maíz el rendimiento de la producción venezolana es la mitad del registrado en Argentina.
El representante del Fadess también destacó el caso de la caña de azúcar, donde el rendimiento por hectárea es apenas 22% del de Brasil, lo cual pone en peligro 120.000 puestos de trabajo del sector azucarero venezolano. Con relación al hierro indicó que el costo de producción en Venezuela es de 14 dólares la tonelada métrica frente a 7 dólares de Brasil.
El sindicalista añadió que la producción de aluminio en Brasil es de 2.218 toneladas por empleado frente 1.090 toneladas en Guayana. Aclaró que el intercambio equitativo entre países es beneficioso. «Pero la situación actual de Venezuela de una balanza comercial negativa con todos los miembros del bloque regional nos condena a ser meros importadores y a generar más desempleo», según reportó el diario El Nacional.
Tomado de Sólo en el Socialismo de Chávez se prefiere contratar a un chino antes que a un venezolano