“Sé bastante para acabar con el mundo”: las confesiones del exembajador Armanado Benedetti a Laura Sarabia sobre la financiación de Gustavo Petro en Colombia

La campaña presidencial de Gustavo Petro en 2022 tuvo el apoyo del exsenador Armando Benedetti, quien fue su mano derecha y conoce todos los secretos de lo que ocurrió. Ahora que se destapa este escándalo, Benedetti admite que “corrieron la línea ética mucho más de lo que se pensaba”, y dice algo que hoy suena profético: “Sé bastante para acabar con el mundo, con el de ustedes y con el mío”.

 

SEMANA tiene en su poder unos audios exclusivos en los que Benedetti amenaza a Sarabia, su antigua aliada y jefe de gabinete del Gobierno, y le habla de dinero y movidas en campaña, lo que sugiere que hubo muchas irregularidades, tanto que si él hablara sería un desastre.

“No te estoy amenazando, pero ahora sí te amenazo, hijueputa, a ti y al presidente, ¿oíste? No te estoy amenazando, pero si tú quieres que te amenace, yo salgo y cuento todo lo que sé. Que sé bastante para acabar con el mundo, ¿oíste? Con el de ustedes y con el mío. Así que no me vengas a hablar en ese tono tan maricón que no te estoy amenazando, te estoy es reconviniendo, por una hijueputa como tú que se ha portado conmigo, como una hijueputa después de todo lo que yo hice por usted también”, le dice Benedetti, quien no escatima en insultos hacia Sarabia.

 

“Tienes huevo venir a decirme que amenace al presidente. ¿Quieres esa pelea? ¿Quieres esa puta pelea? ¿Dime cuándo la quieres? ¿Quieres que me la fabrique por otra miércoles? Hazle, pues, dale. En vez de tratar de reconocer el error y tratar de enmendar las cosas, tú lo que quieres es pelea, hijueputa, ¿me estás usando? Dale, hijueputa, se acaba el mundo tuyo, el mío y el de todo el mundo (…), todo el mundo, hijueputa”, así le hablaba Benedetti.

Al parecer, Benedetti ya tenía la intención de soltar la bomba que ahora publica SEMANA desde hace días, y así lo advierte, argumentando que no se va a dejar joder. “Oye, Laura, tú deja de ser tan imbécil, de verdad crees que esto es de contratos, ¿estás viendo lo que pasó en la campaña? ¿Qué es lo que te pasa? ¿Me estás amenazando, Laura? ¿Tú me estás amenazando a mí, Laura? Salir hablando mierda de mí (…), todo el mundo. Como tú no sabes un culo, revisa cómo son los escándalos en la hijueputa vida aquí y en todas partes del mundo, a alguien como yo se lo culean y creen que lo van a joder”, le dice el exembajador Benedetti.

El escándalo que salpica a Armando Benedetti y a Laura Sarabia afecta directamente al presidente Gustavo Petro. Ante lo que parece ser un plan estratégico para ocultar la verdad, SEMANA revela unos audios explosivos que el exembajador en Venezuela le mandó a quien era la jefe de gabinete del Gobierno. Allí queda claro que Benedetti es una pieza clave para saber cómo se financió la campaña presidencial de Petro en 2022.

Estas pruebas contradicen lo que el exdiplomático le dijo al portal Cambio, donde afirmó que no había “nada irregular” sobre la contienda.

 

En los audios se escucha cómo Benedetti es consciente de todo lo que sabe y se lo echa en cara constantemente a Sarabia, quien fue su cómplice, su subordinada y al final se convirtió en su peor rival.

 

Todo explotó porque Benedetti pidió una cita con el presidente Petro en la Casa de Nariño y lo dejaron tres horas esperando según su versión. Él se sintió humillado y le reclamó con dureza a Sarabia. “Lo que te estoy diciendo, Laura, es que ese tratamiento (…) Y ayer el presidente: ‘no, no, es que tengo afán’. Ajá, marica, yo hice 100 reuniones (…) 15.000 millones de pesos, es más, si no es por mí no ganan. Entonces, así sea de hipócrita, uno va y recibe a la gente, pero el tratamiento que tú y el presidente me dieron ayer, marica, yo no sé, además, lo que te voy a decir no es una amenaza (…) veo que esto me puede emputar, pateo hijueputa, y ahí nos caemos todos hijueputa”, le dijo Benedetti a Sarabia.

La conversación se convirtió rápidamente en una pelea cruda. “Perdón, Laura, pero es que uno también explota, es que se pasan de calidad, yo fui el que organicé todos los votos, hijueputa, en la Costa, todos, hijueputa, sin que pusieran un peso y además esa plata se fue para el Pacífico. ¿Quién ve eso ahora? Nada. ¿O es quieren que diga, hijueputa, quién fue el que puso la plata? No me jodan la hijueputa vida, no me jodan la vida, porque lo que pasó ayer y antier (fue) una mierda Laura, de parte tuya y de parte del presidente”.

Benedetti le hizo una advertencia: “Prepárense porque yo en cualquier momento reclamo mi espacio político y no lo hagan para que vean y si creen que es una amenaza, es una amenaza y si quieres grabarlo, grábalo, exploto porque ayer ustedes me maltrataron como una mierda y eso no se le hace a Benedetti”.

Dolido, el hoy exembajador le dejó claro a Sarabia que no estaba jugando y se preocupó por advertirle que no era una amenaza. “Era como tratando de enrostrame ‘tú no vales verga’, pero yo no entiendo tú de dónde sacas eso y no es una amenaza (…) no sé. Con tanta mierda que yo sé, pues nos jodemos todos, sí, ustedes me joden a mí, yo los jodo a ustedes, pero se caen las torres gemelas. (…) A Osama Bin Laden, cuando tumbó las torres gemelas, le importaba una mondá la imagen y si lo iban a matar o no lo iban a matar, pero tumbó las torres gemelas”, señala Benedetti en uno de los fragmentos más candentes conocidos por SEMANA.

Benedetti estaba cansado en Venezuela y tenía la ilusión de volver a Bogotá después de las conversaciones que había tenido con el presidente Petro y las promesas que le había hecho para regresar y más con los cambios en el gabinete. “Laura, tú me conoces a mí. (Mira) el cuento del tigre, al tigre hay que dejarle una salida porque si no se tira encima de las personas. Y tú sabes que yo soy tigre que sin salida de pronto me tiro encima de las personas”, le subraya Benedetti a Sarabia.

El entonces embajador contó que salió llorando de la cita en Palacio. “Yo te lo juro que ayer cuando salí de Palacio me fui llorando me fui con el ojo (…) no hay derecho a que tú tú tú olvídate de Petro Petro puede ser un hijueputa y es hijueputa y lo conocimos hace un año que entre otras cosas tú no querías que lo apoyáramos”.

Además, expresó su molestia porque se sentía relegado, mientras Sarabia concentraba todo el poder al ser la sombra del presidente Petro.

“Yo no entiendo, supongamos que (Petro) ya no me quiere, que me odia, eche, hay otras cosas que debe rescatar de mí, jueputa. Yo trabajé en la puta campaña, hice lo demás, hice lo otro, ¿cómo así que no? ¿Tú me has pedido, me has hecho un favor? ¿Yo he nombrado un portero? (…) ¿Tú me has pedido una hoja de vida de algo, de bacán, de amistad? No (…) Nadie me deja tirado tres horas ahí, un man que hizo 100 reuniones en una campaña política, un man que consiguió 15.000 millones y ahora… que busqué toda la plata y tú lo sabes más que nadie, pa’que se fueran a los hoteles, para que se viniera para acá y todo lo demás”.

Benedetti estaba indignado y le decía a Sarabia que el presidente le debía su triunfo en las urnas. Durante la campaña, la sombra del candidato Petro era, sin duda, el exsenador Benedetti. Le organizaba la agenda, le hacía cumplir sus citas en los medios y hasta le administraba su vida con tal de que cumpliera con todos los actos.

“Nadie, ni Petro, trabajó más que yo en esa hijueputa campaña. Si no hubiera sido por mí, no ganan, hijueputa, no gana nunca. Pa’que me dé ese tratamiento: ‘tengo que ir a grabar’, no se qué mondá y tú emputada y la gente, nada, ‘¿qué hace usted aquí?’ ¿Qué es eso, Laura?”, le dice Benedetti.

En los audios se pone de presente una información muy grave. “El señor Prada se robó todo el ministerio con la mujer, el señor Roy (…) todo hijueputa, todo (…)”.

Benedetti, furioso, le hizo una comparación a Sarabia y que pareciera premonitoria sobre el escándalo que se desataría si se descubre lo que ocurrió en la Costa con la financiación de la campaña presidencial de Petro.

“En el momento en que yo diga quién dio la plata aquí en la Costa, yo sé que es esa mondá, tú que no sabes un culo de historia, lee cómo empezó el hijueputa (proceso) 8.000 y por qué empezó, ahí está la clave de todo lo que te va a pasar, y si tú crees que es un chantaje, cree que es un chantaje, es una respuesta a una forma de hijueputas de ustedes, es una respuesta a una hijueputada, no es chantaje todavía”, le aseguró Benedetti a la que era la mano derecha de Petro. Y le insistió: “Vamos a ver qué tal que uno diga quién fue el que puso la plata aquí en la Costa… jum…”.

Las conversaciones duraron varios días y allí salta a la vista que el nombre de Benedetti se consideró para varios cargos en el Gobierno, en Bogotá.

Ante lo que parece un incumplimiento, en uno de sus audios, se escucha explotar a Benedetti.

“No te estoy amenazando, pero ahora sí te amenazo, hijueputa, a ti y al presidente, ¿oíste? No te estoy amenazando, pero si tú quieres que te amenace, yo salgo y cuento todo lo que sé. Que sé bastante para acabar con el mundo, ¿oíste? Con el de ustedes y con el mío. Así que no me vengas a hablar en ese tono tan maricón que no te estoy amenazando, te estoy es reconviniendo, por una hijueputa como tú que se ha portado conmigo, como una hijueputa después de todo lo que yo hice por usted también”.

Benedetti desafió a Sarabia. “Tienes huevo al decirme que amenace al presidente. ¿Quieres esa pelea? ¿Quieres esa puta pelea? ¿Dime cuándo la quieres? Hazle, pues, dale. En vez de tratar de reconocer el error y tratar de enmendar las cosas, tú lo que quieres es pelea, hijueputa, ¿me estás usando? Dale, hijueputa, se acaba el mundo tuyo, el mío y el de todo el mundo (…) todo el mundo, hijueputa”.

El entonces embajador trataba de explicarle a Sarabia que su rabia no era por puestos, aunque todo el tiempo reclamaba que no le habían dado ninguno. Por el contrario, volvía y le advertía que los escándalos de los presidentes en el mundo se han desatado a partir de alguien de adentro, dolido, así como estaba él.

“Oye Laura, tú deja de ser tan imbécil, de verdad crees que esto es de contratos. ¿Estás viendo lo que pasó en la campaña? ¿Qué es lo que te pasa? ¿Me estás amenazando, Laura? ¿Tú me estás amenazando a mí, Laura? Como tú no sabes un culo, revisa cómo son los escándalos en la hijueputa vida aquí y en todas partes del mundo, a alguien como yo se lo culean y creen que lo van a joder (…) ¿Y ahora estás en ese plan? Dale Laura, dale mi Laura, dale mi Laura, dale, es un ciempiés al lado de 20 king kongs”.

En un momento de la conversación, Benedetti perdió los estribos. “Si antes te sentías amenazada, ahora sí es culo de amenaza. Y me dices hijueputa cuándo culo quieres que esté allá en Bogotá y me dices cuándo culos quieres empezar a pelear, o cuándo culos quieres arreglar. Usted está allá es por mí, hijueputa, por mí. O es que alguien te iba a pasar al teléfono si no hubieras trabajado conmigo, te hubiera dejado sola a ver qué culos ibas a hacer. Ahora sí que estamos todos amenazados hijueputa, dime qué más hay qué hacer”.

Armando Benedetti deja sobre la mesa una frase demoledora. Dice que, si él habla, todos podrían ir a la cárcel. “No es mamando gallo, no es amenaza, porque tú me conoces. Yo no me voy a dejar mamar gallo, Laura, te lo juro por la vida de mis hijos que no pasará nunca, nos hundimos todos, nos acabamos todos, nos vamos presos, acabamos toda la hijueputa verga”.

Ante lo que parece una tensión entre ambos, por el poderoso puesto de Sarabia, Benedetti insiste en quitarle los miedos. “No es verdad, hijueputa, eche, no me jodas más con tu puesto, yo no quiero tu hijueputa puesto, me vale verga tu puesto, no quiero esa mondá, no quiero estar en Palacio, no quiero ser el constructor de todas las cagadas que llevan ahí, no quiero”.

Es claro que Benedetti quería regresar a Bogotá y dejar la embajada en Caracas. Para empezar, sus relaciones con el canciller Álvaro Leyva eran pésimas.

El exembajador le sacó en cara a Sarabia los ofrecimientos que le hizo. “Tú fuiste la que me ofreció algo en el Ministerio del Interior, no había nadie mejor en el planeta tierra, nadie te ayudaría más que yo. (…) Entonces, búscame una solución rápida, la que sea, pero ya me estoy emputando de verdad, Laura, porque tú eres una persona diferente hoy y ayer a la que fuiste el domingo, pero del cielo a la tierra. Mi Laura fue otra vez la del domingo, ahora estás es mamándome gallo, y como hijueputa me estén mamando gallo, vamos a ver qué pasa Laura. Me importa un culo, a mí me dijeron ‘cuando arregle su problema se viene enseguida’. En serio, Laura, bájale a la mamadera de gallo, no respondo, una vez que dispare hijueputa nos ahogamos todos. Te lo juro”.

Y no solo le reclama por el Ministerio del Interior, sino también por la Cancillería. “Quedamos que era la Cancillería o el Ministerio del Interior, los dos te los firmo, pero yo sé que te puede ayudar más a ti, el Ministerio del Interior, haciendo equipo sacamos todo… O sea, cuántos meses necesitas tú para (…) saber que Velasco no te va ayudar con la tarea y que vas a perder las elecciones (…) Ya qué importa molestar a Velasco, ya sabes que Velasco no te va a servir porque ya todo el mundo te lo dijo”.

Pero las opiniones de Benedetti sobre el hoy ministro del Interior eran bastante negativas. “Velasco no puso ni un peso, ni hizo una reunión, entonces, toca estar pendiente que el señor no se moleste, pero yo que me joda, como siempre, yo que me joda (…) Yo no entiendo cómo todo el mundo en Colombia dice que yo puedo prestarte a ti una asesoría verraca y tú eres la única que no”.

Como Sarabia no le concretaba nada a Benedetti, de lo que él había hablado con el presidente, se quejaba de las demoras.

“Había un compromiso de que apenas arreglara mis problemas un día y entonces, ahora que los arreglo, hay que esperar qué pasa con Velasco, siempre me toca hacer cola, es lo que te digo, que uno se emputa, se molesta, falta que tú me digas: ‘oiga voy hacer este plan’, a ver qué pasa”.

Pero con los audios se puede inferir que Sarabia le llegó a ofrecer algún cargo en el tema de la paz, “Laura, lo de la paz te dije que no y no es no. (…) Un poco de ministros como si fuera un lavaperros de esos maricones. Además, ya estoy como si yo fuera el que fuera perdiendo 3-0 y van 20 minutos, y solo queda ese cambio, que para no molestar a los jugadores”.

Ese domingo, en el que hablaban con más calma, y Laura parecía ofrecerle a Benedetti lo que quería, hubo cierta calma y el exembajador se puso emotivo.

“Puedo decirte que quedé muy contento de la conversación, que nunca se te olvide que tú y yo ya hicimos historia, no todo el mundo lo sabe o lo supone, o lo dice un poco, pero para que quede en los libros de la historia que tú y yo elegimos presidente contra todo pronóstico. Siempre fuimos un equipo, tú estás tratando por allá, yo por acá y vamos a decir la verdad, tú estuviste conmigo bajo la batuta, ahora yo estaré contigo bajo tu batuta, pero si hacemos equipo, te lo juro que pasamos a la historia como que salvamos esta mierda, que es el Titanic propiamente”.

“Y dile al presidente que tú te pones de garante de todo lo que vaya a pasar, o sea te toca, me pregunto yo, perder el culo si yo no hago las cosas bien, le puedes decir, confía en mí, yo soy el garante de que Benedetti no la va a cagar, al revés, vamos a triunfar”.

Cuando Benedetti perdía la paciencia le decía a Sarabia que le estaba tomando el pelo con lo de su regreso a Bogotá.

“No sé por qué tengo un tufillo, una sensación que me diste fue manejo ese día, de lo que pueda hacer o qué, no sé (…) Y ahí vienen las cosas que yo te digo a ti, es que yo fui el que batallé… y tengo que estar pendiente de otros que no hicieron un culo”.

Armando Benedetti le reclama a Laura Sarabia como si lo estuviera presionando con los procesos judiciales que ha enfrentado, algunos de ellos ya cerrados.

“Laura, no me amenaces con que el recurso va pa la Corte o no va pa la Corte, eso lo decido yo, porque yo estoy a punto de resolver mi problema y esa no es la respuesta. Yo no estoy pidiendo puestos ni un culo, si me quieren echar, me echan. Lo que tú no quieres entender (…) me importa un culo tu puesto, tu puesto se lo debes tú, según tú, a los Dioses (…) Yo reclamo un espacio político y ¿por qué tiene que ser en nombre mío?, ¿por qué a mí nunca nadie me ha pedido una hoja de vida?, ¿por qué nunca nadie ha tenido una decencia de decirme allá en Barranquilla, tú vives allá hijueputa, naciste allá, por qué culos no dicen vamos a ayudar en algo? Todo es desprecio”.

Benedetti acusa a Sarabia, además, de llamar a sus familiares. “Te lo juro que estás de una ingenuidad y una inexperiencia, ahora sí entiendo por qué les va tan mal en el Gobierno, por la inexperiencia e ingenuidad. Y entonces creo que también llamaste a mi papá ayer para asustarlo con el tema jurídico. O sea Laura, por favor, Laura, estás jugando con profesionales, Laura (…) Qué baja, Laura, qué baja y qué aficionada toda la vida. Llamar a Adelina que estoy pidiendo el Ministerio del Interior para que ella se empute conmigo y entonces yo no pida eso”.

“Tú me dices que fuiste muy leal conmigo, que me ayudaste para que no me pusieran preso y llegas a la Presidencia, marica, y como si no me conocieras, le fue mejor a Prada contigo, que nunca trabajó contigo, que no hizo un culo de campaña, le fue mejor a Roy contigo, le fue mejor a todos los ministros que están allá, que no sirven para un culo, ¿cómo así?”

En la conversación, igualmente, sale a flote que a Benedetti le ofrecieron regresar a Colombia para ser la ficha del Gobierno de cara a las elecciones de octubre.

“Tú lo que me estás diciendo a mi es que entonces ahora lo que voy a hacerme es cargo de otra campaña electoral para que después me patee el culo todo el mundo. No sé. ¿O es que el único puesto donde conservo el fuero es en la embajada? Ahhh, no sabía. No me amenaces que me van a echar, ay, échenme”.

El tema del fuero de Benedetti se volvió importante en la conversación con Sarabia. “Es que yo no estoy pidiendo empleo. Yo no voy a organizar ningún mapa político de nadie. ¿Y es que el único puesto donde conservo mi fuero es en la embajada? O sea, tú lo único que estás corroborando es la humillación que me hiciste ayer y me hiciste antes de ayer (…) Aquí la que tiene el poder y la hijueputa has sido tú”.

Por momentos, Benedetti se escucha suplicante. “Yo lo que quiero es hacer equipo contigo, estoy aburrido en Venezuela, tú sabes que eso no es lo mío. ¿De dónde tú sacas que yo estoy contento y tú eres la que está sufriendo? Yo te lo digo con todo el cariño, es que las cosas tienen un sindéresis y el sindéresis, lo correcto, es que yo estuviera en Colombia, trabajando hijueputa no sé, donde te dé la hijueputa gana. No voy a competir contigo, no quiero competir contigo, no me ofrezcas un cargo del cual yo no tenga potestad. Entonces, mejor dilo, si tú no eres capaz de aceptar de que tú te has portado como una mierda conmigo (…)”.

Y le recuerda la demora en ser atendido en Palacio. “Yo llevo cuatro horas sentado en una silla, me estaba muriendo de rinitis, tú no saliste nunca a un culo, yo llegué a las cinco y a las ocho es que tú haces la llamada, tres horas después (…) Si tú fuiste tan leal a mí, por qué me dejas tirado cuatro horas en una silla, sin irme a preguntar: ¿quiere un café, cómo está usted? Discúlpeme”.

Benedetti le recuerda a Sarabia lo que hizo en campaña. “Discúlpame, ¿pero yo qué he hecho? Me fui para Venezuela, me sacaron de aquí, conseguí 15 millones de barras, que pagara el tiempo de no sé que mondá, te lleve a ti, lleve al hijueputa de Prisa todo, hicimos 100 reuniones, no marica y la jefe de gabinete me recibe a las tres horas, como un culo, no”.

En medio de la pelea de varios días por chat con Sarabia, Benedetti le reclama y le dice que el Gobierno va mal. “Yo no sé como tú no entiendes de que ustedes van en el 30 por ciento en las encuestas y creo que van en 10, pero yo no estoy diciendo que reclamo eso por eso (…) Si me nombras ministro, ¿qué?, ¿te daño el puesto a ti? ¿Te jodo a ti? No señora, nunca te voy a atacar ni un culo, tú fuiste la que perdiste la visión de equipo (…) Yo dije: eso no pasa de seis meses, siete meses, Laura vuelve a ser la misma, no, marica, sigues afianzándote ahí, no arrancan un culo, no gobiernan, no hacen nada, todo hermético, todo una mierda. Yo estoy reclamando un espacio político y verán que haces con ese reclamo. Que es muy en serio”.

Hay un fragmento de los audios que llaman mucho la atención y es cuando Benedetti le habla de sus relaciones con Estados Unidos.

“Me sigo acordando de cosas y una de ellas es que tengo excelentes relaciones con el Departamento de Estado, excelentes son excelentes, pero de eso no te puedo contar. Pero no es que me vaya así de espía, ni nada de eso, sino (…) bueno después te cuento (…) y con la DEA también”. Laura Sarabia, cuando se veía acorralada, le ponía de excusa al presidente, y eso indignaba a Benedetti.

“Si tú no me puedes ayudar, ¿quién me puede ayudar? O si al presidente no le haces entender lo que va a pasar, ¿quién más puede que tú? Así que esa frasecita de que ‘no depende de mí, sino del presidente’, es la frase más tonta y más vieja que he escuchado de todo en política. Llegamos a un acuerdo y se puede hablar con el jefe y vuelven y desarman el acuerdo y vuelven y hacen el acuerdo y el jefe dice que sí y ella que no. Esa maricada no me la vayas a aplicar a mí porque no la han aplicado en los 20 años de política”.

Benedetti no dejaba de advertirle a Sarabia que se podían joder todos. “Hijueputa, si no, nos jodemos todos, no me jodas más, dame una hijueputa solución, es que no te estoy diciendo que me la busques ya, pero tú me puedes decir: ‘deme 10 días para tal cosa o deme 25 mil días o deme un siglo’, pero esa maricada de que no se puede, voy a pensar, o sea no tienes plan de un culo, que mi puesto que no se qué, que Velasco, que no se puede, ¿quieren ganar las putas elecciones? Hay que empezar ya, no las quieren ganar, entonces no las ganen, entonces dime: ‘Vea, yo no quiero darle a usted ningún puesto, ¿cómo negociamos?, pero no me mames más gallo, te lo juro”.

El exembajador le dijo a Sarabia que había expectativa con su regreso a Bogotá y que hasta el Departamento de Estado se había comunicado con él. “El día que hiciste cambios de ministros, todo el mundo (…) hasta el Departamento de Estado me llamó, eso significa que no es como tú dices, la gente de alguna u otra forma estaba esperando que volviera”.

Hay un tema espinoso en los audios, del que poco se atreven a hablar, pero que en medio de la pelotera entre Benedetti y Sarabia, quedó planteado. “Y por el tema de las libertades individuales, nuestro jefe tiene más problemas que uno, pero bueno, así que nunca debiste haber dejado que me descalificaran por eso, pero con lo que me acabas de decir (…) más rápido me arranco de aquí”.

Benedetti se veía muy preocupado en los audios por el futuro de las elecciones. “Por otro lado, si no hay quién participe en política, pues vamos a perder, y entonces cuando daban puestos a los (…) ahí si no es nada malo, es que no voy a intervenir en política, yo lo que voy a hacer es un acuerdo con los gobernadores. O sea, que cuando daban puestos entonces sí, sí está permitido por algunos funcionarios. Además, eso no era mi interés, tú fuiste la que me dijiste (…) que yo fui el que te enseñé, cómo las vas a perder”.

Tal vez una de las críticas más agudas que Benedetti le hizo a Sarabia ocurrió al día siguiente que Petro borró el tuit cuando informó que la Fuerza Pública había encontrado con vida a los cuatro menores de edad que sufrieron un accidente en una avioneta en la selva del Guaviare.

“Laura, yo sé que a ti no te gusta que te den consejos, pero voy a intentar. El presidente sale como un loco ayer y juega con una vaina de víctimas y tal, para una vaina de política de cuatro niñitos ¿verdad? Resulta que hoy queda ya claro que eso no es así, entonces sale la Aeronáutica, como si fuera de otro gobierno, de otro país, jodiendo al presidente. Lo que había que hacer, o el presidente o tú, tú, tú, haz debido salir. Tú eres mujer, eres mamá, ¿me entiendes? Haz debido salir a decir: vea, la Aeronáutica dice que encontraron esto de la avioneta (…) la Aeronáutica, como una apéndice, o algo, no ustedes, está dejando como un loco al presidente y mira en lo que quedó”.

“A ver Laura, no sé si me explique bien o no, vi el Twitter de que el man lo borró, quedó como un loco, como un huevón, tratando de sacarle partido político ayer a unos niños y que además no los han encontrado (…) El man se equivocó (…) ok, entonces, el inteligente es ahora Federico Gutiérrez, ey, los niños y tal. Marica, hasta se ganó la lágrima mía, estamos hablando del presidente de la República, la cagó ayer, hoy la vuelve a cagar cuando borra, pero además el problema no es ese, el problema es la Aeronáutica Civil, sale una entidad como si fuera una apéndice, como si fuera un eslabón de otra cadena que no es la del Gobierno a decir tal vaina. Esa noticia tenía que haberla dado el propio presidente o tú, jefe gabinete, que ya te conoce el país, que eres mujer, que tienes un niño y te pones hijueputa con cara de lástima a decir: ‘pasó esto y ya’, tú controlas ahí el daño, no es que te vayas a quitar el daño, lo de Federico Gutiérrez, si no lo entiendes, no es que el tipo se ablandó, sino que te que están culeando”.

“No entiendes lo de Federico Gutiérrez, es que te están culeando, tú crees que lo hicieron tan bien que el señor aplaudió, no marica es suicidio, métase una pastilla de cianuro cada uno. Te está culeando, te está dejando en evidencia, que vales verga. Entonces tú no puedes creer que ‘hasta Federico Gutiérrez’, te está culeando, está haciendo campaña”.

Benedetti fue muy reiterativo en cobrarle a Laura que, gracias a él, había llegado a la campaña de Petro. “Claro que todo me lo debes a mi, por yo haber nacido además, porque yo soy el que te llevo a donde Petro. Soy el que te doy a conocer, ¿o alguien te hubiera pasado al teléfono si tú hubieras llegado sola a donde Petro? Ni una sola persona”.

El exembajador se enfureció con los artículos de prensa en los que Sarabia lo desconocía. “Ahora te voy a mandar un artículo ahí, tú estás quedando como una tonta, eres el hazmerreír delante de todo el mundo, eh Laura, de los poderosos (…) estás hecha una “cagá” para que sepas. Y ahora te voy a mandar un artículo ahí, para que veas que yo sí te quiero ayudar, como yo ayudo y tú diciendo huevonadas, una tonta, estás hecha una idiota”.

Benedetti cuestionó las entrevistas de Sarabia en El Tiempo, en la que dijo que quería ser presidenta, y El País, de España.

“Nadie tiene mi teléfono y tengo ocho mensajes diciendo lo malagradecida, que lo eres, ya lo sabíamos, de todo, no se a ti qué te pasó. Tú crees que sin mi hubieras llegado a trabajar con Petro. Acabas de destaparte, menos mal te destapaste sola, los senadores Lidio García, todos, hablando de tu deslealtad y de todo, entonces, ¿llegaste porque Juan la Verga, qué? Yo te lo dije el otro día: tú no me conoces a mi (…)”.

“Llevas seis meses, seis meses tratando de decir que no tienes nada que ver conmigo, deja de ser tan estúpida. De verdad que eres una estúpida, Laura, nunca había visto una cosa igual, seis meses (…) por mí, tú nunca diste una idea para la campaña, tú lo que eres es una vieja eficiente, de hecho, vas 30 por ciento en las encuestas. Todo lo que está pasando es culpa tuya, porque como estás gozando de las mieles del poder (…) no estás haciendo un culo, no has hecho una verga (…) Te juro que me da es risas, estás más chiquitica de lo chiquitica que tú eres, en la cabeza”.

Benedetti le recrimina constantemente a Sarabia por negarlo. “O sea, “no tuve nada que ver con él”; no, no, seguramente tú, Laura Sarabia, te hubiera pasado todo, no te hubiera pasado nadie al teléfono, y eras eficiente de las cosas que a mí se me ocurrían nada más, y ahora como a mí no se me ocurre nada estás siendo eficiente pa un culo, pa acabar con el Gobierno, pa acabar con todo. Un poco de ministros guevones ahí, crees que porque Prada y el Canciller te decían que eras la verga, ve fuera de Bogotá para que veas lo que están diciendo de ti”.

Benedetti sacaba sus propias conclusiones. “Ahora sí ya entendí por qué no me quiere llevar para Colombia, porque te voy a quitar tu hijueputa puesto, te lo puedes meter por el culo, porque ese puesto no lo coge nadie sino los perdedores como ustedes”.

“Me acaban de escribir esto con lo cual estoy de acuerdo, en qué tú estabas obsesionada conmigo, ‘yo tengo lo que Benedetti debía tener’, ‘ay yo hago lo que Benedetti quería hacer’, nada mija, eres la pendeja del conjunto residencial ese cagado en donde vivías y ahora eres hijueputa (…) en todo el país”.

Finalmente, de los audios se desprende otra revelación y es quién nombró a Sarabia como jefe de gabinete, según Benedetti.

“En lo único que tienes razón, pero tú cabecita chiquitica como tú eres chiquitica no entiende, es que es verdad, yo no tuve nada que ver, tú no eres cuota mía, yo a ti no te recomendé, tampoco te escogió Petro, te escogió Verónica, y ya sabes por qué”.

 

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Tomado de “Sé bastante para acabar con el mundo”: las confesiones del exembajador Armanado Benedetti a Laura Sarabia sobre la financiación de Gustavo Petro en Colombia