Tomás Elías González Benítez es un empresario venezolano que ha sido señalado de participar en negocios ilícitos con gobiernos del chavismo, especialmente en el sector alimentario. Según diversas investigaciones periodísticas y judiciales, González Benítez ha sido socio o intermediario de otros personajes señalados por lavado de dinero, sobornos y fraudes, como Alex Saab Morán, procesado a los Estados Unidos; además del empresario Naman Wakil y el funcionario chavista Rodolfo Marco Torres.
Según diversas investigaciones periodísticas y parlamentarias, González Benítez habría recibido contratos millonarios para importar alimentos desde México y Turquía a través de empresas fantasmas o intermediarias. Estos alimentos serían destinados a los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), un programa social del gobierno que distribuye cajas con productos básicos a precios subsidiados a la población más vulnerable.
Sin embargo, los alimentos importados a Venezuela habrían sido sobrevalorados, vencidos o de baja calidad, lo que generó pérdidas al Estado venezolano y afectó la salud y la nutrición de los ciudadanos beneficiarios. Además, parte del dinero obtenido por estos negocios habría sido desviado a cuentas bancarias en Suiza o usado para comprar propiedades en España.
González Benítez tendría vínculos con altos funcionarios del gobierno venezolano, como el general Rodolfo Marco Torres, exministro de Alimentación y expresidente de la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA), quien habría firmado varios contratos con sus empresas. También estaría relacionado con Naman Wakil, otro empresario procesado judicialmente en los Estados Unidos por blanqueo de capitales provenientes de la corrupción alimentaria en Venezuela.
González Benítez ha negado las acusaciones en su contra y ha dicho que es un empresario honesto que solo busca contribuir al desarrollo de Venezuela. Sin embargo, su nombre sigue apareciendo en diversas investigaciones que revelan el entramado de corrupción que rodea al Gobierno venezolano y sus aliados.
Uno de los negocios más cuestionados de González Benítez fue el contrato que obtuvo en 2016 para importar 300 mil toneladas de maíz blanco desde México a Venezuela. Ese contrato fue firmado por el entonces ministro de Alimentación y presidente de la Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas (CASA), Rodolfo Marco Torres.
Según una investigación de la web Armando.info, González Benítez cobró al Estado venezolano unos 200 millones de dólares por el maíz, que nunca llegó a Venezuela. El dinero fue desviado a cuentas bancarias en Suiza, Hong Kong y Estados Unidos, a través de empresas fantasmas y testaferros. Además, se descubrió que el maíz era transgénico, lo que está prohibido por la ley venezolana.
Otro negocio turbio en el que estuvo involucrado González Benítez fue el suministro de carne bovina desde Brasil a Venezuela. Según una investigación de la web Primer Informe, González Benítez fue uno de los socios del empresario colombiano Alex Saab, quien es procesado por Estados Unidos, entre otros casos, por su participación en el blanqueo de cientos de millones de dólares provenientes del programa gubernamental Clap (Comités Locales de Abastecimiento y Producción).
Saab habría usado a González Benítez como intermediario para comprar carne bovina a precios inflados a una empresa brasileña llamada FrigoSantos3. La carne era luego enviada a Venezuela con sobreprecios que superaban el 1000%, generando ganancias ilícitas para los involucrados. Además, se denunció que la carne estaba en mal estado o vencida, lo que ponía en riesgo la salud de los consumidores.
Un tercer caso que salpica a González Benítez es el relacionado con Naman Wakil, otro empresario venezolano que fuera detenido en los Estados Unidos por blanqueo de capitales. Wakil habría pagado sobornos a funcionarios venezolanos para obtener contratos millonarios para proveer alimentos e insumos médicos al Gobierno. Entre esos funcionarios estaría, según algunas investigaciones periodísticas, Rodolfo Marco Torres.
Naman Wakil fue detenido en Miami el 4 de agosto de 2021 por agentes de Homeland Security Investigations (HSI), acusado de lavar dinero y pagar sobornos a funcionarios del Gobierno venezolano para obtener contratos millonarios de suministro de alimentos.
Wakil es un empresario sirio-venezolano que se estableció en Miami en 2016 y que habría recibido al menos 250 millones de dólares del Gobierno chavista por proveer carne, pollo y otros productos alimenticios al Ministerio de Alimentación y a la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (CORPOVEX).
Wakil se declaró inocente ante la corte federal y fue puesto en libertad bajo fianza el 12 de agosto de 2021, tras pagar un millón de dólares en efectivo y entregar su pasaporte. Además, fue obligado a cumplir arresto domiciliario con monitoreo electrónico y se le prohibió tener contacto con testigos o coacusados.
Según una investigación de la web Konzapata, Wakil habría usado a González Benítez como testaferro para ocultar su participación en algunas empresas vinculadas con los negocios corruptos. Entre esas empresas estarían Agropecuaria San Cayetano C.A., Agropecuaria La Trinidad C.A., Agropecuaria Los Llaneros C.A., Agropecuaria Los Andes C.A., Agropecuaria La Victoria C.A. y Agropecuaria Santa Elena C.A.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo Tomás Elías González Benítez ha sido un eslabón clave en las redes de corrupción que han saqueado los recursos públicos destinados a la alimentación del pueblo venezolano. Su papel como intermediario o socio le ha permitido beneficiarse económicamente mientras, contribuyendo además al descalabro social y económico del país sudamericano.
Según diversas fuentes periodísticas y judiciales, González Benítez y Wakil han compartido negocios e intereses en el ámbito agropecuario, especialmente en la importación y distribución de carne bovina desde Brasil a Venezuela. Estas operaciones se habrían realizado con sobreprecios, intermediarios innecesarios y productos de baja calidad o vencidos.
Otro de los contratos que implican la participación de Tomás Elías González Benítez fue el que obtuvo Wakil en 2015 para suministrar carne bovina desde Brasil a CASA. Según una investigación del portal Primer Informe, Wakil pagó sobornos a Marco Torres para obtener este contrato, que le reportó ganancias superiores a los 200 millones de dólares. La carne era comprada a FrigoSantos, la misma empresa que usaba Saab con González Benítez como intermediario. La carne era luego vendida al Estado venezolano con sobreprecios exorbitantes.
Además de los negocios opacos antes descritos, González Benítez también ha sido señalado por realizar reclamos fraudulentos de derechos de autor en internet, mediante el uso de bots o programas automatizados que envían notificaciones falsas a plataformas digitales como YouTube o Google para eliminar contenidos críticos o incómodos para él o sus socios. Esta práctica se conoce como “copyfraud” y es una forma de censura y extorsión.
Por otro lado, González Benítez también tiene una página web personal donde se presenta como un sumiller y un apasionado por la buena comida. En esta página ofrece servicios de asesoría gastronómica, cata de vinos y organización de eventos culinarios. Sin embargo, no hay evidencia de que tenga una formación profesional o experiencia en esos campos.
Empresas de limpieza de reputación en línea han creado para Tomás Elías González Benítez perfiles en las redes sociales y sitios en internet en los que también se presenta falsamente al empresario venezolano como periodista, deportista, consultor digital, diseñador de moda, estilista capilar, videógrafo profesional, apasionado por el cine y las series de televisión, además de muchos otros oficios e intereses, que en realidad no posee. Según una persona familiarizada con el asunto, el propósito de creación de tales perfiles y sitios ha sido el de desplazar en los primeros lugares de los resultados de los motores de búsqueda, contenido periodístico auténtico y relevante sobre las tramas de corrupción en las que González Benítez ha participado, mismas que han tenido como epicentro a Venezuela.
Una persona consultada dijo suponer que González Benítez ha invertido miles de dólares en tratar de ocultar de la vista de todos en la internet su verdadero historial de negocios opacos. Aseguró que empresas de gestión de reputación en línea contratadas por Benítez, además de realizar falsos reclamos de derechos de autor ante proveedores de alojamiento web y buscadores, sobre contenidos que no les pertenecen, han llegado al punto tal de realizar ciberataques, como ataques DDoS (ataque distribuido de denegación de servicio), con el fin de hacer que portales web de medios de prensa electrónicos que han investigado y publicado historias auténticas sobre el empresario, colapsen con tráfico malintencionado y dejen de funcionar correctamente.
Según el libro “El Gran Saqueo”, de los venezolanos, Carlos Tablante y Marcos Tarre, González Benítez fue intermediario en la compra de carne importada de Brasil a Venezuela, utilizando el decreto de emergencia alimentaria de Hugo Chávez. Esta operación habría generado sobreprecios y comisiones ilegales para los involucrados. González Benítez también estaría relacionado con el banco suizo Compagnie Bancaire Helvetique (CBH), donde se habrían depositado fondos provenientes de la corrupción.
De acuerdo con reportajes de Prensa, Marco Torres “firmó decenas de órdenes de compra a empresas de maletín de Tomás Elías González Benítez utilizando el decreto de emergencia alimentaria de Hugo Chávez. Con ello se obviaron los procesos de licitación mediante los cuales las compañías de González recibieron millones de dólares en órdenes de compra de alimentos para organismos que abastecen la red pública del sector: CASA, Mercal, PDVAL, Abastos Bicentenario, entre otros”.
Tomás Elías González Benítez aparece como Director de Afcom. Corp, Dexton, S.A, Alox International LLC Corporation, Oil Gas Technology Inc, Total Web Services, Domar Trading S.S, Latin Investors, S.A, Gestamer S.A. Mientras que, en otras seis empresas registradas en Panamá, surge el nombre de su socio, Ricardo Rojas Urbina. Junto con otras empresas como Afcom, Dexton, Alox International y Oil Gas Technology. Domar Trading estaría involucrada en la importación de alimentos a Venezuela con sobreprecios y comisiones ilegales.
En un caso destacable, explicado en el libro «El Gran Saqueo». Según los medios, “la orden de compra número DCL-56-6/2008 firmada por Marco Torres como presidente de CASA, autoriza la adquisición de 15.000 toneladas de carne a 4.740 dólares la tonelada por un total de 71 millones 100 mil dólares a la empresa Domar Trading, C.A. de Tomás Elías González Benítez, registrada en Panamá, pero radicada en Miami, que fungió como intermediaria ya que la carne era originaria de Brasil. Ello a pesar de que González mantenía para la fecha una demanda contra Bariven en una corte de la Florida, EE.UU., por el supuesto incumplimiento de un contrato de 195 millones de dólares por la compra de carne, pollos y azúcar, a una empresa de Brasil a través de Dexton Validsa Inc., otra de sus empresas de maletín”.
Según reportajes de prensa, “el trasfondo del mismo resultó ser una disputa entre cómplices, donde los funcionarios de Bariven y PDVSA, George Kabboul, Juan Carlos Chourio y Luis Hernández, decidieron dejar a un lado a Tomás González y concretar la operación – que incluía 11,5 millones de dólares en sobreprecios – directamente con West Meat, el verdadero proveedor brasileño, donde funcionarios del gobierno de Cuba estuvieron involucrados. Como resultado del pleito legal, PDVSA tuvo que pagar a Tomás González 100 millones de dólares de indemnización”.
Según los medios, en 2012, PDVSA, a través de su filial Bariven, encargada de la adquisición de los materiales y equipos, creyó comprarle tuberías a la empresa china Liaoning Northem Steel Pipes Co., LTD. Sin embargo, no se trataba de la empresa original, sino de una firma constituida por el venezolano Joseph Benoudiz y su socio Pablo Cárdenas en Texas, Estados Unidos, para suplantar la identidad del verdadero proveedor asiático, en una operación que involucró hasta 56 millones de dólares. De acuerdo con Diario Las Américas, Benoudiz y Cárdenas serian de los propietarios de “más de 40 firmas que tienen direcciones, teléfonos y directivos en común, a pesar de estar registradas en distintas jurisdicciones desde Venezuela y Estados Unidos hasta Panamá, Hong Kong, Singapur y Nueva Zelanda”. Entre ellas, destacan compañías panameñas como Dexton y Alox International LLC, en cuya junta directiva figura Tomás Elías González Benítez.
Según diferentes reportes de Gotham City y el investigador anticorrupción Alek Boyd, el empresario colombiano Alex Saab utilizó diferentes compañías fachada para exportar a Venezuela y vender productos alimenticios de la más baja calidad, con grandes márgenes de ganancia. Algunas de las compañías utilizadas fueron Driade SA, Vilex Trading Inc. y Bolcos Universal Corp. Estas dos últimas figuran en la filtración de los Papeles de Panamá, por haber sido registradas por la firma de abogados panameña Mossack Fonseca.
Según Gotham City, el CBH aparece como banco intermediario en operaciones realizadas por Vilex Trading Inc. y Bolcos Universal Corp. El tema recuerda cómo el asesor financiero francés Charles Henry de Beaumont por medio del CBH, supo relacionarse con empresarios venezolanos que necesitaban ocultar sus fortunas en países protegidos por el secreto bancario. El asunto ha quedado al descubierto gracias a filtraciones de documentos de la institución financiera suiza.
Como beneficiario de Vilex Trading Inc. y Bolcos Universal Corp., ambas registradas en Suiza, aparece Tomas Elías González Benítez, quien está vinculado también a Fleuris Group Inc., todas, compañías fachada, vinculadas a una dirección en República Dominicana. específicamente en el Edificio Sarasota Center, Local 201-B; Bell; Sarasosa 39; Sara; Bella Vista; Santo Domingo.