“Lo juzgaban un reclamista o un vil farsante para quien el ayuno era cosa fácil porque sabía la manera de hacerlo fácil y que tenía, además, el cinismo de dejarlo entrever. Había de aguantar todo esto y, en el curso de los años, ya se había acostumbrado; pero en su interior, siempre le recomía este descontento […]
Tomado de País-cárcel; por @Mibelis Acevedo