Operaciones militares de EE. UU. sobre el Cartel de los Soles en el Caribe generan tensión y desgaste en su principal soporte: las FANB

La presencia militar que Estados Unidos mantiene en el Caribe sobre el Cartel de los Soles, pareciera estar dirigidas, principalmente, al que es su soporte más importante: la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), la cual se mantiene en un estado de alerta constante y creciente desgaste debido a un patrón estratégico sostenido de operaciones aéreas y marítimas estadounidenses.

Esta presión externa se combina con una profunda fractura y descontento interno, creando un escenario dual que debilita a la institución. Las operaciones estadounidenses que durante los últimos meses tienen lugar en el Caribe generan un clima de inquietud que se expandió al interior de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

En los altos mandos y personal operativo de la FANB ser percibe, ya sin disimulo, que las acciones marítimas y aéreas de EE. UU. no constituyen hechos aislados, sino que son parte de un patrón sistemático diseñado para medir y presionar al aparato militar venezolano.

No son acciones ocasionales, sino de una presencia militar calculada dirigida a mantener a Venezuela —y particularmente a la FANB— bajo escrutinio y vigilancia constante. Una estrategia que procura mantener Fuerza Armada y al régimen de Nicolás Maduro —y por ende al Cartel de los Soles— en permanente alerta prolongada. El costo de esta vigilancia es el desgaste operativo y psicológico de la fuerza.

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Una presencia militar diseñada para ser vista

No hay ocultamiento, todo lo contrario, el propósito es que todas las operaciones aéreas y militares estén a la vista de todo, especialmente, del Cartel de los Soles, del régimen de Nicolás Maduro y de su extensión armada: las FANB.

Y es que los vuelos estadounidenses —drones, aviones y aeronaves— se llevan a cabo con transpondedores — transmisor-receptor— encendidos con la aviesa intención de que sean detectados todos los movimientos llevados a cabo cerca del espacio aéreo y el mar territorial venezolano.

Es decir, no se trata de un hecho accidental en razón de que:

El objetivo es forzar respuestas, medir tiempos de reacción, estudiar rutas de acceso y conocer la capacidad venezolana para detectar amenazas.

Medir la Respuesta: permite medir los tiempos de respuesta de la FANB en tierra, mar y aire.

Evaluar capacidad: evalúa la capacidad venezolana para detectar, enganchar y reaccionar ante una posible amenaza.

Recopilar datos: estudia rutas de ingreso y retirada.

Generar desgaste: obliga a la FANB a activar recursos humanos y materiales.

El mensaje de este patrón repetitivo de aproximación, detección, alerta, y retirada es inequívoco: la FANB está siendo observada y sometida a presión constante y, aunque no se registran maniobras hostiles abiertas, el efecto psicológico es tangible: Estados Unidos observa, mide y presiona.

FANB al límite: cansancio, sobrecarga y fracturas internas

Esta situación que ya se extiende por varios meses, genera un efecto perfectamente medido por EE. UU.: el deterioro creciente dentro de las filas militares venezolanas. El ritmo impuesto para responder a estas incursiones externas se combina con presiones internas que erosionan la moral:

jornadas repetitivas de la milicia todos los sábados,

oficiales de alto rango obligados a tareas ajenas a su función,

deficiencias logísticas,

descontento transversal en la institución,

temor frente a la actuación de la DGCIM, señalada por abusos.

La percepción es contundente: la FANB se siente agotada, vigilada y utilizada.

A este malestar generalizado se suma el peso adicional que imponen los mandos ligados al Cartel de los Soles.

Muchos describen estas jornadas como un «show obligatorio» que deteriora la moral e interrumpe funciones operativas. Milicianos con empleos civiles y oficiales sin descanso conforman una institución agotada.

Zonas bajo observación

La actividad aérea estadounidense se concentra especialmente en el estado Falcón, al occidente venezolano, cerca de Tocópero, lo que genera análisis internos sobre eventuales rutas de operación o exploración táctica.

Se mencionan como áreas de interés estratégico:

Playa Maracara (Puerto Cumarebo–Morrocoy), conocida por maniobras navales previas,

Machurucuto, zona históricamente vinculada a incursiones armadas,

La Orchila, Blanquilla y La Tortuga, objetivo frecuente de sobrevuelos.

Además, Estados Unidos podría contar con apoyo en Aruba, Curazao (OTAN), Trinidad y Tobago, lo que incrementa la preocupación del alto mando venezolano ante una posible operación de fuerza.

Otro análisis sugiere que los vuelos forman parte del monitoreo sistemático del narcotráfico, dada la importancia de estas rutas para las estructuras del Cartel de los Soles. El occidente del país, región clave para el Cartel de los Soles, también es un epicentro de vuelos de hostigamiento y vigilancia.

No conforme con esto, a la sobrecarga de la FANB se añade la actuación de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), que es señalada internamente por abusos que incrementan el clima de temor y resentimiento.

Presión externa más fractura interna: el punto de tensión

Ante este panorama, la FANB enfrenta una doble amenaza:

Externa: vigilancia continua estadounidense, mapeo estratégico y hostigamiento psicológico.

Interna: descontento acumulado, abusos de contrainteligencia, y fracturas derivadas del rol militar en el Cartel de los Soles y la política nacional.

Esta combinación vuelve incierto el horizonte operativo de la FANB y obliga preguntarse constantemente, no qué hará EE. UU., sino cuánto tiempo soportarán los militares venezolanos su propio desgaste interno.

Logística y escenarios de conflicto

La FANB evalúa con preocupación los posibles puntos de apoyo cercanos que requeriría cualquier operación de fuerza proyectada por Estados Unidos:

Aruba y Curazao: territorios del Reino de los Países Bajos e integrantes de la OTAN. Un movimiento militar venezolano contra estas islas activaría obligaciones defensivas automáticas.

Trinidad y Tobago: por su proximidad estratégica para operaciones de apoyo.

La Orchila o Margarita: islas con puertos y aeropuertos útiles, pero defensas limitadas.

El factor político: Maduro, oposición y el desenlace incierto

El régimen de Nicolás Maduro, el Cartel de los Soles y los militares que les dan respaldo, muestra un gran desgaste. Por ello, perseguiría dos posibles salidas:

una negociación internacional que alivie presión, o

una intervención externa que justifique un cierre interno de libertades.

La FANB es el sostén principal del Cartel de los Soles y del régimen de Maduro, como ya lo hemos apuntado en varias ocasiones. Sin embargo, la institución castrense se encuentra atrapada: si llegara a ocurrir un enfrentamiento con Estados Unidos, muchos militares reconocen que enfrentarían no solo a una potencia externa, sino también un rechazo interno significativo de una sociedad civil cada vez más organizada.

Mientras tanto, la oposición —liderada por María Corina Machado— intenta influir en las filas castrenses, aunque enfrenta estructuras de control creadas por el chavismo durante dos décadas.

Posibles escenarios militares y políticos

Si bien Estados Unidos mantiene una presión constante, las operaciones parecen más orientadas a generar desgaste —a la oxidación de la FANB— y recopilar información que a anunciar una intervención inminente.

Los escenarios, pues, pueden ser variados y señalan que la caída de Nicolás Maduro por cualquier vía —golpe, levantamiento, intervención— generaría un caos sostenido, violencia generalizada y ausencia de mando y control.

Y aunque la presión militar de EE. UU. se ha escalado, no existe un plan claro para estabilizar Venezuela tras un colapso del régimen. El vacío de poder podría abrir la puerta a grupos armados como el ELN, disidencias de las FARC, y colectivos chavistas, desatando un conflicto prolongado y un posible éxodo masivo.

EscenarioRiesgos señaladosCaída de Madurocaos institucional y violencia por falta de mando unificadoEscalada militar de EE. UU.presión creciente sin plan claro para el «día después»Transición opositoraresistencia armada y fracturas internas de poderAcción del ELN y colectivosconflicto prolongado y éxodo masivoIntervención y estabilizaciónnecesidad de decenas de miles de tropas extranjeras

Queda en el tapeque la interrogante de cuánto tiempo podrá la FANB sostener el desgaste interno y la fractura creciente. Pero, más importante aún, qué ocurrirá antes: un colapso interno o una acción externa que lo acelere.

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Tomado de Operaciones militares de EE. UU. sobre el Cartel de los Soles en el Caribe generan tensión y desgaste en su principal soporte: las FANB