Desde febrero del año pasado la administración de Nicolás Maduro mantiene el tipo de cambio oficial en 6,30 bolívares a pesar de que el precio del resto de los productos registra un salto promedio de 83%, por lo tanto, éste dólar que distribuye el Cencoex, junto a un litro de gasolina, es el artículo más barato en el mercado.
Como en los países con los que Venezuela tiene el grueso de su comercio, Estados Unidos, China, Colombia, México y Brasil, la inflación es mucho más baja, lo que se compra con 6,30 bolívares en Venezuela es mucho menos de lo que puede adquirirse con un dólar en estas naciones.
Este desajuste, conocido técnicamente como sobrevaluación, tiene como principal consecuencia que las importaciones son más baratas de lo que se produce dentro del país y por tanto se dispara la demanda de divisas y las exportaciones venezolanas, excepto el petróleo, son muy poco competitivas.
Además la sobrevaluación tiene impacto en las cuentas públicas porque mientras crecen los gastos el Gobierno recibe una cantidad de bolívares por los dólares provenientes del petróleo que cada vez resulta más insuficiente.
El Banco Internacional de pagos de Basilea (BIS) elabora un índice donde toma en cuenta los tipos de cambio y la inflación de 61 países y, al cierre de mayo de este año, el bolívar es la moneda más sobrevaluada con un desajuste de 91%.
Ante la imposibilidad de mantener el tipo de cambio de 6,30 bolívares el Gobierno contempla una devaluación de la moneda que le permita obtener más bolívares por los petrodólares y reducir la brecha entre gastos e ingresos que se ubica en torno a 15% del PIB.
El vicepresidente para el área económica, Rafael Ramírez, reiteró el jueves de esta semana que «estamos trabajando para migrar a un sistema cambiario convergente».
Fuentes explican que el Gobierno evalúa dos opciones. La primera consiste en eliminar los dólares a 6,30 bolívares que principalmente se utilizan para las importaciones de alimentos básicos, medicinas y bienes de capital y comenzar a atender a estos sectores de la economía a través del Sicad con un tipo de cambio en torno a 10 bolívares por dólar.
Al mismo tiempo se mantendría el Sicad II donde el dólar se cotiza en 49 bolívares.
La segunda opción es un cambio radical. Eliminar los dólares a 6,30, el Sicad y el Sicad II y mantener un solo tipo de cambio oficial, que estaría alrededor de 25 bolívares por dólar, para todas las transacciones de la economía.
Este escenario no es caprichoso. Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica, explica que las proyecciones de la firma estiman inflación de 75,6% para este año y, con este aumento de los precios, el tipo de cambio de equilibrio se ubicaría en 23 bolívares por dólar, es decir, muy cercano al segundo escenario en estudio.
Pero hay temas de fondo. Analistas explican que este tipo de cambio equilibrio corresponde a un cálculo que estima condiciones ideales, es decir, en un ambiente sano donde no exista una elevada percepción de riesgo el precio del dólar debería alinearse hacia este nivel, pero se requiere que todas las variables estén en orden.
Otro factor a tomar en cuenta es que en los dos escenarios en evaluación continúa habiendo un control de cambio y la demanda de divisas no será satisfecha del todo, por ende, persistirá un dólar paralelo que seguirá impactando los precios de un sector de la economía.
Expertos coinciden en que sin un conjunto de medidas que complementen la devaluación en camino el debilitamiento de la moneda seguirá en marcha.
Si el Gobierno persiste en la práctica de cubrir parte del déficit entre ingresos y gastos con dinero sin respaldo que emite el Banco Central de Venezuela, la liquidez continuará expandiéndose y habrá más bolívares detrás de pocos dólares, según reportó el diario El Universal.
Tomado de No hay moneda más sobrevaluada que el Bolívar Fuerte (y el dolar @80)