VenePirámides
La propuesta del ministro de Finanzas, Nelson Merentes, y del presidente del Banco Central, Eudomar Tovar, de crear un mercado que complemente a Cadivi donde el precio del dólar fluctúe de acuerdo con la oferta y la demanda enfrenta un serio problema: la repatriación de dividendos por parte de las multinacionales.
Las empresas extranjeras que operan en Venezuela esperan con ansias un sistema que les permita cambiar a dólares los bolívares registrados en ganancias, a fin de enviar dividendos a sus casas matrices.
Consultores calculan que las ganancias represadas equivalen al tipo de cambio oficial de 6,30 bolívares por dólar entre 8 mil y 12 mil millones de dólares.
Si bien el nuevo mercado tendría un tipo de cambio que superaría al que tiene actualmente el Sicad de 10 bolívares por dólar, esta demanda por dividendos crearía una fuerte presión en momentos en que no hay suficientes divisas para asegurar que la oferta sea la adecuada.
En un entorno donde las importaciones han aumentado, los pagos de deuda suben, Pdvsa mantiene convenios con países a los que vende petróleo a descuento y la producción petrolera no crece las reservas internacionales, es decir, el tanque de divisas que tiene a mano el Banco Central registra una caída de 26% en el año.
El diseño contempla que el nuevo mercado reciba oferta por parte de Pdvsa, bonos en divisas en poder de entidades financieras públicas y el sector privado, pero la cantidad de bolívares represados es muy alta porque a la demanda que vendría por parte de las multinacionales se añade una política por parte del Banco Central que eleva el dinero en la economía.
El Banco Central de Venezuela fabrica bolívares para comprarle bonos a Pdvsa. Cuando la empresa tiene el dinero en caja lo gasta en proyectos como la Misión Vivienda y, una vez los billetes ingresan a la economía, forman parte del torrente de billetes que busca convertirse en dólares.
Aparte de financiar a Pdvsa el Banco Central también ayuda a incrementar los bolívares en circulación autorizando a las entidades financieras a que le compren bonos al Gobierno con recursos que estaban congelados a manera de reserva.
Hay más. las autoridades han mantenido bajas las tasas de interés para facilitar el crédito y por ende es muy rentable para las empresas pedir préstamos para financiar la compra de dólares.
Cuando a estas políticas del BCV se añade el gasto del Gobierno y el resto de factores que ayudan a multiplicar el dinero se tiene que en los últimos doce meses la cantidad de bolívares en la economía registra un salto de 66% que se traduciría en una fuerte demanda en un mercado de dólares donde no existan restricciones para la compra.
Una ecuación donde la demanda de dólares supera a la oferta se traduce en que en un mercado libre el tipo de cambio tendría que fijarse en niveles bastante elevados, de hecho, bancos proyectan que el dólar estaría al menos en 20 bolívares.
No obstante esta alternativa cuenta con la ventaja de que se eliminaría el mercado negro y el sector privado, que sufre una fuerte escasez de divisas, tendría una vía de escape.
El ministro de Planificación, Jorge Giordani, se opone a la creación del nuevo mercado bajo el argumento de que la devaluación sería muy fuerte y por ende ha propuesto disminuir las importaciones de las empresas privadas y entregarle al sector público una mayor proporción de las compras al exterior.
El inconveniente es que en este esquema el mercado negro, donde el dólar registra una escalada sin precedentes que ha impulsado al alza el precio de los productos importados, según reportó el diario El Nacional.
Tomado de Multinacionales ponen en jaque a la nueva permuta, aún antes de arrancar