Los economistas José Guerra, Sary Levy, Luis Bruzco, Isaac Mencía y Luis Oliveros sostienen en un documento donde analizan las perspectivas del país para el próximo año que «la magnitud del déficit fiscal exige que la corrección cambiaria sea significativa».
Explican que la brecha entre los ingresos y gastos en las cuentas públicas es de 17% del PIB y al mismo tiempo la deuda ha crecido velozmente, por lo tanto, el Gobierno se verá forzado a devaluar la moneda para obtener más bolívares por los petrodólares.
«En vista de la experiencia venezolana, el incremento de la deuda y el desbalance fiscal suelen corregirse con fuertes devaluaciones del bolívar, 2013 no va a ser la excepción».
No dudan en anticipar que «aunque el Gobierno pueda sostener la tasa de cambio de 4,30 bolívares por dólar para algunas transacciones, la segunda tasa de cambio preferencial requerirá un ajuste de al menos 70%, que obviamente incidiría tanto en el gasto como en la inflación».
«De esta manera, no parece factible esperar que la economía en 2013 pueda crecer 6% con una tasa de inflación de 12% como plantea el Gobierno. Todo lo contrario, es de esperar, en virtud del ajuste fiscal y cambiario, que en 2013 la economía se desacelere pronunciadamente y que la tasa de inflación sea mayor que la de 2012, al acercarse al 25%», proyectan.
Entre las causas que explican la inminencia de un ajuste destaca que «la economía venezolana puede evaluarse como una que mantiene un tipo de cambio fijo al tiempo que aplica una política monetaria y fiscal abiertamente expansiva».
«Una política fiscal y monetaria fuertemente expansiva puede hacer inviable la fijación del tipo de cambio. Ese es el caso de Venezuela, donde una proporción fundamental del déficit fiscal se financia con impresión de dinero por parte del Banco Central», indican los expertos.
Advierten que mantener fijo el tipo de cambio mientras que el Banco Central imprime dinero para cubrir gasto del Gobierno se traduce en que «la cantidad de dinero crece desproporcionadamente y en consecuencia el público se encuentra con una liquidez en bolívares que no desea mantener y por tanto, ello genera presión sobre los precios y las reservas internacionales del BCV».
Otro factor a tomar en cuenta es que «fijar el tipo de cambio no garantiza que la inflación disminuya, entre otras cosas porque hay bienes y principalmente servicios cuyos precios no dependen de que el tipo de cambio esté fijo, sino de las condiciones internas de la economía».
Un elemento importante es que el gasto público comienza a perder fuerza para impulsar la economía. las cifras indican que este año el gasto aumentó 10 puntos del PIB y el crecimiento será de 5%, levemente superior al de 2011 cuando hubo un avance de 4,2%.
El documento resalta que «Venezuela no soporta más medidas económicas aisladas. La coyuntura exige la articulación inmediata de un programa económico que encare con determinación el déficit fiscal, que corrija el grave desbalance del mercado cambiario, que reduzca el financiamiento inflacionario de la gestión presupuestaria y que restituya la confianza e incentive la producción nacional», según reportó el diario El Universal.
Tomado de Magnitud del déficit obligará a una macrodevaluación (cuando Giordani tenga un momento de lucidez)