En busca de un salvavidas, el régimen de Nicolás Maduro recurre a Rusia para resolver el caos petrolero de Venezuela. Por ello han puesto el acelerador que permita la supervivencia del gobierno mediante la extensión de la vigencia de los contratos de las empresas mixtas de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) suscritos con la nación euroasiática.
Recientemente, por solicitud del gobierno, la Comisión Permanente de Energía y Petróleo de la Asamblea Nacional (AN), comenzó la revisión de las condiciones de un grupo de 17 empresas mixtas de PDVSA. En tal sentido, se creó una mesa de trabajo para establecer si requiere la extensión o no del lapso de sus actividades.
Se conoció que esta revisión se hará a la luz de la Ley Orgánica de Hidrocarburos y que los dos primeros casos a ser sometidos a estudios, son PetroPerijá y Boquerón, donde la socia de PDVSA es la firma rusa Petromost S.R.L. Ambas empresas completan su vigencia en 2026.
Extender los contratos de Petroperijá y Boquerón es parte de la estrategia de Maduro para asegurar la continuidad de la producción petrolera en medio de las dificultades económicas y las sanciones internacionales que afronta el régimen. Tal tarea es urgente ante la amenaza de reimposición de sanciones por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.
Lea también: Tras el fraude electoral en Venezuela la decisión del TSJ no cierra el camino a la transición: el juego es hasta el final
El salvavidas ruso
La Comisión Permanente de Energía y Petróleo de la AN revisa los contratos de las empresas mixtas de PDVSA.
El deterioro de la industria petrolera venezolana ha alcanzado niveles estratosféricos en razón de la corrupción, la mala gestión y la falta de inversión que rige en PDVSA desde la llegada del chavismo al poder.
A ello se suman las sanciones internacionales instrumentadas, tanto personeros régimen como a la propia empresa petrolera. Ante tal panorama, Nicolás Maduro procura un salvavidas de su aliado el régimen ruso que lo ayude a revitalizar la mermada producción petrolera.
Rusia, a través de sus empresas estatales y privadas, ha sido uno de los principales aliados internacionales de Venezuela, no solo en términos políticos y diplomáticos, sino también en el sector energético.
Sobre PetroPerijá
La empresa mixta Petroperijá opera en el occidente de Venezuela, específicamente en la región de Zulia, cerca de la frontera con Colombia. Esta compañía se encarga de la explotación de petróleo en esa área, que ha sido históricamente una de las más productivas del país.
En este acuerdo, la participación de la empresa rusa se realiza a través de la estatal Rosneft, que posee un porcentaje significativo de las acciones de la empresa. Se trata de una asociación estratégica para Venezuela, puesto que la misma permite la inyección de capital y tecnología rusa.
Esto es fundamental cuando hablamos de campos petroleros de una empresa que enfrenta un gran deterioro de su infraestructura. Para Rusia, este acuerdo también es beneficioso, puesto que constituye su ingreso en uno de los países con las mayores reservas de petróleo del mundo. Consolidar su influencia en América Latina es un objetivo clave del régimen ruso.
Sobre Boquerón
Entretanto, Boquerón S.A. es otra empresa mixta ubicada en la Faja Petrolífera del Orinoco, una de las mayores reservas de crudo pesado del mundo. Al igual que Petroperijá, la participación rusa en Boquerón se da a través de Rosneft.
La Faja del Orinoco es un área clave para Venezuela, puesto que contiene vastas reservas que son esenciales para cualquier plan de recuperación de la industria petrolera.
El desarrollo de Boquerón es vital para aumentar la producción de crudo en la Faja del Orinoco. La participación de Rusia en este proyecto no solo implica apoyo financiero y tecnológico, sino que también refleja la intención de Moscú de asegurar una fuente estable de petróleo a largo plazo, en un momento en que las relaciones internacionales están cada vez más marcadas por las tensiones geopolíticas.
Incremento de la dependencia rusa
Estos acuerdos tienen sus implicaciones, siendo una de ellas el incremento de la dependencia de Venezuela respecto a sus aliados internaciones, en este caso, Rusia.
Aunque la inyección de capital y tecnología es crucial para la supervivencia de la industria petrolera venezolana, también implica una pérdida parcial de control sobre los recursos naturales del país.
Rusia, a cambio de su apoyo, asegura una participación significativa en las ganancias del petróleo venezolano, lo que podría limitar la autonomía del país en la gestión de sus recursos energéticos.
Sanciones y geopolítica
Las sanciones internacionales son una espada de Damocles que pende sobre el régimen de Nicolás Maduro y lo amenaza con recrudecer, sobre todo en la actual coyuntura política.
Dichas sanciones, especialmente las implementadas por Estados Unidos, han llevado a Venezuela a buscar socios fuera del ámbito occidental. Rusia aprovechó esta oportunidad para expandir su influencia en la región.
Estos acuerdos también ponen a Venezuela en una posición delicada, en virtud de que cualquier cambio en las relaciones internacionales o en la política interna de Rusia podría afectar la estabilidad de estos proyectos.
Impacto en la producción petrolera
Si bien los acuerdos con Rusia pueden contribuir a una recuperación parcial de la producción petrolera, la realidad es que la industria venezolana enfrenta desafíos estructurales profundos.
La corrupción, la mala gestión y la falta de personal capacitado siguen siendo problemas graves que no se resuelven simplemente con la participación de un socio extranjero. Además, la complejidad de extraer y procesar el crudo pesado de la Faja del Orinoco requiere inversiones y tecnología que podrían estar más allá de la capacidad actual de Venezuela, incluso con la ayuda rusa.
Los acuerdos entre PDVSA y Rusia en PetroPerijá y Boquerón son un intento del régimen de Maduro por mantener a flote la industria petrolera venezolana en un contexto de crisis económica y sanciones internacionales, pero que ponen en riesgo la dependencia de la principal empresa venezolana.
Además, plantean interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de la industria petrolera bajo el actual régimen. Estos acuerdos son tanto una necesidad para la supervivencia económica de Venezuela como un riesgo geopolítico que podría tener implicaciones significativas en el futuro.
Vea en Sin Filtros “La expiración del régimen criminal de Maduro, Venezuela”
Tomado de Maduro recurre a Rusia para resolver el caos petrolero de Venezuela