Luisa Ortega Díaz: de verdugo a solicitante de asilo – Por Adais Cásares

Ahora el lobo se viste de oveja ante los ojos de la comunidad internacional.

Luisa Ortega Díaz, destacada por tener altos niveles de inmoralidad, falta de ética profesional, y ser una de las protagonistas de la destrucción de Venezuela, intenta ahora dar lástima a aquellos que no la conocen tanto como los venezolanos.

Desde su ascenso al máximo asiento de la Fiscalía General de la República en Venezuela dejó claro que ella no estaría en el cargo para cumplir con su obligación de proteger, respetar y garantizar la libertad de los ciudadanos venezolanos y las instituciones del Estado como debería hacerlo cualquier Fiscal en cualquier parte del mundo, sino todo lo contrario. No disimuló su inclinación partidista, y haciendo ejercicio de sus funciones como máxima autoridad en la fiscalía de la República, Ortega Díaz estuvo a disposición de encubrir al chavismo justificándose a través de una narrativa politizada de los hechos.

Durante su período como Fiscal general que inició por la designación de la Asamblea Nacional el 13/12/2007 para ocupar el cargo durante el periodo 2008-2014 y luego ratificada por el mismo poder legislativo para mantenerse en el cargo durante el periodo 2014-2021 pero, que no finalizó debido a que fue destituida por el Tribunal Supremo de Justicia chavista y la Asamblea Nacional Constituyente el 05/08/2017, Luisa Ortega Díaz en casi diez años como máxima figura de justicia en Venezuela, le permitió al chavismo llevar a cabo persecuciones, encarcelamientos, torturas sistemáticas a los presos políticos, elaboración de expedientes falsos, fabricación de casos e investigaciones a personas que hicieron oposición frontal al régimen chavista o que simplemente dijeron algo que les pareció incómodo.

Cabe destacar que fue en la gestión de Ortega Díaz que ciertas cárceles empezaron a funcionar exclusivamente para aplicar las peores torturas y experimentos sociales a los detenidos por causas políticas; entre éstas está El Helicoide que en 2009 pasó a ser la sede del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN); la Tumba, un sótano ubicado a cinco pisos bajo tierra, debajo de la torre que sirve como sede administrativa del SEBIN desde el 2013;  y la Cárcel de Ramo Verde.

Entre las víctimas de doña Luisa está uno de los casos más polémicos y verdaderamente desgarradores de la historia de la tortura en Venezuela, que fue  el encarcelamiento de la Jueza María Lourdes Afiuni  por orden directa de Hugo Chávez quien el 11/12/2009 (un día después de la detención) en cadena nacional por radio y televisión solicitó para ella la pena máxima de 30 años en prisión por haberle otorgado libertad bajo fianza a Eligio Cedeño, detenido desde febrero de 2007 sin juicio, quien fuera un preso de Chávez, y por ello tanta venganza sobre la jueza que cumplía con su deber e imparcialidad.

Hugo Chávez consideró este acto incluso más grave que un asesinato, y años después  fue condenada por “corrupción espiritual” ya que -según el chavismo-, ella sintió “placer” cuando liberó a Cedeño.

La detención se realizó sin orden judicial, sin el motivo de la detención y sin conocer la autoridad que había emitido la orden. A pocos días del encarcelamiento de Afiuni, (15/12/2009) Luisa Ortega se pronunció sobre el caso y en sus declaraciones dijo que María Lourdes había actuado de forma ilegal y en desconocimiento de la ley, a los pocos meses, en julio del 2010, ratificó la declaración anterior. 

De este caso se supo que Afiuni fue sometida a torturas, golpes y abuso sexual. Las palabras ante un juez de la que pasó a ser reclusa de Hugo Chávez fueron las siguientes: Se me destruyó la vejiga, la vagina y el ano, yo estoy reconstruida. También se pudo conocer por la misma Afiuni que como resultado de las violaciones constantes por parte de sus carceleros, quedó embarazada y abortó.

Pero para este verdugo que fue Luisa Ortega Diaz nada importaba más que mantener limpia la imagen del chavismo, y fue por esto que el 29/06/2015 en su comparecencia en la Organización de Naciones Unidas (ONU), negó que Afiuni hubiese sufrido torturas y abusos en prisión, y no suficiente con esto, tuvo el atrevimiento de llevar consigo un documento falso que según ella había sido escrito por María Lourdes en el cual decía que todas las declaraciones dadas sobre abusos y torturas eran falsas.

Fue a la ONU como enviada de Nicolás Maduro a mentirle en la cara a la comunidad internacional.   

Sobre Ortega también pesa la represión durante la ola de protestas del tristemente famoso año 2014, en el cual protagonizó la impunidad para aquellos que asesinaron a más de 150 venezolanos que exigían  libertad en las calles, y en el que también destacó la detención de todos aquellos menores de edad y estudiantes universitarios que, una vez bajo custodia, fueron sometidos a torturas y a abusos sexuales con armas, palos de escoba o cualquier objeto que fuera suficientemente capaz de satisfacer el sadismo de los esbirros del régimen chavista.

De eso, Luisa Ortega Díaz también es responsable.

Tampoco podemos olvidar el encarcelamiento de la twittera venezolana Inés González Árraga que fue detenida por funcionarios del SEBIN luego de publicar en Twitter mensajes en contra de Robert Serra una vez fallecido. En este caso hay que destacar que Inés es liberada porque debía ser operada de emergencia después de haber recibido golpes y abusos por seis funcionarios del SEBIN. ,

Los policías metropolitanos de Caracas, encarcelados y sometidos a toda clase de torturas también se encuentran en la larga lista de víctimas que Luisa Ortega Díaz nunca defendió; y una de dichas víctimas, que hasta el día de hoy se conoce le siguen aplicando torturas exageradamente aterradoras, es el Capitán Juan Carlos Caguaripano, quien ha recibido hasta descargas eléctricas en los testículos, entre otros métodos direccionados a destruir la psique del hombre.  

Y es asi como ahora, Luisa Ortega Díaz, luego de servir como verdugo del chavismo por diez largos años, pide clemencia.

Con grandes ínfulas de victimismo, solicitó en su momento protección al Estado colombiano, pero ahora solicita asilo político en España, argumentando que es una supuesta víctima del gobierno de Nicolás Maduro ¡ luego de trabajar para los intereses criminales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) !.

La verdad es que más que protección contra el chavismo lo que está buscando es impunidad ante la justicia internacional que le empezó a respirar en la nuca.  

De acuerdo con el Ministerio de Interior en España, los solicitantes de asilo procedentes de un tercer país no cumplen con la Ley reguladora del derecho de asilo y de la protección subsidiaria. Esta medida ha provocado la denegación del asilo y la residencia por razones humanitaria a miles de venezolanos provenientes de un tercer país que llegaron a España en búsqueda de libertad, seguridad y estabilidad.

Son muchos quienes desde el primer día se dedicaron a trabajar arduamente en cualquier oportunidad de empleo que se le haya presentado y que ahora se encuentran en una situación migratoria irregular mientras ven la forma de solucionarse la vida sin tener que regresar a Venezuela.

Yo que tengo más de dos años viviendo en España sé de primera mano que no son algunos: son miles de venezolanos, amigos y conocidos con dos años e incluso casi tres viviendo en  España, cotizando en la seguridad social, pagando impuestos y, sobre todo, colaborando para sacar este país adelante de forma honrada –virtud de la que carece Ortega Díaz-, siendo algunos, empleados, otros repartidores autónomos pero todos, venezolanos trabajadores, muchos con hijos, los que hoy no cuentan con el amparo de la autoridades españolas.

Algunos de éstos son mis amigos cercanos: he vivido con ellos el proceso desde el primer momento en que reciben la carta de expulsión que se les entrega en la comisaría y el subsiguiente proceso de llamar a todo el que me pueda ayudar a conseguir un abogado que lleve los casos. Algunos tienen la posibilidad de regularizarse con la ayuda de abogados, pero los que pagan impuestos trimestralmente y declaran fielmente sus impuestos anuales a la Agencia Tributaria sólo tienen la opción de quedarse de forma irregular hasta cumplir tres años y tres meses en territorio nacional para poder solicitar arraigo social. Y debo agregar que es sumamente triste e indignante ver a una persona echada para adelante tener que resignarse a vivir de forma ilegal y perder incluso la oportunidad de alquilar una vivienda, algo tan básico para un desplazado.   

Es por esto que considero una verdadera injusticia que a Luisa Ortega Díaz, luego de tener protección internacional en Colombia, le sea aprobada la solicitud de asilo en España.

A esto se le debe sumar el intento de blanquear a Hugo “El Pollo” Carvajal ante las autoridades españolas luego de colaborar con el abogado de éste, indicándole telefónicamente que su defendido, (Carvajal), no enfrentaba en Venezuela ninguno de los cargos de los que le acusan en Estados Unidos y, para terminar con su obra de caridad, adicionalmente se ofreció para certificar esta información ante la Audiencia Nacional española en la cual asegura que su compañero de partido no quebraba ni un plato.

Claro…, si era ella quien se encargaba de designar a dedo quiénes eran criminales y quiénes no. Esta señora lo que realmente merece es estar de cara a la justicia y pagar por todas las vidas que arruinó en Venezuela, no en la comodidad de un país extranjero disfrutando de todo lo que obtuvo durante sus años de verdugo mientras que los venezolanos, víctimas de su participación en la destrucción de Venezuela, no han tenido ninguna consideración.

Tomado de Luisa Ortega Díaz: de verdugo a solicitante de asilo – Por Adais Cásares