Por: María del Pilar Castillo
Fuente: La Nacion – Argentina
Rosa Elena Bonilla de Lobo, la exprima dama de Honduras, fue declarada culpable el pasado 20 de agosto de 11 delitos relacionados con actos de corrupción Fuente: AP
La primera dama no es un cargo electo. No tiene funciones de poder y menos aún un salario. Sin embargo, lejos del rol protocolar que las atañe, algunas esposas de jefes de Estado son mujeres extremadamente influyentes y poderosas. En América Latina, muchas primeras damas actuales o pasadas distan de quedar opacadas por las sombra de sus maridos, aunque no siempre resaltan de manera positiva. Acusadas de lavado de activos, fraude, apropiación ilícita, abuso de derechos humanos, entre otros cargos, varias esposas de mandatarios de la región se han visto comprometidas por grandes casos de corrupción.
«Si consideramos a la corrupción y sus diversas manifestaciones como entramados de acciones, cometidas en la mayoría de ocasiones por redes o estructuras, la familia representa el núcleo duro o primer círculo, donde los factores cercanía, confianza, confidencialidad son los aglutinadores. En ese sentido, las primeras damas, que anteriormente estaban refugiadas tras sus esposos y asumían funciones netamente simbólicas y de tercer plano, se han convertido en muchas ocasiones en cómpllices de sus parejas», dijo a LA NACION el analista político guatemalteco Renzo Rosal, experto en transparencia.
Por años, la política en Guatemala ha estado empañada por años por grandes entramados de corrupción. De hecho, el expresidente Otto Pérez Molina fue desaforado por el Congreso estando en funciones y enviado a prisión preventiva por su supuesta implicación en la red de defraudación aduanera La Línea, con el apoyo Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
Aunque las primeras damas guatemaltecas no han sido implicadas en ningún proceso formal, según Rosal no escapan totalmente a las redes de la corrupción. «Rosa María Leal [la esposa de Pérez Molina], ha sido señalada de estar involucrada en hechos de corrupción, aunque no ha sido parte formal de ese caso. En la actualidad, la esposa de Jimmy Morales, Patricia Marroquín, ha sido señalada, pero no denunciada formalmente, de casos de financiamiento electoral ilícito y lavado de activos, ya que aparentemente recursos no registrados en la campaña electoral 2015 están bajo su nombre en EE.UU. Incluso por ese asunto se ha considerado que Morales priorizó tener «buenas» relaciones con funcionarios de ese gobierno para «evitar» que estos probables casos avancen, agregó Rosal.
Honduras: Rosa Elena Bonilla de Lobo
El último escándalo implicó a la exprimera dama de Honduras, Rosa Elena Bonilla de Lobo, quien fue declarada culpable el pasado 20 de agosto de 11 delitos relacionados con actos de corrupción (tres delitos de apropiación indebida continuada y ocho delitos de fraude).
La fiscalía hondureña solicitó una pena de 77 años para la esposa del expresidente Porfirio Lobo Sosa. Bonilla de Lobo fue señalada por la Misión de Apoyo Contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih) de sustracción irregular de poco más de 510.000 dólares de la cuenta de la oficina del Despacho de la Primera Dama a una cuenta personal cuatro días antes de que su esposo entregara la presidencia en 2014.
La Maccih dijo que Bonilla de Lobo también estaba acusada de lavado de activos, malversación de caudales públicos y asociación ilícita por haberse adueñado de 16 unos 650.000 dólares y haber creado una red de blanqueo de capitales para ocultar dinero proveniente del Estado, destinado a obras sociales. Desde allí, se denominó el caso de Bonilla de Lobo como la «Caja Chica de la Dama».
Perú: Nadine Heredia
La exprimera dama de Perú, Nadine Heredia Fuente: AFP
Comunicadora y cofundadora del Partido Nacionalista Peruano, Nadine Heredia fue acusada en 2017 junto a su marido, el expresidente de Perú, Ollanta Humala Tasso, por el presunto delito de lavado de activos y por supuestamente dirigir una organización criminal, que inyectó a la economía peruana fondos procedentes del gobierno de Venezuela para la campaña electoral de 2006 y de la constructora brasileña Odebrecht para la campaña de 2011.
Luego de cumplir nueve meses de prisión preventiva, el matrimonio fue liberado en mayo de 2018 pero afrontando ciertas medidas restrictivas como someterse a un control biométrico cada 30 días ante un juez, mantener el mismo domicilio y solicitar autorización en caso de viaje. Ahora, la fiscalía pide 26 años de prisión para Heredia y 20 para su marido.
Venezuela: Cilia Flores
La primera dama de Venezuela, Cilia Flores fue bautizada por el chavismo como «primera combatiente» e «hija de Chávez.». Con una carrera política propia, la esposa del controvertido líder Nicolás Maduro es posiblemente la mujer más poderosa del país, llegando incluso a ocupar en el pasado cargos más importantes que los de su marido.
Flores fue procuradora de Venezuela y presidenta de la Asamblea Nacional y en la década de 1990 fue una de las abogadas defensoras del expresidente Hugo Chávez, cuando estuvo encarcelado por liderar un golpe militar.
Cilia Flores, primera dama de Venezuela, junto a Nicolás Maduro Fuente: Reuters
El día que inscribió su candidatura presidencial, Maduro advirtió ante una multitud que ella no sería ninguna «segundona». Pero su protagonismo y su espíritu le han sumado una larga lista de enemigos.
En septiembre de 2018, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones financieras contra Flores, como parte de un esfuerzo para golpear al entorno más próximo del mandatario venezolano.
La primera dama venezolana ya había sido objeto de este tipo de medidas por parte del gobierno de Canadá, que la sancionó junto a otros 13 dirigentes chavistas a quienes considera «responsables del empeoramiento de la democracia en Venezuela».
Además, la exlegisladora chavista ha sido acusada por la oposición de ser nepotista. Supuestamente utilizó su posición política para darles trabajo a 40 miembros de su familia y allegados en los diferentes cargos que ocupó en la administración pública.
Nicaragua: Rosario Murillo
«La Chayo», así la conocen en Nicaragua. Extravagante y extremadamente influyente, Rosario Murillo ha traspasado el rol de primera dama para convertirse en la vicepresidenta de su marido, Daniel Ortega.
«En la presidencia, la Rosario es 50% y Daniel, 50%», aseguró el propio Ortega en una conferencia pública.
Sobrina nieta de Augusto César Sandino, el héroe nacional de Nicaragua inspirador del movimiento sandinista, Murillo fue educada en Suiza, habla varios idiomas y durante su juventud se encaminó hacia el mundo de las letras. Polémica y poderosa, la delgada mujer de ropa colorida, ha sido comparada por sus detractores con el enérgico personaje de Claire Underwood, de la serie de Netflix «House of Cards».
La vicepresidenta y primera dama de Nicaragua Rosario Murillo junto al presidente Daniel Ortega Fuente: AFP
En noviembre de 2018, el gobierno de Estados Unidos impuso sanciones a la vicepresidenta de Nicaragua y a un asesor cercano acusándolos de corrupción y graves abusos contra los derechos humanos.
Según el Departamento del Tesoro, Murillo tenía influencia sobre la organización juvenil del Frente Sandinista de Liberación, que habría cometido asesinatos extrajudiciales, torturas y secuestros.
El Salvador: Vanda Guiomar Pignato
Vanda Pignato es una abogada brasileña y fue la primera dama de El Salvador entre 2009 y 2014, año en el que se divorció del expresidente Mauricio Funes.
Mientras que su exmarido, quien tiene cinco acusaciones en los juzgados salvadoreños, vive opulentamente en Nicaragua, luego de que el presidente Ortega le concediera asilo político en 2016, Pignato, con menos suerte, está bajo arresto domiciliario desde septiembre del año pasado. La exprimera dama fue acusada de pertenecer a la presunta red de corrupción que desvió 351 millones de dolares en la administración Funes.
Además del caso conocido como «Saqueo Público», enfrenta cargos por simular un delito, ya que según la Fiscalía, ella denunció que su firma había sido falsificada para la compra de un carro a Miguel Menéndez, un amigo de Funes, pero tras las investigaciones se determinó que la firma realmente era de ella.
La exprimera dama de El Salvador Vanda Pignato, junto a su exmarido Mauricio Funes y su hijo Gabriel. Fuente: AFP
El Salvador: Ana Ligia Mixco Sol de Saca
Pero Pignato no fue la única primera dama salvadoreña que tuvo problemas con la justicia. La Fiscalía General de la República exige el monto de más de 17 millones de dólares a Ana Ligia Mixco de Saca, esposa del expresidente Elías Antonio Saca, en concepto de responsabilidad civil por los fondos públicos apropiados durante el gobierno de su marido entre 2004 y 2009.
Según un peritaje de la Fiscalía, la ex primera dama blanqueó el dinero con ayuda de su hermano Óscar Edgardo Mixco, a través de las empresas relacionadas al Grupo Samix (Saca-Mixco).
México: Angélica Rivera
La actriz mexicana Angélica Rivera estuvo casada con el expresidente Enrique Peña Nieto de 2010 a 2019 y fue primera dama entre 2012 y 2018.
En 2014, la revelación de una propiedad de Rivera, llamada popularmente la «Casa Blanca», causó gran indignación: la mansión valuada en unos US$ 4,3 millones estaba a nombre de un prestamista que había conseguido contratos con el gobierno de México. La primera dama se apresuró a dar un mensaje a la nación adjudicándose la propiedad y que, aseguró, compró con el dinero que ganó en las telenovelas.
Sin embargo, años más tarde apareció otra «Casa Blanca», esta vez en Los Ángeles, cuyo costo es US$ 3,2 millones. Días después, su ex marido, José Alberto Castro dijo que esa casa la rentaba él para sus hijas.
Ángelica Rivera junto a Enrique Peña Nieto Fuente: AFP
Bolivia: Gabriela Zapata
Aunque no estuvo legalmente casada con Evo Morales, Gabriela Zapata actúo como la primera dama de facto de Bolivia. Cuando tenía que reunirse con empresarios a los que prometía llegada directa al jefe de Estado, servicio por el cual cobraba miles de dólares, se dirigía a la oficina de la Unidad de Apoyo a la Gestión Social, que está asignada a la primera dama.
En mayo de 2017, la expareja del presidente boliviano fue condenada a 10 años de cárcel por enriquecimiento ilícito. La sentencia contra Zapata, ex gerente comercial de la empresa china CAMC, llegó después de un año desde que se iniciara un proceso en su contra a consecuencia de seis delitos. El 3 de febrero de 2016, el periodista Carlos Valverde denunció que Zapata, de 31 años, logró contratos públicos a dedo a favor de la citada empresa CAMC por valor de 566 millones de dólares gracias a sus influencias con Evo Morales.
Zapata también fue conocida por el mediático caso de paternidad de un supuesto hijo con el presidente boliviano. La existencia del niño ha sido motivo de polémica desde que la mujer fue detenida, ya que Morales y sus ministros han afirmado que el niño murió poco después de nacer, mientras que otras autoridades dijeron que ni siquiera nació.
Gabriela Zapata fue condenada a 10 años de prisión en 2017 por enriquecimiento ilícito Fuente: AP
Etiquetas: Cilia Flores, Corrupcion, Departamento del Tesoro, narcotrafico
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