La rectora electoral que le hizo ‘ghosting’ a la oposición

En agosto de 2023, la Asamblea Nacional controlada por el chavismo designó a los cinco rectores de un nuevo directorio del Consejo Nacional Electoral (CNE), ente regulado por una ley orgánica propia y al que la Constitución vigente de 1999 reconoce como cabeza del Poder Electoral. 

La postulación y posterior selección de los rectores por parte del parlamento oficialista obedecieron a la renuncia coreografiada de sus antecesores, en junio del mismo año. La renovación consiguiente, de cara a las, entonces, apenas probables elecciones presidenciales de 2024, conservó la proporción de la directiva previa, con la que se garantizaba el predominio del gobierno en ese organismo: tres rectores de afiliación chavista y dos de la oposición.

La asignación por cuotas partidistas contraría lo establecido por la misma Constitución, cuyo artículo 296 reza de manera explícita: “El Consejo Nacional Electoral estará integrado por cinco personas no vinculadas a organizaciones con fines políticos”. Pero la fórmula vigente, sintetizada tras arduas negociaciones políticas, al menos extiende una pátina de pluralidad sobre la imagen del árbitro electoral.

Los dos rectores elegidos entonces para representar a la oposición fueron Juan Carlos Delpino, vinculado al partido Acción Democrática (AD), y Aime Nogal, cuyos lazos con Manuel Rosales, excandidato presidencial, actual gobernador del estado Zulia, y líder del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), eran ampliamente conocidos. 

Las elecciones presidenciales quedaron programadas para el 28 de julio de 2024. La jornada, que en efecto se cumplió en esa fecha correspondiente al pasado domingo, concluyó con el anuncio de unos resultados parciales inverosímiles que otorgaron el triunfo, con algo más de 5,1 millones de votos, al presidente Nicolás Maduro, tras el cómputo presunto de 80% de unas actas que no fueron presentadas, ni todavía lo han sido. Desde esa misma noche brotaron disturbios en Caracas y otras ciudades, en protesta contra lo que la oposición y gran parte de la comunidad internacional denuncian como un fraude masivo. Durante la semana que termina, casi una decena de naciones del hemisferio, entre ellas Estados Unidos y Uruguay, rechazaron ese conteo sin pruebas y, en cambio, dieron crédito a las actas de escrutinio recolectadas por la oposición, que reflejan una victoria holgada del candidato Edmundo González Urrutia.

El domingo, el anuncio del dudoso escrutinio estuvo a cargo de Elvis Amoroso, presidente del organismo, también exdiputado y excontralor chavista. Junto a él y los otros representantes del oficialismo, compareció Aime Nogal, quien figura entre los signatarios de ese primer boletín oficial, así como del segundo, dado a conocer este viernes.

El otro rector opositor, Juan Carlos Delpino, no acompañó el anuncio y desde el domingo de las elecciones permanece en la clandestinidad, según diversas versiones.

La estupefacción se esparció entre periodistas y por las redes sociales. ¿Qué podía haber pasado para que una representante opositora terminara por respaldar lo que puede configurar el más grave delito electoral en la historia de Venezuela, justo en una fecha clave para la lucha democrática? 

Pero no a todos tomó por sorpresa la presencia esa noche de Acme Clarisa Nogal Méndez -su nombre en los registros legales- avalando los resultados. Ante el corro político que trasiega y ejecuta decisiones tanto en el organismo electoral como en la oposición, Nogal había dado señales sobre la fragilidad de su lealtad política, que fue cambiando de color, desde un azul inicial, hasta la noche del domingo, cuando estalló de rojo carmesí.

​“​En las primeras reuniones de trabajo yo pensé, aquí no estamos tres a dos [rectores del chavismo y de la oposición, respectivamente], aquí estamos cuatro a uno”, cuenta, ​sobre la actitud de Nogal Méndez ​e​n el CNE, una de las fuentes vivas consultadas para esta historia, que accedieron todas a hablar pero con la condición de resguardar su identidad​. ​Y es que no quedó otra: tras la intensa brega política que consiguió llevar a Nogal al directorio del organismo electoral, ya no había vuelta atrás en su designación. “La fuerza de los hechos nos obligó a trabajar con ella”, dice otro declarante, conocedor del asunto.

Perfecta y distante

Nogal, nacida en 1979, abogada egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV), antigua funcionaria del CNE, fue propuesta e impulsada ante el ente comicial por Manuel Rosales. A simple vista, a Rosales no le faltaba razón. Además de su relación con UNT, Acme Nogal Méndez -quien acostumbra a cambiar su nombre de pila a Aime- parecía la candidata ideal para el puesto: especialista en Derecho Procesal Civil, tiene un diplomado en Derecho Constitucional y Procesos Electorales y otro en Marketing Digital y Posicionamiento SEO, también de la UCV. Comenzó a estudiar Comunicación Social en la privada Universidad Santa María (USM) de Caracas, pero no terminó la carrera.

Acentuando su idoneidad para el cargo, junto a las credenciales académicas de las que disponía, al momento de su designación como rectora Nogal estaba por completar casi dos años como dirigente de UNT. Había sido representante del partido ante el CNE en las elecciones regionales de 2021, en las que Rosales resultó electo otra vez como gobernador del estado Zulia. “En ese momento se ganó su confianza”, se lamenta en intercambio con Armando.info un dirigente de UNT, leal al gobernador zuliano pero que, como otros de sus pares en el partido azul, vio con recelo la postulación.

Con esa venia, Nogal escaló posiciones en la estructura partidista y fue la coordinadora nacional del III Congreso Ideológico y Programático de UNT entre 2022 y 2023, responsabilidad que le confirió cierta influencia sobre los estatutos de refundación del partido. También a nombre de UNT, Nogal fue parte de la comisión técnica de las elecciones primarias de la oposición en octubre de 2023, en las que María Corina Machado resultó escogida como candidata presidencial. No había espacio para las dudas en su currículo.

“Se trata de una persona inteligente, conoce la política, conoce del tema electoral porque había trabajado en el área jurídica del CNE. Así que para ese cargo, y aunque esas designaciones son políticas, tenía méritos técnicos para ser rectora”, comenta un antiguo jefe de Nogal.

Aún con sus cualidades profesionales y el aval de Manuel Rosales, Nogal nunca se ganó la confianza del resto de UNT; ni siquiera la simpatía. Por el contrario: varias de las fuentes consultadas señalaron que siempre fue de trato hosco, incluso despectivo, con el resto de la cúpula partidista. «Ella era la persona más pedante del partido, [aún siendo] recién llegada», asegura una fuente.

Aquella reputación se trasladó con la abogada al CNE donde, tras comprobarla, llegaron a calificar sus maneras como despóticas. “Dentro de la institución nadie entiende su comportamiento ni el talante de sus decisiones”, comenta un funcionario del CNE, que luego hace referencia al carácter cerrado de su oficina y su escasa conexión con el personal. Antes que discreta, asegura la fuente, lo de Nogal era moverse en un círculo muy estrecho al que poquísimos tenían acceso. Una restricción que afectaba hasta a los propios representantes opositores.

Se ven las caras, pero nunca el corazón

Mucho antes de sumarse a las filas de UNT, Acme Nogal había dado sus primeros pasos profesionales en los pasillos del CNE, donde trabajó desde 2005 hasta el año 2012 y tuvo contacto con Jorge Rodríguez, quien fuera rector del ente comicial, hoy presidente de la Asamblea Nacional y uno de los polos de poder dentro del régimen de Maduro. En 2005, precisamente cuando Rodríguez se desempeñaba como presidente del CNE, Nogal fue parte de la Dirección Ejecutiva de la Presidencia para Asuntos del Directorio.

Luego, entre 2006 y 2012, Nogal Méndez fue abogada de la Consultoría Jurídica del CNE y prestó servicios en la Dirección de Seguimiento de la Información Electoral, unidad especializada en el análisis y monitoreo de las campañas electorales.

Ese tránsito por la autoridad electoral controlada por el régimen no parece haberla comprometido ideológicamente con el chavismo, al menos no en aquel entonces. En realidad, Nogal Méndez llevaba una relación veleidosa con diferentes opciones políticas. Trabajó en el partido socialcristiano Copei, luego con Oscar Pérez, dirigente del partido Alianza Bravo Pueblo (ABP), hoy exiliado en Perú, y como funcionaria del Comité Ejecutivo del llamado Grupo de Boston, una iniciativa de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de congresistas estadounidenses que, entre 2002 y 2005, buscaba concertar a parlamentarios venezolanos, chavistas y opositores. Nicolás Maduro, Cilia Flores y Elvis Amoroso, diputados a la Asamblea Nacional en ese período, formaron parte del grupo.

Con esa trayectoria algo sinuosa, Nogal consiguió forjarse el perfil de una entusiasta de la participación electoral, el mercadeo político y la igualdad de género. Sus mensajes en la red social X, antes Twitter, muestran una variedad de intereses que van desde la historia de Venezuela a la literatura, el arte y el cambio climático. Fue invitada a varias conferencias, nacionales e internacionales, en las que también participaron mujeres de tan distinto signo político como Delsa Solórzano, integrante y vocera del comando de campaña opositor, ConVenezuela, por una parte, o Indira Urbaneja, influencer en medios y analista furibundamente madurista, por la otra. De acuerdo a los testimonios obtenidos, en esos paneles de discusión resultaba difícil reconocer las coordenadas políticas en las que Nogal se ubicaba.

En todo caso, su incorporación como rectora al ente comicial se debió sobre todo a su vinculación con un partido de oposición, UNT, con el que mantenía lazos que parecieron romperse en las horas decisivas del pasado domingo.

Nuevos tiempos

Hasta el propio día de las elecciones, Nogal mantuvo una comunicación apenas adecuada con la coalición opositora que respaldaba la candidatura de Edmundo González Urrutia, el diplomático de carrera que en abril de 2024 sustituyó a Machado tras esta haber sido inhabilitada para participar en la contienda.

Pero el intercambio fue siempre accidentado, parco y frío, y solo por teléfono. Según diversas fuentes, su respuesta a los requerimientos opositores solía ser: “Ya me ocupo”. Algunas veces sí lo hizo, otras no. 

Las reuniones de Nogal Méndez con la oposición siguieron haciéndose cada vez más esporádicas y resultaba inevitable observar que no establecía una relación fluida con el otro rector opositor, Juan Carlos Delpino. “Delpino estuvo siempre muy solo y eso lo debilitó”, comentó un exfuncionario del ente comicial conocedor de esta dinámica. Otro no duda en calificar de “genuflexa” la posición de Nogal ante el directorio de mayoría chavista. “Con Delpino jamás hizo alianzas de ninguna naturaleza para enfrentar la aplanadora del madurismo”, precisó.

Lo que hasta entonces se percibía solo como un rosario de señales, finalmente se reveló como una certeza a la hora oficial de cierre de las mesas electorales, a las seis de la tarde del domingo 28 de julio. Nogal dejó de contestar el teléfono a los dirigentes opositores. Excepto con una persona: Diana Rodríguez, representante actual de UNT ante el CNE. 

Nogal ya había zanjado antes algunas consultas o requerimientos de la opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD) asegurando que esos asuntos “ya los había hablado” con Rodríguez. Varias fuentes señalaron que Rodríguez, también abogada de la UCV, es una de las poquísimas personas que mantiene comunicación y acceso directo con la rectora. “Eso que dicen en UNT de que tienen una semana sin que ella [Nogal] les atienda el teléfono no es verdad, porque Diana Rodríguez, la otra representante de UNT, sí estuvo el domingo en el CNE y en su oficina”, revela una fuente partidista de oposición.

Otra persona que conversó con Armando.info señaló que Nogal dio un vuelco total cuando volvió al CNE como rectora. Se alejó de sus amigos. “Solo se quedó con un círculo supercerrado de nuevas amigas en el CNE”.

El representante alterno de UNT ante el CNE, Angelo Palmieri, no respondió a las llamadas de Armando.info para conocer su versión. Tampoco atendieron a sendas peticiones de entrevista los líderes fundamentales de ese partido, el gobernador Manuel Rosales y Omar Barboza, quien forma parte del comando ConVenezuela. Hasta el cierre de esta edición se insistió en obtener alguna explicación desde el partido ante el desconcierto de perder un aliado clave dentro del organismo electoral.

La noche de las elecciones, la indiferencia o conformidad visible de UNT ante los desplantes de Nogal para muchos resultó notoria y desconcertante al mismo tiempo. Entonces diversos actores de la plataforma opositora presionaron a Barboza para que se comunicara con la rectora y así pudiera enterarse de qué estaba ocurriendo al interior del CNE. Para asombro de los testigos, Barboza se limitó a encogerse de hombros y mostrarse resignado ante el mutis de Nogal. “No atiende, simplemente no atiende”, repetía el veterano dirigente. Alguien le escuchó decir luego: “Bueno, a todos nos traicionan”. Pero nadie tiene claro qué otra cosa pudo haber hecho al respecto. 

El ghosting de Nogal se reprodujo con otros de sus interlocutores regulares que le podían pedir cuentas. Esta semana, por ejemplo, dejó de participar en el grupo de chat de la Asociación Venezolana de Consultores Políticos (Avecopol).

¿Qué habría motivado el viraje de la rectora? Según ella, no hay tal viraje. Poco antes del cierre de esta edición, Armando.info mantuvo una conversación telefónica con Nogal, de la que solo autorizó la publicación de dos frases: «Yo no he abandonado a la oposición» y «yo asumo este chaparrón y nunca hablaré mal de la oposición».

Entre las fuentes consultadas destaca la hipótesis de que Nogal Méndez, una operadora política que ha sabido labrarse una carrera que podría resultar atractiva para el chavismo, simplemente habría utilizado a UNT como un trampolín desde el cual alcanzar la directiva del CNE. Así lo señala un exfuncionario del ente, a quien la propia Nogal explicó que pasó de ser representante por la sociedad civil a directora programática de UNT porque necesitaba el apoyo político. Es verdad: “Si tú no llegas apadrinado bajo la estructura de un partido, no pasas el filtro”, confirma el declarante. Y ella lo tenía claro.

Pero de ahí a darle su bendición a un fraude como el que probablemente estaría planteando el CNE desde el domingo, es un salto que nadie se explica. “Tengo la idea de que ella está convencida de que, si no hace molestar al chavismo, se puede colar como una gran estratega”, señala otra de las personas consultadas. Otras fuentes no descartan razones más mundanas que pudieran haberse combinado con su ambición política.

“Ha tenido un ascenso social importante en el cargo”, destaca una persona que, en respaldo de su afirmación, hace notar la mudanza de Nogal desde un apartamento en las inmediaciones del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), una zona modesta del centronorte de Caracas, a una quinta en la urbanización La Trinidad, un barrio de clase media sobre las colinas del sureste de la capital. Nogal ratificó a Armando.info que vive en La Trinidad, pero precisó que lo hace en un anexo de una quinta por el que paga 500 dólares mensuales. El carro del que ahora dispone se lo habría asignado el CNE.

Con o sin ascenso social, son escasas las razones que hoy podrían justificar el entusiasmo con el que Manuel Rosales anunció, en su cuenta de X, la llegada de su apadrinada al CNE en agosto de 2023: “Apostamos a la honorabilidad y alta formación en materia electoral de Aimé Nogal y Juan Delpino… En unidad derrotaremos al régimen en el 2024. Tenemos los votos y las estructuras para defender en las mesas el triunfo”. Aquellos tiempos.

La reportería para esta historia se completó con aportes de Valentina Lares, Lisseth Boon, Isabel Guerrero, Marcos Valverde e Isayén Herrera.

Tomado de La rectora electoral que le hizo ‘ghosting’ a la oposición