Las arriesgadas apuestas en varios proyectos de criptomonedas que antes se consideraban valiosos ya han provocado «espirales de muerte» este año, incinerando miles de millones de dólares de dinero de los inversores.
Erin Griffith | The New York Times
¿Cómo es posible que una empresa de 32.000 millones de dólares se haya evaporado de la noche a la mañana? Eso es lo que puede estar pensando cualquiera que vea el repentino colapso de FTX, una empresa emergente de criptomonedas que se hundió en la bancarrota la semana pasada.
Se necesitará tiempo -y múltiples investigaciones federales- para comprender plenamente lo que ocurrió entre bastidores en FTX, una bolsa de criptomonedas con sede en las Bahamas. Pero el impacto ya se está haciendo evidente. Los legisladores piden más supervisión. Los incondicionales de las criptomonedas intentan distanciarse. Los críticos de este sector de las finanzas están cacareando. ¿Y para aquellos que, hasta ahora, habían conseguido ignorar el auge y el ascenso de las criptomonedas como fenómeno? En primer lugar, me alegro por ustedes. Y en segundo lugar, es posible que quieran ver cómo se desarrolla esto. En breve explicaré por qué.
Pero primero, aquí está la explicación más simple de lo que sucedió que puedo manejar: FTX permitía a la gente y a las empresas comprar y vender divisas digitales, manteniendo depósitos de clientes por valor de miles de millones de dólares. El fundador de FTX, Sam Bankman-Fried, también creó un fondo de inversión que comercia con criptodivisas llamado Alameda Research. Se suponía que los negocios estaban separados, pero este año Alameda necesitaba dinero en efectivo y aparentemente recurrió a los depósitos de los clientes de FTX. Entonces, este mes, los clientes de FTX se preocuparon por sus depósitos y se apresuraron a retirarlos, provocando una corrida bancaria y empujando a FTX a la quiebra.
La aparente mezcla de fondos entre Alameda y FTX es muy sospechosa y podría dar lugar a acusaciones de fraude y demandas. La Comisión de Valores y Bolsa y el Departamento de Justicia están investigando. Hoy quiero explicar por qué la desintegración de FTX es importante: es más que la simple catástrofe financiera de un hombre.
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Tres razones
1. Las criptomonedas se convirtieron en la corriente principal de la pandemia. La regulación aún no se ha puesto al día.
Las criptomonedas formaron parte de manías de inversión superpuestas -incluyendo acciones de memes, tarjetas comerciales, NFTs y zapatillas deportivas- que hicieron que la gente persiguiera inversiones especulativas en los últimos años. Pero no todos los que compraron comprendieron el nivel de riesgo que implicaba.
Si un banco quiebra, el gobierno podría intervenir y rescatarlo. Un rasgo distintivo de las criptomonedas es que no están reguladas en su mayor parte: el comprador debe tener cuidado. Los hackeos no pueden revertirse, los fondos extraviados no pueden recuperarse llamando al servicio de atención al cliente, y no es probable que una bolsa de criptomonedas en quiebra sea rescatada por el gobierno. Los inversores tienen pocas protecciones.
Las arriesgadas apuestas en varios proyectos de criptomonedas que antes se consideraban valiosos ya han provocado «espirales de muerte» este año, incinerando miles de millones de dólares de dinero de los inversores. Pero FTX y Bankman-Fried destacan. Apareció en las portadas de las revistas, se relacionó con los reguladores, aumentó su perfil en la filantropía y la política e incluso patrocinó un estadio deportivo en Miami. Hizo cientos de inversiones en pequeños proyectos de criptomonedas y rescató agresivamente a los que fracasaron.
Los evangelistas de las criptomonedas y su tecnología subyacente las promueven como vehículos de inversión que eliminan la necesidad de tener fe en las personas e instituciones. Pero Bankman-Fried se empeñó en fomentar la confianza: de inversores, periodistas, políticos y organizaciones benéficas. Ahora es un paria, y puso a toda la industria de las criptomonedas bajo escrutinio.
2. El colapso de FTX está relacionado con el retroceso de la industria tecnológica en general.
Bankman-Fried ya está haciendo comparaciones con Bernie Madoff. Y al igual que el esquema Ponzi de Madoff se desmoronó durante la crisis financiera de 2008, el colapso de FTX llega en medio de un retroceso más amplio de la industria tecnológica. Las acciones tecnológicas se han desplomado. La financiación de capital riesgo se está agotando. Casi 800 empresas tecnológicas han despedido a más de 120.000 trabajadores este año, con recortes que afectan a Meta, Amazon y Twitter.
Los tiempos difíciles de la tecnología se deben a los tipos de interés de los préstamos. Durante más de una década, los tipos fueron bajos, lo que empujó a los inversores a buscar el riesgo y a invertir en empresas tecnológicas de alto crecimiento. Ahora, los tipos están subiendo, justo cuando el crecimiento impulsado por la pandemia de los dos últimos años se desvanece. Las subidas de tipos han perjudicado las valoraciones de las empresas tecnológicas y el acceso al capital, incluidas las centradas en las criptomonedas.
3. Hay más por venir.
Las solicitudes de quiebra de FTX enumeran más de un millón de acreedores. Además de las personas que utilizaron la plataforma para almacenar sus inversiones en criptodivisas y los inversores que respaldaron a la empresa directamente, numerosos fondos y empresas emergentes de criptografía tenían activos encerrados allí.
Los gestores de inversiones que incursionaron en el cripto «deberían realmente considerar si deberían tener activos relativamente nuevos, relativamente no probados y relativamente no regulados en sus planes de jubilación», dijo Marcia Wagner, fundadora de Wagner Law Group, una firma centrada en los beneficios de los empleados. «Hay ciertos tipos de activos que francamente no pertenecen».
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