La muerte de CAP

Carlos Andrés Pérez

Murió el gocho. Murió un tipo que se permitió soñar una Venezuela mejor, un país de vanguardia. Un tipo que, realizando su ignorancia en muchos temas, no temió en invitar a individuos apolíticos educados en las mejores universidades del mundo a formar su gabinete. Recuerdo bien su segunda presidencia. Es más, mi primer voto en elecciones presidenciales fue por él, en el 88. El dicho en ese tiempo, entre jodedores de la Ginaflor, iba así «el gocho p’al 88 y Carlos Andrés p’al 93.» Hay ciertos eventos en particular que recuerdo de ese período. El aumento del pasaje en los por puesto, y los subsiguientes disturbios y saqueos, conocido como Caracazo, me pillaron viviendo en El Paraíso. Recuerdo haber visto el saqueo. Recuerdo haber visto a soldados del ejército dejando que la gente de la Vega saqueara todos los comercios de la Avenida Paez, El Paraiso y La Paz. Recuerdo que «nené moribundo» y «cachifín» se fueron con una gente para San Martín, y regresaron cargados de electrodomésticos, en carritos de automercado. Recuerdo haber visto la plomamentazón, entre malandros de la Cota 905 y ejercito apostado en la Plaza Madariaga, y los camiones volteo que bajaban de la Vega, a tirar los muertos en la India.

Me impresionó el equipo de yuppies que CAP invitó para implementar medidas económicas y estructurales, que no debían ser demoradas para enderezar el rumbo del país, quebrado en aquel entonces. Recuerdo la pelazón de bola en esos años. El golpe de Chavez me pillo también en el Paraíso. Recuerdo haber pensado «¿cómo dejan al golpista hablar por televisión?» Los broncos sobrevolando el centro de Caracas, y dejando caer bombas que no explotaban, me los vacile desde la azotea de la casa de «cachifín», donde estábamos jugando dominó. Recuerdo la destitución de CAP, dizque por malversación. Y la presidencia interina de Ramon J. Velazquez, y su indulto a Larry Tovar Acuña

La muerte de CAP ha generado una cantidad de comentarios. Todos tenemos una opinión sobre el gocho, todos recordamos episodios de su paso por el poder. En mi opinión, y tratando de ser objetivo, el gocho pasará a la historia como un hombre que hizo esfuerzos considerables para modernizar Venezuela. Un caudillo, que estuvo dispuesto a promover políticas descentralizadoras. Un político, que empleó gente capaz, y estudiada, en un país caracterizado por la inexistente relación entre los capaces y la política. Ultimadamente, un demócrata que no dudo en acatar decisiones judiciales claramente politizadas, y abandonar pacíficamente el poder. Esa es en mi opinión la grandeza del hombre, haberse sometido al estado de derecho e imperio de la ley.