El default de la deuda comercial de la República, que ha generado una deuda de aproximadamente 25 millardos de dólares de acuerdo con cifras de Fedecámaras, tiene al sector manufacturero semiparalizado. Estadísticas de Conindustria muestran que en el primer trimestre de 2014 la capacidad utilizada de las empresas se situó en 48,02%, menos de la mitad por primera vez en más de 10 años, indican cifras del gremio.
El Centro Nacional de Comercio Exterior confirmó el fuerte descenso en las entregas de divisas. Anunció que en los primeros 4 meses de este año liquidaron 2,8 millardos de dólares. Sin embargo, no es posible medir cómo fue el desembolso con respecto a 2013 en vista de que el gobierno aún no ha informado cuántas divisas entregó el año pasado. El monto apenas supera en 100 millones de dólares la deuda que el Ejecutivo mantiene solamente con el sector alimentos, que era de 2,7 millardos de dólares hasta abril pasado, según datos del gremio.
Ismael Pérez Vigil, director de Conindustria, calcula que de las más o menos 7.000 empresas que hay en el país alrededor de 1.500 están paralizadas. «No están cerradas, pero sí paradas por falta de insumos y otro grupo numeroso de compañías está a media máquina por fallas en los inventarios».
El presidente Nicolás Maduro, aseguró Pérez Vigil, reconoció que había empresas paradas: «La semana pasada dijo que de las 2.911 compañías que han asistido a las mesas de trabajo con motivo de la Conferencia Económica para la Paz, 20% están sin operar».
A consecuencia de la crítica situación que afronta la industria, a juicio del director ejecutivo, hay muchas compañías en riesgo de quiebra.
Afirmó que las empresas evitan el cierre a toda costa: reducen los turnos de trabajo, adelantan vacaciones, mandan a parte del personal a la casa y destinan las inversiones del año a mantener las operaciones, en lugar de dejarlas para innovaciones.
Pérez Vigil, no obstante, refirió que el anuncio que hizo hace unas semanas Alimentos Polar sobre la paralización de su planta de pasta por falta de materia prima es un alarma. «Si eso ya le ocurre a las grandes empresas, qué quedará para las pequeñas». Después de pasar un poco más de una semana detenida, el 9 de mayo la empresa informó sobre la reanudación de operaciones. Durante la paralización, dijo una fuente de manera extraoficial, se dejaron de elaborar más de 4.000 toneladas métricas de pasta.
El sector productivo, aseveró el directivo, está afectado por un problema coyuntural y otro de fondo. Con el primero se refiere a la falta de liquidación de divisas y con el segundo al modelo económico que está instaurando el Ejecutivo, y que acaba con el aparato productivo.
«Si se reanudan las liquidaciones las empresas podrán reactivar pedidos de mercancía y al cabo de unos 90 días desde que introducen las órdenes de materiales hasta que el producto se distribuye los artículos comenzarán a exhibirse en los anaqueles. Pero deben ser liquidaciones periódicas y suficientes porque si no al cabo de unos meses la escasez volverá», indicó.
Aseguró que el inconveniente más grave es el de fondo. «No creo que las dificultades que atraviesa la industria manufacturera sea algo planificado por el gobierno. Lo que pasa es que sus funcionarios están convencidos de que es exitoso», afirmó.
Transformación económica. La contracción de la economía incide seriamente en la productividad de los distintos sectores del país y, en opinión del economista José Guerra, el Ejecutivo no da indicios de que vaya a cambiar la situación. Agregó que el gobierno insiste en imponer el modelo socialista a pesar del balance negativo que ha tenido para el país.
El segundo Plan Socialista de Desarrollo Económico y Social de la Nación, 2013-2019, que viene ejecutando el presidente Nicolás Maduro, tiene como uno de los objetivos para seguir construyendo el socialismo bolivariano del siglo XXI «propulsar la transformación del sistema económico en función de la transición al socialismo bolivariano, trascendiendo el modelo rentista petrolero capitalista hacia el modelo económico productivo socialista, basado en el desarrollo de las fuerzas productivas», dice el documento.
El economista aseguró que el país, al contrario, continúa dependiendo de la renta petrolera.
«De cada 100 dólares que genera el barril de petróleo 70 entran a la caja de la nación, pero no son suficientes para financiar el funcionamiento del país». Consideró que no se puede incentivar la producción si al sector privado le asignan 40% menos divisas que el año anterior: «No se puede pensar que se va a producir más con menos cantidad de divisas liquidadas».
Otro de los objetivos del plan de la patria es «desarrollar modelos incluyentes de gestión de las unidades productivas, participativos con los trabajadores y trabajadoras, alineados con las políticas nacionales, así como con una cultura del trabajo que se contraponga al rentismo petrolero, desmontando la estructura oligopólica y monopólica».
Guerra refirió que este proceso comenzó con las expropiaciones y estatizaciones de empresas y fincas, lo que trajo la casi paralización de los sectores agrícola y pecuario. Destacan las mermas en la producción de Agropatria, Lácteos Los Andes, Industrias Diana y Fama de América, entre otras.
La otra meta del gobierno, según el plan, es «desarrollar un sistema de fijación de precios justos para los bienes y servicios, combatiendo las prácticas de ataque a la moneda, acaparamiento, especulación, usura y otros falsos mecanismos de fijación de precios».
El economista agregó que con las fiscalizaciones y el control de precios no impulsarán la producción, y al contrario, se está acentuando la escasez de bienes prioritarios. «Para sanear la economía deben producirse cambios de fondo en las políticas del Banco Central de Venezuela y bajar el déficit fiscal», según reportó el diario El Mundo Economía y Negocios.
Tomado de La industria se paraliza por default de la deuda comercial de Venezuela (y el dolar @75)