La diplomacia de Maduro en España y los celos

Por Gloria Peñaloza
Opinión

En España coexisten en simultáneo dos representaciones diplomáticas venezolanas. Una corresponde al llamado Gobierno interino de Juan Guaidó, encabezada por Antonio Ecarri y la otra es la del régimen de Nicolás Maduro, al frente de la que está Coromoto Godoy.

La embajadora de Maduro ha tenido cierta trayectoria diplomática en países como Trinidad y Tobago e India, antes de haber sido designada en fecha reciente en España. Cuentan en las redes sociales que el líder del régimen ha tratado de mantener la alejada de Venezuela y de su entorno, por la ojeriza que provocaría en Doña Cilita, por razones de celos y por la salamerías entre la embajadora y el jefe del régimen. Siendo así, recordaría algo parecido a los celos que sentía la en otros tiempos primera dama de facto Blanca Ibáñez hacia otras mujeres que circundaban al en aquellas épocas presidente Jaime Lusinchi, con las que Lusinchi iba de a ratos.

Por eso sería, según cuentan, que el número uno del régimen, preferiría que Godoy esté en el viejo continente, pese a que aseguran también que no fue del agrado de la actual dama número uno del chavismo cuando se enteró de la designación de Godoy como embajadora en España.

La embajadora madurista ha hecho buenas migas con Glenna Cabello, cónsul en Bilbao (con circunscripción consular en el País Vasco) y hermana del número dos del chavismo, Diosdado Cabello.

Godoy y su cónsul aliada tienen la misión de consolidar el reconocimiento por parte del Gobierno de Pedro Sánchez a la diplomacia madurista y el desconocimiento del Gobierno español a la diplomacia interina de Guaidó. Pero no solo eso tendrían en común, sino también supuestamente su antipatía hacia la dama número uno del régimen.









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Tomado de La diplomacia de Maduro en España y los celos