VenePirámides
Las mal llamadas “subastas” del “Bono Cambiario Venezolano” han desatado una demanda creciente e insaciable, como consecuencia de las inmensas utilidades que realizan los pocos afortunados en recibir esta dádiva. En efecto, según informó el Banco Central de Venezuela a los oferentes en el proceso de adjudicación (Bancos Universales, Bancos Comerciales, Entidades de Ahorro y Préstamo y Casas de Bolsa), el monto máximo asignado en la oferta del 13 de enero fue de USD 69.000,00, disminuyendo ese máximo asignado a USD 53.000,00 en la subasta siguiente del 14 de enero, que también fue por USD 50.000.000, producto del mayor numero de oferentes persiguiendo las pingues ganancias.
Comoquiera que el BCV no suministró el detalle de los montos adjudicados por orden, supongamos que no hubo órdenes con adjudicaciones inferiores al máximo adjudicado. Si ese hubiere sido el caso, el 13 de enero se habrían adjudicado 724 órdenes a razón de USD 69.000 cada una (o el 0,14% del monto ofertado por cada orden adjudicada), y el 14 de enero se habrían adjudicado 943 órdenes a razón de USD 53.000 cada una (o el 0,11% del monto ofertado por cada orden adjudicada). Como observarán los agudos lectores, la golilla del “Bono Cambiario Venezolano”, con rentabilidades anualizadas del orden del 32% (que por lo demás aumentaron en la segunda subasta porque el tipo de cambio paralelo subió, contrariamente a las intenciones del BCV) irá atrayendo progresivamente más y más demanda, que tenderá al infinito, habida cuenta de las monumentales utilidades que la transacción ofrece. No les extrañe que en las próximas subastas las adjudicaciones máximas no excedan de USD 10.000 o menos por oferente. Y lejos de hacer que el tipo de cambio paralelo disminuya, cementará la percepción de que Merentes y su combo, lejos de hacerlo bajar, lo que quieren es perpetuar el guiso.
Tomado de La demanda tiende al infinito