Si Maduro cae, hay mucho dinero en juego y muchos criminales y narcotraficantes que serían capturados. A ninguno de ellos les conviene la salida de la dictadura
Por: Sabrina Martín
Fuente: PanAmPost
La dictadura en Venezuela se convirtió el territorio en tierra fertil para la criminalidad internacional (Wikimedia)
La dictadura en Venezuela se convirtió el territorio en tierra fértil para la criminalidad. El país suramericano es investigado en el mundo por permitir el desarrollo de actividades terroristas, de narcotráfico, lavado de dinero internacional, corrupción y violación a derechos humanos; todo esto, bajo la mirada complaciente de las autoridades y la Fuerza Armada.
A pesar de que la mayoría de los venezolanos luchan por la caída de Nicolás Maduro, y de que los países democráticos exigen que en Venezuela exista democracia; la verdad es que el régimen está aupado por la criminalidad nacional e internacional que encontró en ese país “licencia libre” para ejercer fechorías. Por esta razón Maduro se aferra al poder pues con su caída, también destruiría la logística de grupos criminales.
Al menos tres grupos terroristas operan desde Venezuela, gracias al chavismo: El ELN, las FARC y hasta el islámico Hezbolá. Por ejemplo, el país gobernado por Maduro se convirtió en un búnquer para el ELN, por lo que la Justicia colombiana se ve impedida de actuar y emprender operativos.
En primer lugar, los máximos líderes del ELN están en Venezuela; mientras que dicha organización criminal tiene en sus manos parte del manejo y tráfico del oro venezolano.
Por su parte, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) también han hecho vida en suelo venezolano y han usado ese país como refugio y escapatoria de las autoridades colombianas.
En 2016, un reportaje del portal web El Estímulo reveló que las FARC contaban con unos 1.000 combatientes en Venezuela que operaban en los estados Zulia, Barina y Apure.
A esto se suma el informe estadounidense presentado en junio de 2017 en Washington por el instituto American Enterprise, donde se señaló que elementos del Gobierno venezolano “administran y respaldan operaciones de narcotráfico, lavado de dinero, financiamiento al terrorismo, respaldo a los movimientos guerrilleros y de corrupción”.
Según el informe, Venezuela siempre fue un pasillo natural para las exportaciones de cocaína provenientes de Colombia hacia Europa y Estados Unidos, pero el tráfico se incrementó con Hugo Chávez en el poder tras que este respaldara a las FARC.
Señala el documento que gracias a la alianza entre guerrilla y chavismo, Venezuela es ahora un centro de distribución para la cocaína producida por las FARC y otros grupos narcotraficantes.
Como si no fuera suficiente la presencia de estos dos grupos terroristas en Venezuela, los regímenes de Chávez y Maduro también han respaldado las operaciones del los iraníes y el Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá).
Hezbolá, cuya traducción sería “El partido de Dios”, es una organización que nació en el Líbano en 1982 tras la ocupación israelí, que cuenta con un brazo político y otro armado, y funciona con el respaldo de Irán y del Gobierno sirio de Bashar Al Assad, actuales aliados y amigos del régimen madurista.
En el libro Búmeran Chávez se revela, de acuerdo con testimonio de Rafael Isea -entonces viceministro de Finanzas y presidente del Banco de Desarrollo Económico y Social (Bandes)-, quien estuvo presente en la reunión que se realizó en Damasco en el año 2007, entre Maduro -para entonces ministro de Relaciones Exteriores-, y el jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah, líder del grupo terrorista, que se firmó un pacto que amparaba actividades de narcotráfico, blanqueo de dinero, suministro de armas y entrega de pasaportes, así como el despliegue de células de esa organización radical chiita en Venezuela
Etiquetas: BANDES, ELN. FARC, Hezbollah, narcoterrorismo, Rafael ISEA
Tomado de La caída de Maduro destruiría la logística de organizaciones criminales