Han transcurrido más de dos meses desde que se iniciaran las diligencias policiales contra una organización señalada de tráfico de drogas hacia las islas del Caribe, que también tenía su centro de operaciones en la población falconiana de Sabana Alta. Pero, hasta el momento, las autoridades no han detenido al presunto líder del grupo, César Augusto Camacaro Hoyos.
Este hombre de 45 años de edad, nacido en Porlamar (Nueva Esparta), estaba en el radar de los cuerpos de seguridad desde la primera década de este siglo, con motivo de varias averiguaciones ligadas al porte ilegal y al ocultamiento de armas. En 2006, salió librado con una medida cautelar.
En septiembre de 2008 fue señalado nuevamente tras el hallazgo de dos fusiles, una subametralladora y una escopeta, así como numerosas municiones en una humilde vivienda del caserío Sacuragua, a quince kilómetros de Adícora. Según las actas del expediente, los detenidos (el venezolano Javier Marcelino Hurtado y el colombiano Jorge Valbuena) indicaron que esas armas las habían guardado por órdenes de Camacaro y su segundo en la organización, Max Thompson Pérez.
Además de los fusiles, llamó la atención de los efectivos de la Guardia Nacional la cantidad de dispositivos de comunicación satelital ocultos en ese inmueble, lo que sugería una actividad distinta a la mera detentación de las armas.
En febrero de 2011, Camacaro fue mencionado nuevamente en el curso de un expediente por un presunto tráfico de drogas a islas del Caribe. Una informante, que decía integrar una “red de inteligencia social”, alertó sobre las andanzas de un grupo dedicado a la piratería, el tráfico de armas y drogas. En este procedimiento actuaron agentes de la policía judicial. Curiosamente, al inicio se vinculó esta organización al hallazgo de tres bultos de psicotrópicos en La Vela. Un asunto por el que privaron de libertad a una pobladora, Caroly Flores, que fue delatada por vecinos.
Camacaro se presentó ante el Ministerio Público nueve meses después del incidente. Como por arte de magia, el cargo por tráfico de drogas se consideró que no estaba “configurado”. Y el juez de control Jean Carlos Palencia le otorgó una medida cautelar, al tiempo que mantuvo las imputaciones por ocultamiento de armas de guerra y asociación para delinquir.
Allanamientos en oriente
Desde la tercera semana de enero, efectivos de la Superintendencia Nacional Antidrogas (Sunad) y de la Guardia Nacional iniciaron una nueva ronda de visitas domiciliarias. Fueron incautados más de treinta inmuebles en el municipio Carirubana, el mismo donde tenía su centro de acción Emilio Enrique Martínez, alias Chiche Smith.
Quedaron en poder de las autoridades una discoteca (Carpe Diem), tiendas en el centro comercial Las Virtudes, una maderera, dos fincas y varias viviendas. También se hicieron con doce caballos de coleo.
En la urbanización Punta Cardón de Punto Fijo incautaron una camioneta Toyota Prado y dos cuatrimotos, ideales para rondas playeras. Otros tres vehículos fueron confiscados en dos estacionamientos, ubicados respectivamente en la misma urbanización y en Puerta Maravén.
Las diligencias se han extendido hasta el estado Sucre, donde la Guardia Nacional decomisó una embarcación multipropósito, fondeada en el muelle de Pescalba, Cumaná. Está a nombre de una empresa propiedad de Camacaro.
Pero no han dado con el paradero del supuesto líder de este grupo. Tampoco han reportado el hallazgo de algún alijo de estupefacientes.
Eventualmente, se han hecho contactos con policías de Colombia e islas del Caribe, ante la presunción de que, nuevamente, este hombre pudo haber salido del país.