En una carta dirigida al juez de la causa, Juan Orlando Hernández califica su juicio como linchamiento judicial, al sustentarse en una investigación de la fiscalía llena de errores.
El expresidente de la República de Honduras, Juan Orlando Hernández, calificó su juicio como linchamiento judicial en el que los fiscales del Distrito Sur de Nueva York no hicieron la debida diligencia en la investigación a modo de conocer la verdad de los hechos.
En juicio a cargo del juez Kevil Castel celebrado el 8 de marzo del presente año 2024, en el Tribunal del Distrito de Nueva York, Hernández fue declarado culpable por el un jurado de “conspiración para la importación de cocaína, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos y conspiración para poseer ametralladoras y dispositivos destructivos”.
A pocos días de que el juez Castel dicte la sentencia —se espera que ocurra el 26 de julio—, Juan Orlando Hernández Alvarado remitió una carta al magistrado, la cual encabeza asegurando: “Soy inocente, no culpable por lo que me han acusado en este juicio. Fui acusado y condenado de manera injusta e indebidamente”.
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Investigación y juicio lleno de errores
Juan Orlando Hernández precisó que su lucha contra el narcotráfico fue reconocida por el gobierno de Estados Unidos
Juan Orlando Hernández considera que la comunicación al juez Castel se erige como la “oportunidad de explicar a Honduras, a Estados Unidos y al mundo el atropello del que he sido objeto, al igual que mi familia, el equipo de gobierno y la soberanía de Honduras por esta conspiración en mi contra”.
En la carta, JOH anexó un conjunto de testimonios y documentos para sustentar las afirmaciones expuestas en la misiva.
Sostiene que fue víctima de una venganza y una conspiración por parte de los grupos del crimen organizado a quien combatió durante su administración como presidente, tanto del Congreso Nacional de Honduras (2010-2014) como de la República de Honduras (2014-2022).
Hernández Alvarado asevera en la carta al juez que la investigación desarrollada por la fiscalía y el juicio en su contra, estuvieron “lleno de errores, de injusticias que se han convertido en un linchamiento a través del sistema judicial de Estados Unidos. Los fiscales y agentes no hicieron la debida diligencia en la investigación para conocer toda la verdad”.
Asimismo, recordó que en sus gestiones como parlamentario y jefe de estado impulsó acciones legislativas y de gobierno para cambiar las circunstancias de Honduras.
Explicó que antes de su llegada al poder, su país estaba sumido en la violencia y se había convertido en el “puente para el paso de la droga (de acuerdo a la información proporcionada por el Comando Sur de EE. UU.) que se producía en el Sur de América y se consume en el norte del continente americano”.
Los errores de la fiscalía
Juan Orlando Hernández citó al juez Kevin Castel el conjunto de leyes e iniciativas de gobierno desarrolladas por él para combatir la violencia y el narcotráfico en Honduras.
Asimismo, subrayó la obligación constitucional que los fiscales tienen de “producir la información favorable dentro de los descubrimientos” y “revelar información exculpatoria y de juicio político a los acusados penales y buscar un resultado justo en cada caso”.
Según Hernández Alvarado expuso al juez Castel, los fiscales asignados a su causa trabajaron en conjunto con la “DEA como agencia principal, lo que ocasionó que no toda la información exculpatoria haya sido entregada ni presentada para mi defensa”.
Esto era vital para que el jurado conociera la verdad de los hechos y lo hubiera declarado inocente. “Era obligatorio que el Gobierno cumpliera con su obligación constitucional, que los fiscales tenían que producir dentro del descubrimiento información favorable de diferentes instancias del Gobierno”.
Juan Orlando Hernández precisó que su lucha contra el narcotráfico y, en general, contra el crimen organizado, fue reconocida por el propio gobierno de los Estados Unidos, entre ellos el actual presidente estadounidense, Joe Biden.
Reiteró que, en su juicio, la fiscalía obvió las pruebas y se sustentó únicamente el testimonio de criminales y narcotraficantes, muchos de los cuales habían sido extraditados por él.
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Tomado de Juan Orlando Hernández calificó su juicio como linchamiento judicial