La utilización de la migración instrumentalizada para desestabilizar Estados Unidos es la estrategia en la que Venezuela actúa como agente de China, Rusia e Irán, aseguró Joseph Humire, experto en temas de seguridad, ante el Congreso estadounidense.
Ante el subcomité de aplicación de la Ley Federal del Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental del Congreso de EE. UU., sostuvo que las caravanas de migrantes son organizadas y financiadas por actores estatales y no estatales con el objetivo de generar caos y erosionar la soberanía estadounidense.
Humire presentó datos sobre el aumento de la inmigración ilegal, así como de su presunta conexión con el crimen organizado y el terrorismo, al tiempo que alertó sobre una grave crisis de seguridad nacional que atraviesa EE. UU. en la actualidad.
El experto describió en su testimonio lo que cataloga como una «invasión migrante» que al ser mapeada muestra la expansión experimentada por organizaciones criminales hacia ciudades santuario de Estados Unidos. Tal situación, junto con la compra de tierras por parte de China —advirtió Humire— representa una amenaza a la soberanía estadounidense.
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Crisis fronteriza sin precedentes
Dejó sentado ante los congresistas acerca del peligro de catalogar su advertencia simplemente como una teoría de la conspiración y, por ello, ignorarla o simplemente considerarla como alarmista. La cantidad de inmigrantes ilegales sin precedentes que en los últimos 4 años ha entrado a EE. UU. y sus consecuencias, da cuenta de que no es así.
En tal sentido, Humire citó el aumento vertiginoso de las muertes relacionadas con el fentanilo, con más de 100 000 estadounidenses envenenados cada año; el surgimiento de nuevas y poderosas pandillas, como el Tren de Aragua de Venezuela, las cuales se apoderan de complejos de apartamentos enteros y, trágicamente, cometen violaciones y asesinatos de estadounidenses inocentes.
Una nefasta realidad de la que Laken Riley y Jocelyn Nungeray, son víctimas, por lo que es necesario actuar en consecuencia ante lo que, sin ambages, catalogó como una crisis fronteriza sin precedentes.
Para corroborar sus afirmaciones, Joseph Humire refirió que desde 2021, las autoridades fronterizas estadounidenses detectaron once millones de extranjeros ilegales y 2.2 millones adicionales conocidos como “gotaways” — personas que cruzan la frontera ilegalmente y logran evaden ser detectadas o aprehendidas.
Asimismo, hizo referencia a otros 1.5 millones de migrantes que llegaron a Estados Unidos a través de programas de libertad condicional humanitaria y de inmigración defectuosos. Todo ello suma “14 millones de extranjeros ilegales en Estados Unidos en solo cuatro años”, alertó.
Conexión criminal
Joseph Humire alertó a los congresistas sobre la falta de asimilación de algunos inmigrantes y su posible conexión con organizaciones criminales y terroristas. «Desafortunadamente, la triste realidad es que la mayoría de estos extranjeros ilegales no se están asimilando a Estados Unidos y, peor aún, algunos de ellos están vinculados a las pandillas, cárteles, organizaciones criminales y grupos terroristas más notorios del mundo».
Para dar una dimensión del peligro que esto significa, Humire precisó que si solo el 0.05 % de esta población estuviera vinculada al crimen o al terrorismo, representaría una fuerza del tamaño del Ejército y el Cuerpo de Marines de EE. UU. combinados, por lo que se trata de una situación que califica como una «emergencia de seguridad nacional».
Migración instrumentalizada
Joseph Humira indica que comenzó a investigar el fenómeno de la migración instrumentalizada en octubre de 2018, en ocasión de que miles de centroamericanos cruzaron la frontera suroeste de Estados Unidos en pocas semanas.
En aquel entonces descubrió que las caravanas centroamericanas habían sido planificadas, financiadas, organizadas y dirigidas por actores estatales y no estatales para causar caos en Guatemala, México y, finalmente, Estados Unidos.
Humire define la migración instrumentalizada —weaponized migration, en inglés— como el fenómeno en que «actores estatales y no estatales catalizan, manipulan y/o inducen la migración masiva para lograr objetivos políticos y geopolíticos».
Sostiene que los «extranjeros ilegales criminales» no llegaron por accidente, sino que fueron «enviados aquí por los enemigos y adversarios de Estados Unidos».
Venezuela comandando
Joseph Humire explica que en 2018 identificó a ONGs politizadas de Honduras que recibían fondos de organizaciones benéficas estadounidenses y europeas, pero que estaban bajo la «guía y dirección de un estado-nación antiestadounidense y adversario: la República Bolivariana de Venezuela».
Le colaboraban al régimen venezolano la ONG hondureña «Pueblo Sin Fronteras» y otras oenegés y organizaciones benéficas en California y Chicago.
«Venezuela, como agente de China, Rusia e Irán, entiende que la migración masiva puede emplearse como un arma de guerra asimétrica para erosionar nuestras fronteras nacionales, robar nuestra soberanía y, eventualmente, hacer que Estados Unidos colapse desde adentro», sostiene.
Humire niega que las «causas raíces» y rechaza la idea de que la crisis se deba principalmente a problemas socioeconómicos: «Lejos de ser un problema de ‘causas fundamentales’ derivadas de dificultades socioeconómicas, desastres naturales o altos niveles de inseguridad, el centro de gravedad de la crisis fronteriza y de inmigración de Estados Unidos es la migración instrumentalizada»
El experto confeccionó lo que denomina un “mapa de invasión migrante” en el que señala los principales centros de donde las organizaciones criminales se están extendiendo por Estados Unidos. Explica que estos grupos se mueven hacia ciudades santuario y actúan en combinación con la estrategia del Partido Comunista Chino de comprar tierras con el objetivo robar la soberanía de EE. UU. «Esta es una crisis de seguridad nacional, quizás la mayor en nuestra vida», sentenció ante los congresistas.
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