José Luis Betancourt, presidente de Fedecámaras, salió hipnotizado luego de la reunión con el Jefe de Estado. Al igual que los ratones atraídos por el flautista de Hamelin, se dejó llevar por los cantos del oficialismo para decir que el Gobierno “garantiza el respeto a la propiedad privada”.
Pero pocas horas antes de las declaraciones de Betancourt, el Seniat cerró el diario El Impulso, el Gobierno tomó acciones contra el Hato Santa Rita y pare usted de contar; por si fuera poco, el empresario guabineó cuando una periodista le consultó sobre la clausura del medio de comunicación de Barquisimeto.
¿Será que Betancourt está cambiando su corazón de empresario privado y prefiere acercarse al desconocido concepto del Socialismo del Siglo XXI?