Inmigración masiva para acabar con Occidente: un arma de la guerra híbrida

La inmigración masiva para acabar con Occidente sería parte de la estrategia de la guerra híbrida que se desarrolla en América.

La inmigración masiva para acabar con Occidente sería una de las estrategias de guerra híbrida que actualmente es implementada en América con excelentes resultados para quienes buscan el fin de la cultura occidental.

Se busca dar al traste con los valores occidentales a través de la infiltración de grandes grupos humanos de irregulares, especialmente en Estados Unidos. El objetivo final sería deconstruir a la sociedad, el estado de derecho y el sistema de valores característico de este lado del mundo.

La guerra híbrida es una estrategia militar que se vale de medios, tanto convencionales como irregulares, tales como actos terroristas, coerción y violencia indiscriminada, desorden criminal, noticias falsas, entre otros, para alcanzar sus objetivos.

Pues bien, entre los medios utilizados en la guerra híbrida, la inmigración masiva ilegal pareciera haberse convertido en la estrategia perfecta para infiltrar a operadores en el país objetivo y, de esta manera, generar el caos.

Las fronteras abiertas de Biden suman puntos al caos

Al logro de este objetivo de destrucción contribuye enormemente la actual política de fronteras abiertas, implementada por el gobierno de Joe Biden. La crisis migratoria desatada a raíz de esto, es la más grande y sin precedentes en EE. UU.

Con ella se ha dado puerta franca miembros de pandillas criminales transnacionales que, camuflados como “inmigrantes comunes”, ponen en riesgo, no solamente la seguridad pública, sino la constitución misma de la sociedad estadounidense.

Es así como la inmigración masiva para acabar con Occidente materializa una vieja aspiración de los enemigos de Estados Unidos y el oeste del mundo en general.

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¿Quiénes son los migrantes?

Una nota de agencia de noticias EFE (1) refiere que en lo que ha transcurrido de 2024, por la selva del Darién —frontera entre Panamá y Colombia— han cruzado 186 969 migrantes, mayormente venezolanos, rumbo a los Estados Unidos.

Y cuando se dice que la nacionalidad prevaleciente es la venezolana es porque de ese total señalado anteriormente, 122 616 son venezolanos; los ecuatorianos siguen la lista con 12 839 oriundos de dicho país; 12 059 son colombianos; 10 757 de China; 10 173 de Haití; 2051 de India; 428 de Cuba; los restantes 16 046 son de otras nacionalidades. Se trata de cifras ofrecidas por el Servicio Nacional de Migración de Panamá.

El presidente electo de esa nación, José Raúl Mulino, anunció que al asumir la presidencia el próximo 1 de julio, repatriará a quienes lleguen al país a través de la selva.

Según el gobierno panameño, el Clan del Golfo, una banda criminal colombiana, es la principal responsable de la organización y traslado de estas grandes masas humanas. Por los cabecillas de este grupo EE. UU. ofrece USD 8 millones de recompensa a quien suministre información confiable sobre su paradero.

El auge de “El Tren de Aragua”

En los últimos reportes de las autoridades federales de EE. UU. un nombre resuena con gran estruendo: “el Tren de Aragua”, un grupo criminal venezolano de cuyos miembros se le mantienen 100 investigaciones abiertas en la actualidad. Así lo dio a conocer New York Post en nota informativa.

Marco Rubio y María Elvira Salazar, senador y representante republicanos respectivamente, entre otros, pidieron al presidente Joe Biden, designar formalmente a “El Tren de Aragua” como una Organización Criminal Transnacional. Esto, en razón de ser un ejército criminal invasor responsable de asesinatos, esquemas de soborno, narcotráfico, secuestros, rescates, tráfico de armas y lavado de dinero (2).

El Tren de Aragua se encuentra ya presente en Nueva York, Chicago, Miami y Denver, donde se dedican al lavado de dinero, el robo y la trata de personas, según los reportes oficiales.

La negativa de las autoridades venezolanas a suministrar información policial con Estados Unidos es uno de los principales inconvenientes para identificar a los integrantes de la banda. El gobierno de Maduro también se niega a recibirlos de vuelta.

Ante tales contratiempos, la policía estadounidense recurre a otros mecanismos para identificar a estos delincuentes. Es así como determinados tatuajes característicos de pandillas son la forma implementada para identificar a los antisociales. Pero hacerlo de esta manera se vuelve cuesta arriba, toda vez que muchos de los motivos de los tatuajes son populares en Suramérica (3).

La orden a la Guardia Nacional de EE. UU. es revisar a los migrantes que lleguen a Nueva York para ver si en sus cuerpos llevan los tatuajes distintivos de El Tren de Aragua (4).

En 2022, un informe de inteligencia del Departamento de Seguridad Nacional que recibió la Patrulla Fronteriza dio a conocer que el gobierno de Nicolás Maduro supuestamente libera deliberadamente a reclusos, entre ellos, asesinos, violadores y extorsionistas, para que vayan a los Estados Unidos. Los presos liberados fueron vistos dentro de caravanas de migrantes que viajaban México hacia la frontera con EE. UU. (5)

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Operación Escudo Comunitario contra las pandillas

Desde 2005, el Departamento de Seguridad Nacional a través de la Unidad Nacional Contra Pandillas (NGU, por sus siglas en inglés) de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lleva a cabo la Operación Escudo Comunitario, una iniciativa policial internacional contra el crecimiento y expansión de pandillas criminales transnacionales, pandillas de prisión y pandillas de motociclistas delincuentes a lo largo de los Estados Unidos.

Desde su implementación, la Operación Escudo Comunitario ha permitido el arresto de 32 200 pandilleros y sus socios de más de 2400 diferentes pandillas y camarillas. Se han realizado 20 838 arrestos penales y 13 370 arrestos administrativos de inmigración, de los cuales 451 corresponden a líderes de pandillas y 14 994 a personas con antecedentes penales violentos. Igualmente se han incautado más de 5800 armas de fuego (6).

Fuentes consultadas:

Tomado de Inmigración masiva para acabar con Occidente: un arma de la guerra híbrida

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