“Las sanciones son eficaces”, concluye un informe del Centro por una Cuba libre (Center for a free Cuba) y la Asociación Española Cuba en Transición, por lo que es necesario reinstaurar sanciones a Venezuela y “ampliarlas a todos los jerarcas, testaferros y colaboradores que están cooperando con la dictadura”, además de incluir a Cuba y a los aliados de Nicolás Maduro.
Se trata de una recomendación dirigida, no únicamente a los Estados Unidos sino también a la Unión Europea que levantaron las sanciones que regían sobre la dictadura venezolana en la creencia de que Maduro permitiera la realización de unas elecciones libres en Venezuela. El reporte advierte no incluir a Cuba es un grave error, toda vez que es el centro desde “donde se planifica y diseña la maquinaria de control policial y social que sustenta a Maduro”.
El informe denominado “La dominación cubana en la Venezuela de Maduro. Evidencias de la injerencia de Cuba en la democracia venezolana”, deja sentado que desde la isla caribeña se sustenta al régimen venezolano a la vez que es “el responsable último de la represión y la tortura en Venezuela”.
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Cuba es la responsable de la represión y tortura en Venezuela
Asegura el informe que el colapso de la democracia venezolana no se entiende sin la injerencia de la dictadura cubana, pues es desde La Habana donde se toman las decisiones estratégicas que marcan la dirección del régimen de Nicolás Maduro. Es la isla caribeña la responsable de la represión y la tortura en Venezuela, sostiene el informe.
En tal sentido, se alerta de la importancia y efectividad de las sanciones, pues de no ser así Maduro nunca habría accedido a la realización de elecciones sino se le hubiera concedido el levantamiento de las mismas. Se subraya que España y la Unión Europea financian desde hace décadas a la dictadura criminal cubana, la cual “desestabiliza anaciones democráticas exportando represión, tortura y vínculos con el crimen organizado”.
Por ello es fundamental incluir a Cuba y sus dirigentes entre los aliados preferentes de Maduro y, tal como lo ha propuesto el Parlamento Europeo, “suspender el Acuerdo de Diálogo Político y de Cooperación entre Cuba y la Unión Europea, porque es suicida financiar a quien ordena los golpes”.
Colonización de Venezuela
El informe hace una semblanza de cómo el régimen cubano practica el internacionalismo llevando el socialismo marxista a otros países, una política de supervivencia instaurada luego de verificar el fracaso de la vía armada para lograrlo y de que cesara el financiamiento que la Unión Soviética le brindaba. Fidel Castro vio en Hugo Chávez el instrumento para lograrlo, luego de fracasara su intento con líderes democrático como Rómulo Betancourt.
La infiltración de la Fuerzas Armadas de los países democráticos fue una de la estrategia de Castro y allí el teniente-coronel venezolano se convirtió en su herramienta. Desde la visita que el militar venezolano realizara a La Habana el 13 de diciembre de 1994, Castro inició un trabajo dirigido a convertir a Chávez en presidente de Venezuela. Asesores cubanos trabajaron en la campaña electoral desde 1997, asevera el reporte.
Con la victoria de Chávez en 1998, comienza el proceso de subordinación ideológica de Venezuela a Cuba, para lo cual se puso en marcha la colonización que llegó al extremo cuando el mandatario venezolano propuso en 2007 “una confederación de dos países en uno”, una propuesta que consultada en referendo fue rechazada por los venezolanos.
Control cubano total
El suministro de 100 000 barriles de petróleo diarios que contribuyeron al incremento del PIB de una Cuba que estaba en bancarrota; el envío de personal cubano a Venezuela para administrar sectores estratégicos; fueron el comienzo del dominio cubano sobre el régimen, primero encabezado por Chávez y luego por su sucesor, Nicolás Maduro.
Esta penetración cubana incluyó el replicar en Venezuela el aparato de inteligencia cubano al mantener agentes infiltrados en toda la institucionalidad e instancias y ámbitos de la vida venezolana. Según el secretario general de la OEA, Luis Almagro, alrededor de 22 000 cubanos “se infiltraron en el régimen venezolano” con el objetivo de mantener a Maduro en el poder.
Cita que la agencia Reuters estableció en 2019 que, desde Cuba, incluso, se redefinieron “los sistemas de seguridad” para sofocar el disenso militar en la Fuerza Armada venezolana. Se cambió el objetivo del espionaje, abandonando las amenazas externas para centrarse en las propias fuerzas armadas.
Maduro, un hombre de Cuba
Cuba opera en el diseño de toda la arquitectura represiva aplicada por Maduro en Venezuela.
El informe refiere que Nicolás Maduro, sucesor de Chávez a su muerte por designación de este, es “un hombre de Cuba”, formado en la isla durante su juventud como integrante de la Liga Socialista. Tal condición lo “hizo confiable para el régimen de La Habana”. Es considerado “un peón más de Cuba en tablero venezolano”.
Con él en el poder “la presencia de Cuba en Venezuela llega a su momento álgido”, tanto que Luis Almagro asegura que el régimen cubano “es responsable de la represión y tortura en Venezuela”. La dictadura de los Castro y ahora Díaz Canel cumple un papel en Venezuela, no coyuntural, sino que opera en el diseño de toda la arquitectura represiva.
El Instituto Casla así lo ha denunciado y solicitó ante la Corte Penal Internacional que se investigue la “intervención del Estado cubano en la Comisión de Crímenes de Lesa Humanidad en Venezuela”.
Cuba artífice del fraude electoral
Cuba estaría tras el fraude electoral en Venezuela cometido por Nicolás Maduro el 28 de julio y, en tal sentido, el informe refiere que operó sobre el terreno desde el principio para para apoyar la estrategia y poner en marcha las fuerzas represivas.
Se hace referencia a información de prensa que reseña que el 30 de julio despegaron de La Habana al menos cuatro vuelos no regulares con destino a Caracas. Se trataría de personal de seguridad cubano destinado a la represión de las movilizaciones populares y para desmantelar el liderazgo opositor.
El papel del Cuba en la represión se reforzó con la designación de Diosdado Cabello en el Ministerio de Interior y Justicia, así como con el nombramiento de Leticia Gómez, cubana naturalizada venezolana, como ministra de Turismo.
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