VenePirámides
La coyuntura económica actual, marcada por altos niveles de escasez y de inflación, obligó al Ejecutivo nacional a revisar con detenimiento la situación de los alimentos que están sometidos al control de precios.
El rezago en los precios ha afectado los niveles de producción de los rubros básicos, y ha creado distorsiones a lo largo de la cadena de comercialización que terminan afectando el poder adquisitivo de los ciudadanos. Los alimentos regulados son vendidos muy por encima de los valores fijados por el Gobierno, lo que evidencia el fracaso de la política que se ha mantenido durante 10 años.
Esto conllevó a que los ministerios de Alimentación, Agricultura, Comercio y Finanzas analizaran con detenimiento la realidad de cada sector, concluyendo que es necesaria la revisión periódica de los precios regulados para lo cual se tiene que tomar en cuenta factores como las variaciones en los costos de producción que se han generado en los últimos meses y el ajuste cambiario aplicado en febrero.
En un punto de cuenta que habría sido elaborado por cuatro de los ministerios del área económica, y dirigido al vicepresidente de la República, Jorge Arreaza, se plantea la necesidad de revisar los precios de 10 rubros de la canasta básica: azúcar, aceites, pollo, carne de res, leche (cruda, pasteurizada y en polvo) , quesos, sardina en lata, harina de maíz precocida, pastas y pan de trigo salado.
«La propuesta surge en virtud de los rezagos presentes en los precios controlados, lo cual ha traído como consecuencias el desacato a la política del control y distorsiones de precios de venta al público. Esta situación ha afectado la producción y fomenta el comercio informal a precios especulativos, así como el contrabando de extracción», se lee en el papel de trabajo.
Tras las reuniones sostenidas con los sectores productivos, el Gobierno identificó el control de precios como uno de los factores que obstaculiza el desarrollo del aparato productivo. De hecho, el titular de las finanzas, Nelson Merentes, llegó a reconocer hace varias semanas que «cuando hay una política de precios, después de tres meses hay desviaciones».
Los ministerios someten a consideración del vicepresidente y del Presidente Nicolás Maduro, un cronograma de aumento de precios, que se ejecutaría en el período de julio de 2013 a febrero de 2014 y estaría entre dos y cuatro partes dependiendo del producto.
Esta revisión se plantea cuando la inflación del primer semestre ya llegó a 25% y solamente en alimentos fue 35,2%.
Según el punto de cuenta, se sugiere incrementar en 178% el precio del litro de aceite de mezcla, que se realizaría en cuatro tramos: 25% en julio; 20% en septiembre; 22% en noviembre y 12% en febrero de 2014. Con esto, el precio pasaría de Bs 6,54 a Bs 18,18 en siete meses.
Detalla el informe que el precio internacional de la materia prima es uno de los factores que incide en el ajuste y se sugiere excluir del control las presentaciones de maíz y de girasol, por el alto índice de escasez.
El kilo de azúcar recibiría un ajuste de 85% con respecto al valor actual de Bs 6,11. Si se aplican los aumentos de 21%; 18%; 15; y 13% entre los meses de julio y febrero del próximo año, el precio sube a Bs 11,30.
En el punto de cuenta se explica que para elevar el precio en esa proporción se tomaron en cuenta los costos de producción de la caña de azúcar, donde se observaron aumentos en los insumos, mano de obra, cosecha y transporte. En ese sentido, plantean realizar una clasificación del azúcar y aumentar los precios en toda la cadena para evitar que el azúcar de consumo doméstico se desvíe hacia las industrias.
La propuesta en pastas es incrementar en 161% el valor al consumidor. Serían cuatro ajustes de 40; 29; 22 y 18% respectivamente, igual entre julio y febrero del 2014, y con ello el precio pasa de Bs 4,33 a Bs 11,32.
El rezago en las pastas como en los aceites es profundo y el Gobierno ahora reconoce que la materia prima ha subido 20% en el mercado foráneo y estima que seguirá incrementándose.
El pan salado, que tiene 27 meses sin aumento, tendría un ajuste de 68%, detallado en tres partes: 23% en agosto, 18% en octubre y 16% en enero de 2014. En cambio la harina de maíz precocida recibirá un incremento de 72% (24% en agosto, 19% en octubre y 16% en enero) con los cual pasaría de Bs 5,93 el kilo a Bs 10,17.
Los ministros sugieren excluir la sardina enlatada del control, pero igual presentan un cronograma de ajustes en cuatro partes, en todas sus presentaciones.
El Ejecutivo admite que la revisión de 20% autorizada en mayo al precio de la carne de res, el pollo, la leche y el queso fue insuficiente para cubrir los costos de producción y compensar el rezago, por tal motivo, analiza otro aumento.
El cronograma sugiere subir entre 285 y 57% los precios de los distintos cortes regulados del pollo. El kilo pasaría de Bs 18,73 a Bs 29,40; luego de que se apliquen dos ajustes de 25% en julio y en octubre de este año. Recomiendan que se excluyan del control las presentaciones sazonadas y ahumadas «ya que son objeto de distorsión», pero se acota que «todas las presentaciones del rubro deben estar bajo regulación».
La carne de res al consumidor recibiría ajuste de 223% en los cortes de primera; 205% en los de segunda y 90% en los de tercera. Esto quiere decir que en noviembre de este año el kilo de carne costará Bs 88, luego de que se realicen tres ajustes en este segundo semestre.
En el caso de la leche cruda a puerta de corral el aumento será de 25% y 20% en agosto y noviembre, con lo cual el precio subiría hasta Bs 5,40 el litro. La leche pasteurizada será revisada en cuatro partes y pasaría de Bs 6,60 a Bs 15,40 la presentación de 900 cc. La lata de leche en polvo se elevará 73% entre julio y diciembre para alcanzar el precio de Bs 62,98.
Los quesos subirán entre 14% y 105% entre agosto y enero del próximo año, según está plasmado en el punto de cuenta, según reportó el diario El Universal.
Tomado de Imposibilidad de cumplir con el control de precios obligada a decretar aumentos de precios