La ingrata oposición en Venezuela prefirió ignorar las voces que más apoyan la libertad del país.
Por: Sabrina Martín
Fuente: PANAMPOST
Gobiernos como el de Estados Unidos, que más ha demostrado con hechos que busca la recuperación de la democracia, son ignorados por la oposición venezolana, que decidió sentarse a negociar una vez más con el chavismo. (Twitter)
Los actores internacionales que más han ayudado en la lucha para que la democracia vuelva a Venezuela, y que más logros han obtenido para golpear al régimen, también son hoy los que critican con mayor contundencia el sexto intento de diálogo entre la dictadura de Nicolás Maduro y la oposición. Pareciera que un ingrato Juan Guaidó le está dando la espalda a quienes le han tendido la mano.
Hasta la fecha, el régimen chavista ha utilizado todos los «diálogos» para perpetuarse en el poder, y la oposición venezolana sin querer —o queriendo— ha sido un factor fundamental para ello. ¿Por qué ignorar las críticas de quiénes más han aportado en la lucha por la democracia en Venezuela?
Mientras Europa, quien por medio de su Grupo de Contacto impulsa el diálogo, prefiere posponer las sanciones contra el régimen, y aún le cuesta reconocer a los embajadores de Guaidó, gobiernos como el de Estados Unidos, que han demostrado con hechos que busca la recuperación de la democracia, son ignorados por la oposición venezolana, que decidió sentarse a negociar una vez más con el chavismo.
El Gobierno de Estados Unidos, por ejemplo, es el que más ha emitido sanciones contra el chavismo por sus constantes violaciones a los derechos humanos y debido a la corrupción liderada por Maduro. Ha sancionado a más de 100 funcionarios del chavismo; estableció un embargo petrolero recortándole los ingresos a Maduro; su justicia ha investigado y condenado casos de narcotráfico y lavado de dinero desde la estatal petrolera PDVSA; y desde el Senado de ese país se impulsa una ley para presionar aún más al régimen.
EE. UU. sobre el diálogo
Fue este el primer gobierno en emitir sanciones y también el primero en recuperar las sedes diplomáticas de Venezuela para que la oposición, encabezada por el presidente Guaidó, pudiera manejarlas. Es, además, el país que ha congelado activos del chavismo y que dejó al principal activo de Venezuela en el extranjero, Citgo, en manos de Guaidó. Ningún otro país en el mundo ha actuado con mayor contundencia contra la dictadura, a tal punto de poner a disposición sus militares para lograr la salida de Maduro.
Es justamente este Gobierno el que ha expresado mayores críticas contra un diálogo infructuoso que muy probablemente perpetúe al régimen en el poder.
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, aseguró este sábado 25 de mayo que “el tiempo ha llegado para que Nicolás Maduro se vaya” del poder. Remarcó que, a su juicio, “el tiempo para el diálogo se acabó” y destacó que Estados Unidos hará lo necesario para ayudar a los venezolanos.
Por su parte, el Departamento de Estado de Estados Unidos emitió un comunicado en el que se asegura que esfuerzos previos para negociar el fin del régimen de Maduro y la convocatoria a elecciones libres fracasaron “porque el régimen los ha utilizado para dividir a la oposición y ganar tiempo”.
De acuerdo con el Departamento de Estado, “lo único que hay que negociar con Nicolás Maduro son las condiciones de su partida”. En esa línea, se indica que Estados Unidos espera que los diálogos en Oslo se centren en ello. “Y si lo hacen, esperamos que el progreso sea posible”.
¿Por qué entonces la oposición venezolana, liderada por Guaidó ignora la posición relevante del gobierno estadounidense, que es el que más ha respaldado a Venezuela en su misión por recuperar la democracia?
Guaidó también le da la espalda a Almagro
Lo mismo sucede con el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien se convirtió en una de las principales voces internacionales que ha condenado la violación a derechos humanos en Venezuela.
Almagro logró que desde la OEA se discutiera la aprobación de la Carta Democrática. Además fue el impulsor de un informe que se introdujo en la Corte Penal Internacional para denunciar a Maduro por crímenes de lesa humanidad.
El secretario general también logró la expulsión de los representantes de Maduro en la OEA y ayudó a que ese organismo reconociera a Juan Guaidó como el presidente de Venezuela.
“Si la situación no cambia en Venezuela, si Maduro sigue en el poder, ese es un costo que tendrán que pagar todos los países de la región”, dijo Almagro tras conocer que la dictadura y la oposición iniciarán un sexto intento de diálogo en Oslo. Además calificó de “equivocado” el enfoque de las conversaciones.
“Realmente ese acercamiento está equivocado […] Noruega todavía reconoce a Maduro, lo cual verdaderamente no ayuda, porque hay que llevar la negociación con Maduro diciendo ‘usted no es un presidente legítimo, usted tiene que dejar el poder’. Esa es la respuesta que se necesita para llegar a una solución”, sentenció
¿Por qué entonces la oposición venezolana, liderada por Guaidó, ignora la posición relevante del secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien ha sido pieza fundamental para que en el mundo se conozca la crisis que enfrenta Venezuela?
Otros aliados ignorados
Desde Europa, la eurodiputada Beatriz Becerra también se ha convertido en una voz clave en la lucha por la democracia en Venezuela. Tanto ella como Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, han condenado la dictadura de Nicolás Maduro, han reconocido a Guaidó como presidente (e) y han impulsado las sanciones contra el régimen. Gracias a sus esfuerzos, en enero la Unión Europea decidió sancionar a funcionarios del chavismo.
«¿Diálogo entre carceleros y encarcelados? ¿Entre torturadores y torturados? ¡Como si las fuerzas democráticas no hubieran agotado ésa y todas las vías justas hace tiempo!”, dijo Becerra en relación con el diálogo que se llevará a cabo en Noruega.
«Lo que nos mueve a muchos es precisamente la constatación de que el chavismo sigue actuando con brutalidad contra sus ciudadanos. Brutalidad policial y militar, y también brutalidad humanitaria: hambre y enfermedad». Beatriz Becerra
Y una vez más vuelve a hablar sin pudor de establecer un diálogo entre las partes… ¿Qué partes? ¿Diálogo entre carceleros y encarcelados? ¿Entre torturadores y torturados? ¡Como si las fuerzas democráticas no hubieran agotado ésa y todas las vías justas hace tiempo!
Sobre el diálogo en Noruega
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega confirmó en un comunicado que el Gobierno venezolano y la oposición acordaron enviar representantes para continuar el diálogo destinado a resolver las crisis política que enfrenta el país. Noruega dijo que facilitará las discusiones en Oslo la próxima semana.
La delegación de Juan Guaidó, integrada por Stalin González, Gerardo Blyde y el exrector del CNE Vicente Díaz, confirmó que asistirán a la reunión. Lo mismo hizo el régimen de Maduro, que enviará a su delegación formada por Jorge Rodríguez, Héctor Rodríguez y Jorge Arreaza.
Pareciera que Guaidó teme ser calificado como «intransigente» al no aceptar un diálogo auspiciado por el Grupo de Contacto, donde hay amigos del chavismo que lo impulsan. Sin embargo, si el diálogo, al igual que los otros, no prospera, el presidente (E) podría tener como argumento que el régimen utiliza las negociaciones para burlarse de los venezolanos y mantenerse en el poder.
Diálogos infructuosos
En enero de 2017, la oposición venezolana aseguró que no participaría más en negociaciones si el régimen no cumplía con los compromisos adquiridos, entre ellos la liberación de presos políticos, la aceptación de ayuda humanitaria y la presentación de un calendario electoral. Sin embargo, la dictadura no cumplió, y pese a ello la MUD ha cedido, con esta nueva negociación, tres veces más.
Y es que para Venezuela ha sido un “dolor de cabeza” cada intento de diálogo con el chavismo. Es en ese momento cuando los presos políticos son usados como “fichas de ajedrez”; liberan a algunos y apresan a otros.
Con los pasados intentos de negociación solo se multiplicaron los presos de consciencia, la crisis humanitaria se agravó y la oposición quedó expuesta ante el mundo. Mientras más cedía, más se fortalecía el chavismo.
Entre diálogo y diálogo la oposición optó por un referendo revocatorio que no tuvo éxito, porque fue desmontado inconstitucionalmente por la dictadura. En vez de exigir a toda costa que se ejecutara, la MUD lo dejó pasar.
Lo mismo sucedió con una prometida marcha al palacio presidencial de Miraflores, una manifestación exigida por el pueblo para presionar aún más al régimen de Maduro. Sin embargo, la misma MUD decidió posponerla bajo la excusa de un nuevo intento de diálogo con la participación del Vaticano. La dictadura no cedió, el Vaticano se paró de la mesa y la dirigencia nuevamente fue humillada.
Luego de ello, y con el paso de los meses, tras ese intento fallido de dialogar, la población venezolana salió a las calles descontenta, a la que se sumó una vez más la dirigencia opositora. Luego de cuatro meses de manifestaciones y la brutal represión que dejó como consecuencia más de 100 venezolanos muertos, surgió la necesidad de otras alternativas más radicales.
De allí la celebración de un plebiscito en el que, primero, se rechazaría la Constituyente; segundo, se daría una exigencia a los militares; y tercero, un mandato a la Asamblea Nacional con la conformación de un Gobierno de unidad nacional a través de la renovación de los Poderes; y, además, una “Hora Cero” que nunca llegó.
El mandato de la población nunca se ejecutó: la ilegítima Constituyente sigue vigente y los militares no cumplieron con el resultado del plebiscito.
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