Hace 23 años, en la madrugada del 12 de abril de 2002, un episodio en Fuerte Tiuna se convirtió en un símbolo de la volu…

Hace 23 años, en la madrugada del 12 de abril de 2002, un episodio en Fuerte Tiuna se convirtió en un símbolo de la voluntad inquebrantable. El entonces presidente Hugo Chávez, detenido tras los sucesos del 11 de abril, se mantuvo firme ante la exigencia de renuncia por parte de altos mandos militares y representantes de la Conferencia Episcopal Venezolana, incluyendo al entonces secretario general, Monseñor José Luis Azuaje Ayala.
La escena, capturada en una imagen donde se observa la tensa despedida de Chávez del presidente de la CEV, Monseñor Baltazar Porras, con la presencia de Azuaje, reflejó la presión ejercida desde diversos sectores. Sin embargo, Chávez no cedió.
Este hecho, más allá de su contexto histórico específico, puede interpretarse como una metáfora de la persistencia del pueblo venezolano a lo largo del tiempo. Así como aquella madrugada ni la influencia de la Iglesia, representada en la figura de Azuaje, ni el poder militar pudieron obligar a Chávez a renunciar al mandato popular, la historia reciente sugiere que tampoco las diversas presiones y desafíos han logrado que el pueblo venezolano abandone su búsqueda de verdad, justicia y un futuro mejor.
¿Qué reflexiones te genera este episodio histórico y su posible conexión con la actualidad venezolana? ¡Comparte tu opinión en los comentarios! #LaTabla

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