Gustavo Marturet pone la lupa en la importancia de pedir cuentas claras en PDVSA

Gustavo Marturet

En Venezuela, quinto exportador de crudo mundial, el tema petrolero es vital. La importancia que reviste es esencial si se toma en cuenta cómo depende la economía del país de la renta petrolera. Actualmente, los ingresos por la vía de las exportaciones petroleras marcan la pauta en la agenda de discusión nacional. PDVSA no vende al BCV todos los dólares que capta por ese concepto –y por ley debería hacerlo– y nadie sabe a ciencia cierta cuánto entra. Por si fuera poco, hay una guerra encarnizada de cifras en torno a la producción real de crudo en el país. Por eso es que, cuando diversos sectores exigen cuentas claras, administración eficiente y transparencia en las operaciones de la estatal petrolera, no lo hacen por capricho.

Hoy, en su reporte diario, el Banco Mercantil trae datos interesantes. Presenta la relación de las exportaciones petroleras de Venezuela con las de otros países, y da cuenta de la extrema importancia del tema en la nación. El año pasado el valor nominal de las exportaciones petroleras venezolanas fue de 32 mil 500 millones de dólares, o sea, casi 12 mil millones de dólares más altas que en 2003 y 76% por encima a lo registrado en los últimos diez años. Según el reporte, “esa cifra representa 1,5 veces las exportaciones globales de Chile; 2,3 veces las exportaciones globales de Colombia y cerca de cinco veces las exportaciones globales de Ecuador”. Pero eso no es nada: según los analistas del Mercantil, si el precio del petróleo se mantiene en 40 dólares y no hay cambios significativos en la producción, este año los ingresos por ese concepto podrían alcanzar los 40 mil millones de dólares. Es decir, “cerca de la mitad de las exportaciones globales de un gigante industrial como Brasil, cuya población es siete veces superior a la venezolana”.

De ahí su importancia. Por eso urge claridad en las cuentas. Por eso es necesario poner orden en la estatal petrolera. Porque, como dice el análisis del Mercantil, “sólo una porción de estos ingresos por exportaciones petroleras se convierten en aportes al fisco”. Y eso no puede ser.