Ante los resultados sin respaldo anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), el candidato presidencial de la Plataforma de la Unidad Democrática (PUD), Edmundo González Urrutia y su impulsora, María Corina Machado, denunciaron la comisión de un fraude electoral en Venezuela. Un estudio académico descarta alteración de las actas publicadas por la oposición venezolana, tal como ha acusado el oficialismo.
El análisis fue realizado por Dorothy Kronick, profesora adjunta en la Escuela Goldman de Políticas Públicas de la Universidad de California en Berkeley, quien se dedicó a la revisión en razón de que entretanto, la campaña de González Urrutia afirma que los datos reflejan los votos reales emitidos el día de las elecciones, el gobierno venezolano afirma que los datos son falsos y que Nicolás Maduro ganó las elecciones.
La catedrática explica que “el doble rastro en papel generado por el sistema de votación electrónica de Venezuela (un recibo de boleta para cada votante y una hoja de conteo o acta para cada máquina de votación), prácticamente descarta el fraude o la invención por parte de la campaña de González, tal como como ha descartado el fraude el gobierno en muchas elecciones anteriores. Concluyo que los datos de la campaña de Edmundo González reflejan casi con certeza el voto real emitido”.
Kronick está dedicada al estudio de la política latinoamericana contemporánea, con especial atención a la política venezolana y las políticas de delincuencia y de policía. Anteriormente, entre 2016 y 2022, fue profesora adjunta de la Universidad de Pensilvania, adscrita al Departamento de Ciencias Políticas.
Lea también: Corrupción chavista: la catastrófica gestión de Rafael Ramírez para el patrimonio de Venezuela (Parte I)
Las razones del estudio
Refiere Dorothy Kronick que tanto el gobierno de los Estados Unidos como los principales medios de comunicación de ese país afirman que Edmundo González Urrutia derrotó al actual presidente Nicolás Maduro en las recientes elecciones presidenciales de Venezuela. Una aseveración que contradice lo sostenido por Maduro, quien asegura haber ganado.
Kronick justifica el escepticismo reinante, toda vez que las actas publicadas por la campaña de González dicen que este obtuvo 7,3 millones de votos en el 83 % de las mesas de votación en las que pudo recolectar actas. Esto llevaría a que probablemente obtuviera casi 8,5 millones de votos en el electorado general. Es decir, medo millón de votos que los obtenidos por Hugo Chávez en las elecciones presidenciales de 2012.
La campaña de Edmundo González sugiere que Maduro obtuvo unos 4,1 millones de votos, una cantidad apenas superior que lo alcanzado por el oficialismo en las elecciones regionales de 2021. Advierte que las encuestas que aseguraban el triunfo de González también sobrestimaron la votación opositora en las últimas elecciones.
“Por estas razones, no es necesario desconfiar de la propia María Corina Machado (Ellner, 2024) para albergar dudas sobre las afirmaciones de la campaña de González: de ser ciertas, estos resultados electorales son extraordinarios”, reza el estudio.
El voto electrónico en Venezuela
El estudio de Dorothy Kronick analiza en primer lugar el sistema de votación electrónica de Venezuela, el cual comienza con la identificación de los votantes a través de sus huellas dactilares. Advierte lo difícil de la suplantación de votantes que, aunque de cierto ocurren, son pocos y espaciados.
Refiere que los miembros de mesa en Venezuela son seleccionados aleatoriamente entre los electores registrados. Igualmente, explica el proceso de votación en la máquina de votación en el que los votos nulos son bastante esporádicos. Posterior a esto la máquina emite un comprobante que el elector revisa para certificar su veracidad y luego lo deposita en la urna de votación. Al final de la jornada, la máquina imprime un acta de totalización y luego los transmite al Consejo Nacional Electoral.
“Otra virtud del sistema de votación electrónica de Venezuela es que los conteos incluyen un código QR en la parte inferior que arroja una versión de texto de los conteos compatible con una hoja de cálculo: no es necesario ingresar datos ni utilizar OCR con fallas”, apunta el estudio.
Señala la presencia en el proceso de los testigos de los candidatos, así como la auditoría de un porcentaje de urnas seleccionados al azar, para certificar que los resultados coincidan con los de las actas de totalización arrojados por las máquinas de votación.
Apunta que el CNE había cumplido con la publicación de los resultados desglosados por mesa de votación, salvo en tres ocasiones:
la elección de una constituyente en 2017;
un referéndum en 2023;
y la elección presidencial del 28 de julio de este año 2024.
Figura 1: El rastro de papel en el sistema de votación electrónica de Venezuela El sistema de votación electrónica de Venezuela produce un doble rastro de papel: uno basado en los recibos de papeletas de los votantes individuales, un segundo basado en las actas de conteo que cada máquina imprime al cierre de la votación (actas). Cuando los recuentos manuales de los recibos de papeletas, las actas impresas a máquina y los recuentos a nivel de las máquinas de votación publicados en línea coinciden, esta triple congruencia descarta el fraude en el recuento.
La experiencia venezolana con el voto electrónico
El estudio de Dorothy Kronick refiere que Hugo Chávez eligió este sistema de votación electrónica en un momento en el que contaba con el apoyo popular, tenían grandes ingresos, mantenía el control y la oposición había cometido grandes errores.
“Chávez no necesitó perpetrar fraude en el recuento; necesitaba defender sus cuentas reales contra falsas acusaciones de manipulación. Y el sistema funcionó notablemente bien para ese propósito”.
Indica que “En las dos décadas transcurridas desde la instalación del sistema de votación electrónica de Venezuela, en muchas ocasiones ha validado conteos cuestionados publicados por el gobierno y, en otras ocasiones, ha proporcionado pruebas claras de fraude en el conteo gubernamental”.
Advierte que el sistema de votación electrónica no protege contra la intimidación de los votantes de la oposición, la movilización forzada de votantes progubernamentales o el uso de recursos gubernamentales para la campaña.
Deja abierta la posibilidad de la comisión de fraude durante el referendo revocatorio contra Chávez de 2004. Recordó que se estableció una auditoría al 1 % por ciento de las urnas electorales que no fue seleccionada al azar como se dijo. Por esto, la auditoría no pudo descartar la posibilidad de que el consejo electoral haya manipulado el otro 99 % de las máquinas no auditadas.
Kronick cree que “el registro en papel pueda ahora confirmar o refutar la validez de los recuentos a nivel de máquina de votación publicados por la campaña de Edmundo González Urrutia”.
Vea en Sin Filtros “El apoyo de México a Maduro, la reforma judicial y AMLO”