La actividad industrial está desahuciada. Líneas de producción detenidas y empresas de diversos sectores al borde de paradas indefinidas por la conjugación de las barreras que impone el modelo económico son parte de la realidad.
Durante años la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) denunció que el «cerco» impuesto a la actividad empresarial atentaba contra el aparato productivo y provocaría consecuencias negativas en la economía. Esta semana desde ese gremio se alertó que la situación llegó a un punto peligroso.
«Estamos en el inicio de una crisis que podría acentuarse», dijo Eduardo Garmendia, presidente de Conindustria. Las cifras oficiales, que revelan una escasez de 29%, y las del propio gremio sustentan la preocupación.
En el primer trimestre del año la industria apenas empleó 48,02% de su capacidad instalada, de acuerdo a la encuesta de coyuntura realizada por Conindustria. Para encontrar un dato tan bajo hay que retroceder hasta el tercer trimestre de 2003, cuando la economía sufría las consecuencias del paro petrolero. Desde entonces la tasa de utilización nunca estuvo por debajo de 50%, según las cifras de los industriales.
En el engorroso entramado burocrático que deben cumplir las empresas para obtener la materia prima están algunas de las causas del actual panorama. Desde el año pasado funcionarios del área económica han reconocido que las trabas burocráticas limitan la producción, pero poco es lo que se ha hecho para cambiar esa situación.
El ex ministro de Industrias, Ricardo Menéndez, admitió en mayo de 2013 que la «carga de trámites» afecta a las empresas hasta el punto de que incide en sus costos y en la distribución de los productos al mercado. En las reuniones celebradas las últimas semanas entre empresarios y el Ejecutivo nacional el reclamo se ha repetido.
«La Ley determina los tiempos de respuesta, no lo que el funcionario quiera, eso está reglamentado y en este momento nos dicen: te voy a hacer un favor, antes tardaba 120 días en darte un Certificado de No Producción (CNP), te lo voy a bajar a 50, ¿Debo celebrarlo cuando la Ley dice que en máximo 30 días el Estado debe contestarme cualquier petición?», señaló Garmendia.
Se refería, a modo de ejemplo, a la obtención de los CNP, un trámite que es vital para que las industrias puedan solicitar las divisas ante el Centro Nacional de Comercio Exterior (Cencoex). «Nunca lo dan en el tiempo que ellos dicen porque la administración es muy lenta, es muy deficiente», insistió.
Ese apenas es un paso dentro del entramado burocrático que se ha levantado y que ha impuesto en la dinámica empresarial una compleja nomenclatura para explicar el largo proceso que va desde la compra de materia prima e insumos en el exterior hasta la producción final de un bien.
«Eso no son sino regulaciones e imposiciones que dificultan la actividad, eso es lo que nosotros decimos que hay que desmontar el cerco a la actividad económica y eso es parte del cerco», expresó el presidente de Conindustria.
Sólo en la operación relacionada con la tramitación de las divisas las empresas deben pasar, al menos, cinco barreras burocráticas. Además de la obtención del CNP, deben firmar un «contrato de fiel cumplimiento para operaciones cambiarias», solicitar Autorización de Adquisición de Divisas (AAD) y una vez que se formalice el «Cierre de Importaciones (CIM), podrá proceder a reclamar la Autorización de Liquidación de Divisas (ALD).
Cuando llegaron a esa instancia las compañías ya han superado una serie de requisitos que demuestran el cumplimiento de obligaciones fiscales o laborales, entre otras, y finalmente deberán enfrentarse a la burocracia de los puertos locales, según reportó el diario El Universal.
Tomado de Falta de divisas y burocracia acaban con la industria venezolana (y el dolar @70)