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El poder adquisitivo de la población pierde empuje ante el avance de la inflación. Aunque nominalmente el ingreso promedio de los hogares venezolanos ha mejorado, en términos reales la historia es diferente.
El estudio «Situación del consumidor venezolano y los efectos en consumo», realizado en conjunto por las encuestadoras Nielsen de Venezuela y Datos, reveló que en el tercer trimestre de 2011 con respecto al cuarto trimestre de 2010, el poder adquisitivo del estrato socioeconómico C menos -que agrupa 13% de la población- cayó 19% en términos reales, y se ubica en 4.946 bolívares promedio por hogar.
A pesar de que el ingreso promedio de los venezolanos ubicados en el estrato D creció 12% en términos nominales, durante el lapso evaluado, en valores reales disminuyó 8%, y se ubica en 3.477 bolívares promedio.
El menor descenso se observó en el estrato socioeconómico E, donde está reflejado 53% de la población. El estudio reveló que mientras el valor del poder adquisitivo aumentó 14%nominalmente, en términos reales cayó 6%.
Alie Charr, vicepresidenta de Datos, explicó durante su ponencia en el foro «Crecer es posible», que realizó la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios (ANSA), que este comportamiento se debe a que «los ingresos que están recibiendo los hogares versus la inflación que hay en el país no les alcanza para comprar lo más básico».
Señaló que el gasto para el mantenimiento del hogar en 2011 se ha incrementado respecto al año anterior, pues 76,4% del ingreso se está destinando para eso, lo que deja sólo 23,6% para los gastos personales.
En cuanto a la distribución del gasto por hogar, 34,4% se destina para cubrir educación, salud, servicios básicos y telecomunicaciones, entre otros; 30% del ingreso se va en la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas; 19% en productos de consumo, como bebidas alcohólicas, higiene y cuidado personal y limpieza del hogar; y 15,7% para pago de deudas y ahorro familiar.
Ante la escasa capacidad que tiene el ingreso real, las familias han tenido que reordenar sus prioridades. Según el estudio, 40% de la población manifestó estar dispuesta a reducir gastos de misceláneos; 30% en telecomunicaciones; 23,2% en bebidas alcohólicas; 22,9% en peluquería; 20,4% en entretenimiento; 19,1% prefiere sacrificar las comidas fuera de casa y 8,9% recortaría en ropa y calzado.
Sin embargo, a pesar del ajustado presupuesto, el consumidor venezolano no está dispuesto a reducir los gastos en productos de higiene y cuidado personal, según manifestó 61,5% de los consultados por Datos. 56,4% considera que alimentos y bebidas es una categoría «inamovible».
Educación, transporte público, salud y limpieza del hogar entran en las prioridades del consumidor venezolano.
El desvanecimiento del poder adquisitivo se ha traducido en una contracción del consumo. De acuerdo con las mediciones de Nielsen de Venezuela, el consumo masiva en general se contrajo 7,4% en agosto de este año. Sin embargo, la caída se viene evidenciando desde diciembre
Pedro Manosalva, director general de Nielsen de Venezuela, explicó en el foro que «durante el último año lo que hemos observado es una caída muy fuerte en consumo, que ya ha llegado a niveles volumétricos de 7%». Eso en un escenario de crecimiento en precios de 32% y con una inflación interna promedio de 25,8%.
Apuntó que la caída del consumo es generalizada: cuidado personal retrocede 9,2%, mantenimiento del hogar 3,2%, licores 6,3%, bebidas no alcohólicas 15,2%, cesta básica incluyendo licores cae 7,4%, y otros alimentos 3,4%.
Los canales de ventas tradicionales son los más afectados, con resultado negativo de 9,6% en agosto. Manosalva indicó que de las 109 categorías que mide la encuestadora 68% muestran decrecimiento; 13% están estables y 19% en crecimiento.
En cuanto a la sensación de desabastecimiento, el estudio reveló que 72% cree que es difícil conseguir aceite, 80% dice leche, 57% azúcar, 40% mantequilla, arroz 22%, carne 9%, café 26%, pollo 10%, medicinas 12% y harina de maíz 6%, según reportó el diario El Universal.
Tomado de En la Robolución bonita de Chávez, la inflación se come a los más pobres