VenePirámides
Uno de nuestros lectores nos hizo llegar un reportaje de CNBC que reseña que varios bancos, dos de ellos en los Estados Unidos, se enfrentan a un renovado escrutinio como consecuencia del esfuerzo de los inversionistas y reguladores en desenmarañar la estafa piramidal capitaneada por “Sir” Allen Stanford. Uno de los puntos bajo análisis es qué sabían esos bancos respecto de los retiros masivos que Stanford hizo de ellos a través de los años.
En el centro de estas interrogantes está un informe presentado ante el tribunal por contador forense Karyl Van Tassel de la firma FTI Consulting. Van Tassel fue contratado por el Síndico Ralph Janvey.
Si bien los reguladores americanos sostienen que uno de los mayores obstáculos para descubrir el fraude es que involucraba Certificados de Depósito (CD’s) emitidos por Stanford International Bank, un banco off-shore domiciliado en Antigua, el contador sostiene en su informe que prácticamente ningún dinero fue a parar a esa isla. En su lugar, fue a las cuentas de otras empresas del Grupo Stanford en bancos en los Estados Unidos y Canadá.
El informe señala que entre el 1 de enero de 2008 y el 17 de febrero de 2009 se depositaron USD 2.100 millones en el Toronto Dominion Bank de Canadá; otros USD 624 millones fueron depositados en el Trustmark National Bank, que tiene su sede en Mississippi, y USD 801 millones fueron depositados en el Bank of Houston.
El contador forense dice que los depósitos bancarios se utilizaron para pagar “rendimientos” a inversionistas que habían depositado previamente en SIB, lo que constituye la esencia de una estafa piramidal, así como para financiar otras empresas de Stanford y el suntuoso estilo de vida de “Sir” Allen.
Si bien las instituciones financieras suelen mantener cuentas en otros bancos, conocidas como “cuentas de corresponsalía”, los inversionistas de Stanford sostienen que las cuentas pudieron haber proporcionado una ventana para que los reguladores investigaran lo que terminó siendo un inmenso fraude.