Fuente: Noticias Candela/ExpresaME
El lunes 22 de julio de 2019 la ex-fiscal general de Venezuela Luisa Ortega Díaz arrancó una gira europea comenzando por Madrid, donde se reunió con personalidades del mundo político, pero en realidad el centro de aquel viaje fue Ginebra, donde tenía marcada dos importantes actividades, una era verse con la doctora Michelle Bachelet, y la otra ir al edificio situado en Route de Chancy 6B, 1213 Petit-Lancy, donde operan las oficinas de la Procuraduría (Fiscalía) General de Ginebra, Suiza. Ella llevaba una encomienda especial y secreta, rescatar a dos de los implicados en el mil millonario robo contra PDVSA, Francisco Morillo y Leonardo Baquero allá enjuiciados y arrestados producto de un proceso criminal por lavado de dinero que se tramita en el expediente P/3072/2018
De qué se trata
Según el abogado venezolano Carlos Ramírez López, una megabanda hamponil se adueñó de la otrora poderosa industria petrolera de Venezuela para ponerla aparentemente al servicio de una revolución, pero en realidad para saquearla, tarea que se encomendó por primera vez al ex-ministro petrolero Rafael Ramírez quien la ejecutó concienzuda y despiadadamente tras la criminal e inolvidable puesta en escena por Hugo Chávez sonando un pito en cadena nacional de radio y televisión para despedir con burla al personal mejor capacitado de PDVSA -18.000 de ellos- a lo que prosiguió un inhumano ataque de sus bandas armadas en Los Semerucos en Falcón, sacando a rastras, con plomo y lacrimógenas a los residentes de aquella urbanización donde vivían cientos de trabajadores y sus familias. Inmediatamente después de aquella razzia se iniciaron las actividades de la organización delictiva que lo primero que hizo fue copar los sistemas informáticos de la compañía para manejar sus negocios.
Un robo continuado por más de 14 años
Como narran las reseñas del periodismo de investigación, Maibor Petit y Casto Ocando entre otros, un pequeño empresario de nombre Wilmer Ruperti se atrevió a boicotear el paro de trabajadores de PDVSA, iniciado en diciembre de 2002. Así se ganó la simpatías de Chávez quien le dio patente de corso para hacer y deshacer allá adentro y rápidamente ubicó lo que sería una mina de oro, el centro computarizado, desde donde se manejan las actividades comerciales que incluyen subastas para la adquisición y comercialización de los productos, así como la fijación de precios para la compra y la venta. Un negocio tan grande necesitaba muchas manos y Ruperti trabó fuertes relaciones con Francisco Morillo y Leonardo Baquero. Era la cabeza de la organización que parasitó a la empresa robándole más de 10 mil millones de dólares.
La banda se dividió
Una trama de temas amorosos, infidelidades conyugales y ambición de dinero llevó a la ruptura del equipo de bandidos. Una fracción quedó con el poder de la compañía, la otra se extendió por distintas partes del mundo, lavando el dinero obtenido de aquella actividad. El grupo quedante organizó un plan judicial para quitarle a la otra la parte del botín que se había llevado. De allí nace la creación de un contrato de fideicomiso que firmaron en New York el entonces presidente de PDVSA, Nelson Luís Martínez y el procurador Reinaldo Muñoz, al cual PDVSA le cedió los derechos a perseguir los dineros con que se quedó ese grupo, del que casi un 80 por ciento se quedarían los abogados contratados para ejercer las acciones legales y los financistas de los juicios.
La acción penal en Ginebra
Al caerse en primera instancia la demanda en Miami, aún cuando continúa por apelación, impulsaron la que ya habían sembrado en Suiza por la vía penal y la cual inició el procurador Reinaldo Muñoz. La acción fue incoada expresamente contra Francisco Morillo y Leonardo Baquero. El Fiscal de Ginebra ordenó la incautación de gran cantidad de bienes y dineros que tenían en bancos y también les dictó orden de captura que se cumplió, pero luego les dieron libertad bajo fianza y con grilletes en los tobillos. Estos dos ya antes habían tenido relación con el actual procurador que nombró Juan Guaidó, el doctor José Ignacio Hernández a quien habían contratado como experto para que diera una opinión en el juicio en Miami.
Los reos de Ginebra contactaron a José Ignacio Hernández
Abogados de Morillo y Baquero le llevaron al procurador, doctor José Ignacio Hernández, copia de la acusación que se tramitaba en Ginebra y le pidieron que les ayudara. Hernández lo hizo pero a través de Luisa Ortega Díaz. Según dijo el abogado Carlos Ramírez López: “Por ello nos sacaba el cuerpo y desatendió nuestra petición de que se apersonara en el juicio para impedir el robo y para castigar a los ladrones. Por eso evadió nuestra reiterada petición de que nos diera copia de la carta que dijo haber enviado a las autoridades Suizas. Le explicamos que era para reforzar nuestro caso allá en Ginebra. De tanto insistirle un día dijo que nos la daría pero nos mintió, faltó a su palabra”.
Luisa Ortega Díaz cumplió su parte
Luisa Ortega Díaz está involucrada en esta trama. El expediente de Ginebra es secreto sumarial. La única manera de enterarse de su contenido es siendo parte. Luisa Ortega tenia copia sin ser parte, se la dio el doctor José Ignacio Hernández, quien la obtuvo de sus clientes Reinaldo Morillo y Leonardo Baquero. Asegura el abogado Ramírez López: “Y digo “sus clientes” porque ellos le contrataron y pagaron honorarios a él y al doctor Rafael Badel Madrid para actuar como expertos en este mismo juicio. Fue así como ella redactó el escrito que llevó ante el Procurador de Ginebra, escrito hecho para salvar a Morillo y a Baquero, pues solo se reduce a atacar las actuaciones del procurador de Maduro, el tal Reinaldo Muñoz, señalando que: “es un ilegítimo, no puede actuar en nombre de Venezuela ni de PDVSA”. Es el único argumento que ayuda a los ladrones porque busca la nulidad de todo el proceso, con el consiguiente levantamiento de las medidas de aseguramiento de bienes producto del robo a PDVSA y a que le quiten los grilletes a los reos dejándolos en tranquilo uso, goce y disfrute de ese mega botín”.
Diferencia de peticiones
“Nosotros lo que hemos pedido es que se prosigan las investigaciones. Que se persiga a los delincuentes que han saqueado a PDVSA y los activos incautados se pongan a disposición del presidente Guaidó. Con razón ni José Ignacio Hernández, ni Luisa Ortega Díaz han querido apoyarnos, ellos andan en dirección opuesta. Y pensar que yo llegué a creer en que sí habían los angelitos negros de Andrés Eloy Blanco”, señaló Carlos Ramírez López.
Etiquetas: corrupción pdvsa, Luisa Ortega Díaz, Rafael Ramirez, Wilmer Ruperti
Tomado de El rescate suizo de la ex-fiscal General de Venezuela Luisa Ortega Díaz y del procurador de Guaidó