El estratégico papel de China en el control social de Venezuela

Es innegable y fundamental el papel de China en el control social de Venezuela, el cual ejerce mediante la vigilancia y ataque a la disidencia al régimen de Nicolás Maduro. Se trata de una acción de alta complejidad, dadas las repercusiones que tiene en materia de seguridad.

Preocupa al Partido Comunista de China la repercusión que para la estabilidad interna y las influencias externas tiene todo el escenario venezolano actual. Por ello, intensifican el control respecto a narrativas críticas a regímenes aliados, tal como el de Nicolás Maduro en Venezuela.

El gobierno chino suministra a Venezuela diversas tecnologías de vigilancia, principalmente, sistemas de control y monitoreo que fortalecen las capacidades del régimen chavista.

China vendió a Venezuela una variedad de tecnologías de vigilancia que se utilizan para el control social y la represión de la oposición. Estas tecnologías incluyen sistemas de identificación biométrica, plataformas de monitoreo de redes sociales y cámaras de vigilancia avanzadas con capacidades de reconocimiento facial.

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¿Qué tecnologías vendió China a Venezuela?

A continuación, se desglosan y analizan algunas de estas tecnologías:

1. Sistema de identificación biométrica:

ZTE, empresa china de telecomunicaciones, fue la encargada de desarrollar el Carnet de la patria.

Venezuela implementó un sistema de identificación biométrica conocido como el “Carnet de la Patria”. ZTE, empresa china de telecomunicaciones, fue la encargada de desarrollar este instrumento que almacena información personal, historial médico, datos de votación y está vinculado a programas de subsidios del gobierno.

Este sistema permite al gobierno venezolano controlar el acceso a servicios y beneficios esenciales, tales como beneficios salariales, creando una dependencia directa de la población hacia el régimen. Además, facilita el monitoreo de la actividad política de los ciudadanos, lo que podría disuadir la participación en actividades opositoras por temor a represalias.

2. Plataformas de monitoreo de redes sociales:

China proporcionó a Venezuela software y sistemas para monitorear las redes sociales. Estos sistemas permiten el rastreo y análisis de la actividad en plataformas como X (antes Twitter), Facebook e Instagram, lo que le permite al régimen la identificación y persecución de disidentes.

La capacidad de monitorear redes sociales en tiempo real facilita al gobierno una rápida actuación contra aquellos que critican al régimen. Esto representa una herramienta poderosa para la represión, puesto que la información sobre movimientos opositores puede ser obtenida y utilizada para desarticular protestas o encarcelar a líderes disidentes.

3. Cámaras de vigilancia y reconocimiento facial:

El régimen venezolano, con la ayuda de empresas chinas, desplegó cámaras de vigilancia en varias ciudades, las cuales están equipadas con tecnología de reconocimiento facial. Estas cámaras están conectadas a centros de control que monitorean el movimiento de personas en áreas públicas.

El reconocimiento facial permite al gobierno identificar y rastrear a individuos en tiempo real, lo que facilita la represión de manifestaciones y la detención de personas buscadas por sus actividades políticas. Este tipo de vigilancia crea un ambiente de constante supervisión, lo que limita la libertad de movimiento y expresión de los ciudadanos.

4. Sistemas de intercepción de comunicaciones:

China también equipó a Venezuela con tecnología para interceptar y monitorizar comunicaciones electrónicas, tales como llamadas telefónicas y correos electrónicos. Estos sistemas son utilizados por las agencias de seguridad del Estado para obtener información sobre opositores y planificar operaciones de represión.

La capacidad de interceptar comunicaciones privadas es una herramienta clave en la guerra contra la disidencia. Esto permite al gobierno neutralizar amenazas antes de que se materialicen, al conocer los planes de la oposición, sus redes de apoyo y sus estrategias.

Conclusión: China refuerza la capacidad de control de Maduro

La venta de estas tecnologías de vigilancia por parte de China a Venezuela refuerza la capacidad del régimen de Nicolás Maduro para mantener el control sobre la población y suprimir la oposición. Este apoyo tecnológico fortalece la alianza entre ambos países, cimentada en una visión compartida de gobernanza autoritaria.

Sin embargo, también plantea serias preocupaciones sobre los derechos humanos, en virtud de que estas herramientas son utilizadas para restringir las libertades civiles y políticas en Venezuela.

El uso de tecnología de vigilancia avanzada en Venezuela es un ejemplo de cómo los regímenes autoritarios pueden modernizar sus métodos de control social, mediante el incremento de su capacidad para reprimir a los ciudadanos con eficacia y discreción.  

La implicación a largo plazo de este desarrollo es un mayor aislamiento de la población, la erosión de la confianza pública en las instituciones y el endurecimiento del régimen, lo que dificulta cualquier transición hacia un sistema más democrático.

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Tomado de El estratégico papel de China en el control social de Venezuela