Ataques a la prensa, fondos para financiar viajes, campañas y cabildear a favor de una dirigencia desprestigiada. Mañas en la oposición idénticas al chavismo
Por: Orlando Avendaño
Fuente: Pan Am Post
Familiares de opositores vinculados al Estado. Amenazas a quienes cuestionen el comportamiento de la oposición. Blood money. (Archivo)
«No me importa qué pase en Venezuela. Si gana este o el otro. Al final, yo siempre caeré de pie».
La frase es del empresario Alejandro Betancourt. No puedo mencionar aquí quién me la dijo, muy cercano al hombre, pero no importa. Betancourt, bocazas, natural de quien se cree imperturbable, lo grita. Ha puesto billete en muchos lados, su dinero en muchos bolsillos, y la apuesta es grande.
El primer ataque
El primero de agosto de 2018 publiqué un artículo en este medio, el PanAm Post. Se titulaba Hawkers: la empresa con dinero robado a Venezuela que crece en España y el mundo. A propósito de que la marca española de lentes de sol había salido en la portada de Forbes, quisimos hacer un recuento sobre las muy malas referencias acerca de la compañía.
«Sin tener malicia, uno pudiera suponer que la calidad de las gafas es tan buena, que el manejo de las redes ha sido tan eficiente, que simplemente se trata de una marca demasiado bien llevada. No obstante, hay un nombre que se omite al relatar la historia: Alejandro Betancourt», escribí en ese momento al referirme a la publicación de Forbes.
El artículo no fue tan extenso y cuenta la historia de cómo Hawkers, una empresa pequeña, se convirtió en la segunda compañía del mundo en venta de lentes de sol luego de que un empresario venezolano le inyectara 50.000.000 €.
Alejandro Betancourt, el empresario, hizo su fortuna gracias a contratos en el sector eléctrico con el régimen de Nicolás Maduro. El medio El Español lo relató muy bien en un artículo al respecto: «Su nombre no es muy conocido. Su trayectoria en España ha sido corta pero intensa. Él, junto con su primo Pedro Trebbau López, forman un grupo de jóvenes empresarios venezolanos que hicieron fortuna hace varios años en el país latinoamericano gracias a varios contratos importantes del Estado».
Por contar esa historia, que no supuso sino una superficial búsqueda en internet, la empresa Hawkers amenazó al PanAm Post. Es la primera vez que se hace público.
El 6 de agosto de 2018 el Departamento de Comunicación de Hawkers nos escribió al correo de contacto.
«En la información publicada en su página web PANAM POST, el 1 de agosto de 2018 y titulada “Hawkers: la empresa con dinero robado a Venezuela que crece en España y el mundo”, cuyo enlace es el siguiente PANAMPOST, se realizan afirmaciones falsas y tendenciosas en relación con el origen del dinero invertido en la compañía Hawkers», se lee en el email.
Luego vino la amenaza: «Les solicitamos que eliminen/rectifiquen cualquier cuestionamiento al origen del dinero invertido en la compañía, así como la puesta de en duda de su éxito, con la mayor urgencia (…) De no producirse la eliminación/rectificación con urgencia, nos veremos obligados a ejercitar de inmediato las acciones legales de todo orden que procedan».
Jamás se le respondió y el impasse no trascendió. Pero fue la primera advertencia de los hábitos de estos tipos. Aparentemente, estos son los vicios, bastante autoritarios y abusivos, de Alejandro Betancourt, dueño de la empresa Compañía de Inversiones Agrícolas Trieste SL, una fachada de su verdadero negocio: Derwick Associates SL.
Las relaciones nada comprometedoras de Acción Democrática (y el segundo ataque)
Uno de los socios en Derwick Associates de Alejandro Betancourt es Francisco D’Agostino. Compañeros de causa, también comparten enemigos. A ambos los han demandado el diplomático y empresario Otto Reich y el activista de derechos humanos, Thor Halvorssen —este último acusó a Derwick y a su directiva de pagar sobornos de US$ 50 millones al número dos del chavismo, Diosdado Cabello—. También los investiga el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
No obstante, lo importante a subrayar acá es que Francisco D’Agostino es, también, cuñado del jefe de uno de los partidos políticos más longevos de Venezuela.
Henry Ramos Allup, secretario general de Acción Democrática, está casado con Diana D’Agostino, hermana de Francisco e hija del empresario Franco D’Agostino. Aunque el dirigente presuntamente opositor ha sostenido que no tiene ninguna relación con el socio de Derwick Associates es imposible que su parentesco no genere ruido.
El periodista de investigación Alek Boyd, quien «lleva tiempo estudiando el entramado familiar de Ramos Allup», publicó en julio de 2018 una serie de tuits sobre la relación entre la corrupción boligurgués de Derwick y el líder de Acción Democrática.
«Franco D’Agostino, padre de Diana D’Agostino, uno de los llamados doce apóstoles de CAP [Carlos Andrés Pérez] es un hampón de alta alcurnia. Era en aquel tiempo uno de los contratistas mimados de los adecos», escribió Boyd.
«Luego está el delfín, Francisco D’Agostino. Trepador, como el padre. Contratista, como el padre. Hampón. Casado con la hija de otro hampón: Víctor Vargas del banco BOD, socio de Alejandro Betancourt (…) Entre otros guisos, Francisco se asoció con Cisneros y ofrecieron un préstamo a Harvest, una empresa gringa que ya tenía presencia en una asociación estratégica con PDVSA. ¿El propósito? Meterse en guisos de petróleo, fuente de corrupción infinita en Venezuela».
Lo que relata el periodista de investigación Boyd es inquietante. Y agrega, además, que los hijos del «opositor» Henry Ramos Allup también podrían estar comprometidos en casos de corrupción con el Estado venezolano.
Hace unas semanas el periodista venezolano Alex Vallenilla acusó al PanAm Post de tener instalado minadores web con el fin de decodificar criptomonedas sin la autorización de los usuarios. «Entras a la página web y de una vez toman el control del CPU, tu equipo se pone lento», dijo el 14 de abril de este año.
En el sitio PanamPost tienen instalados minadores web, entras al mismo y de una vez te toma el control del CPU, tu equipo se pone lento, se ponen a minar criptomonedas sin tu autorización, eso es anti-ético en este mundo web.
El esfuerzo por desacreditar al PanAm Post no le salió bien. Más de 90 personas le respondieron, cuestionándolo, y Vallenilla tuvo que rectificar: «Dejo claro entonces que el sitio web del PanAm Postno está usando código de minador web. Se verificó hoy y no es así».
Pudiera ser un caso aislado pero sobresale la experiencia profesional de Vallenilla. Redactor y articulista en los medios Zeta y El Nuevo País, ambos propiedad del periodista venezolano Rafael Poleo, quien a lo largo de su vida ha militado en el partido Acción Democrática.
La opinión de Poleo es la de Henry Ramos Allup, me dice alguien que los conoce a ambos. Otra persona, bastante informada, me asegura: «Ambos se llaman hasta cinco veces al día». El periodista Rafael Poleo, polémico y provocador de oficio, no guarda ni la simpatía de su hija, la periodista Patricia Poleo, quien asegura que su padre maneja turbiamente la política y sus relaciones. «Se va por caminos equivocados», le dijo Patricia Poleo a Jaime Bayly sobre su padre en una entrevista.
Y vale recordar, a propósito de la mención, lo que pensaba el presidente Carlos Andrés Pérez sobre el viejo periodista Poleo: «Es uno de los farsantes más canallescos que ha tenido Venezuela y, sin embargo, sigue ocupando una posición de significación en el país, se le escucha».
El exmandatario, depuesto en 1993 en parte gracias a una conspiración tramada por Henry Ramos Allup y otros diputados de su mismo partido, le dijo al escritor Ramón Hernández para su libro Memorias Proscritas que Poleo «era un peligroso farsante, un hombre completamente amoral, sin moral de ninguna clase, y muy peligroso para cualquier movimiento democrático».
El tercer y cuarto ataque
Él estaba asqueado y por eso me contactó. Es un periodista de renombre, conocido en Venezuela, que trabaja para uno de estos nuevos y populares medios audiovisuales que transmiten por YouTube.
«Estoy asqueado de este país, en serio», me insistió. Lo que más le incomodaba era ver cómo su dirigencia, esa que presuntamente se opone al régimen de Nicolás Maduro, comparte mañas con el chavismo.
«Representantes de la Mesa de la Unidad Democrática y el Frente Amplio llamaron a la junta directiva del medio en el que trabajo para manifestarle su malestar por mis cuestionamientos políticos en Twitter a los dirigentes». Esa fue la denuncia. Me permitió divulgarla solo si lo hacía manteniendo la condición de anonimato, suya y del medio.
Propiamente lo que le incomodó a parte de la dirigencia opositora fue un tuit suyo sobre el diputado y segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional, Stalin González, miembro del partido de Manuel Rosales, Un Nuevo Tiempo. El periodista, de cierta edad y reputación, no sabe exactamente de quién vino la orden para que le llamaran la atención. Pero intuye y especula: «Fue Un Nuevo Tiempo y Acción Democrática».
Este episodio, que no logró callarlo, le recordó lo que le ocurrió a otro colega hace unos meses atrás. «A otro amigo también lo intentaron callar de la misma forma. Eso fue cuando la votación sobre si declaraban persona non grata al expresidente Zapatero», me contó. En ese momento, este otro periodista publicó la lista de quienes no respaldaron vetar al español. Por la imprudencia de ese periodista también le llamaron la atención al reconocido medio digital en el que trabajaba.
Etiquetas: Bolichicos, Derwick Associates Corp, Henry Ramos Allup, pdvsa
Tomado de El dinero sucio que amenaza a medios e impulsa «opositores» en Venezuela