«El Colorao” Nelson Bustamante en el radar federal de los EEUU

Nelson Bustamante

La estación del FBI en Republica Dominicana, cuyas oficinas funcionan en la embajada de los EEUU, ya ubicó a NELSON RAFAEL BUSTAMANTE ABIDAR, mejor conocido con el alias «El Colorao” empresario chavista venezolano, socio de Gustavo Petricca, Pedro León (preso), Jhonnathan Marín (prófugo), hermanos Urbano Fermín (prófugos) y Pedro García (testigo protegido). Bustamante es hermano paterno del también Nelson Bustamante actor y animador de esa misma nacionalidad.

«El Colorao» es investigado por lavar dinero proveniente de la estatal petrolera venezolana PDVSA en algunos bancos de los Estados Unidos a través de empresas de amigos y familiares. Lo que ha obligado a la oficina del FBI de la Embajada investigar a este empresario Chavista, y que en conjunto con las autoridades dominicanas iniciaron una revisión de los movimientos financieros e inmobiliarios de este sujeto en la Isla.

Nelson Bustamante “Alias el Colorao” esta relacionado con otro empresario chavista que reside temporalmente en Miami Florida, de nombre Pedro García, acusado de narcotráfico en el 2016 en el Estado Anzoátegui en Venezuela y quien se acogió al programa federal de protección de testigos.

Alias “El Colorao”, mantiene un nuevo esquema de contratación y corrupción con empresas mixtas de la estatal petrolera PDVSA, tras el colapso de las empresas investigadas dentro y fuera de de ese país, la relación con los empresarios, uno de ellos Panama Papers, Rafael Ciarcia (cementos y líneas aéreas) y Gabriel Kurbaji (turismo).

Bustamante en el 2017 solicitó una visa de Inversionista para residir en los EEUU y le fue negada por las autoridades norteamericanas. Hoy reside en una importante zona exclusiva de Santo Domingo, donde una vez que culmine la investigación de las autoridades dominicanas y estadounidenses,  será procesado por lavado de activos, donde se determinará si lesionó el sistema financiero de los EEUU con la apertura de cuentas y en muchos de los movimientos, donde no reportó el origen de los fondos.

Hasta ahora Abidar había escapado de los motores de búsqueda de internet, producto en buena medida de los caros servicios de corporaciones dedicadas a «limpiezas» de reputación.