A los nicaragüenses no les sonó desconocido el nombre de Wang Jing cuando, el pasado 14 de junio, el Presidente Daniel Ortega anunció su denominación como el socio con quien Nicaragua iba a construir el sueño del Gran Canal Interoceánico.
Ya en noviembre de 2012 el gobierno nicaragüense le había adjudicado a la empresa china Xinwei Telecom Enterprise Group (Ver sitio) la tercera licencia de telefonía celular. Wang Jing es el «chairman» de dicha compañía. A pesar de que se presentaron siete compañías a la licitación, esta supuestamente se amañó para que ganara Xinwei, al estipular que el oferente debería tener experiencia en bandas 3G y 4G con el estándar ITU-RM 1801-1 que, curiosamente, solo se utiliza en China y el suroeste asiático.
Rápidamente corrieron los rumores sobre la manipulación de los términos de la licitación y los vínculos entre Wang Jing y Laureano Ortega, hijo del Presidente y a quien se asocia con la agencia de inversión ProNicaragua. Se rumora que el precio de la concesión se bajó de 90 millones de dólares a 20 millones. Xinwei prometió invertir 700 millones de dólares en la primera etapa del proyecto y 2.000 millones en 2015. Se planeaba proveer servicios de voz, datos, video, trunking y acceso a internet. Hasta la fecha no se ha tendido un solo cable. En la supuesta sede de la compañía en Managua hay solo cuatro empleados nicaragüenses que tienen prohibido dar cualquier información.
En su website Xinwei anuncia que son los proveedores número uno del mundo de 4G con su tecnología McWill. Supuestamente son proveedores de servicios en 20 países. Pero cuando se visita el sitio web de McWill (www.mcwill.net undefined) para saber en qué consiste la tecnología que conquistó al mundo en 4G, los vínculos no funcionan. Es una fachada solamente. En realidad, analizando la página web de Xinwei es imposible saber a ciencia cierta qué es lo que hacen.
Dado el éxito de la concesión de comunicaciones, el «empresario» Wang Jing y Daniel Ortega decidieron unirse para construir el Gran Canal Interoceánico de Nicaragua, en el cual se invertirán 40.000 millones de dólares. Wang Jing montó la empresa HKND Group (Ver sitio) en noviembre pasado y firmó un contrato con Ortega donde, en forma increíble, el Banco Central de Nicaragua renuncia a la inmunidad soberana (Ver Anexo 6 del acuerdo) a favor de Wang Jing.
El día anterior al anuncio, la Asamblea nicaragüense aprobó una Ley que viabilizaba el controvertido contrato, otorgado a dedo y sin ningún tipo de licitación. El Acuerdo tiene más de cien páginas donde estipula, entre otros, que»..en consideración de los beneficios mutuos que se derivan del … Gran Canal Interoceánico de Nicaragua….el Banco Central de Nicaragua (el «Banco Central») acepta irrevocable e incondicionalmente…renunciar a cualquier derecho de inmunidad soberana que pudiese tener, y se compromete a no invocar la inmunidad en ningún procedimiento». «El Banco Central de manera irrevocable e incondicional….renuncia [a] cualquier derecho de inmunidad soberana……con relación al reconocimiento, exigibilidad o ejecución de cualquier sentencia….incluyendo… la renuncia…respecto a gravamen o ejecución contra cualquiera de sus bienes… (Incluyendo cualquiera de sus cuentas bancarias, ya sea a nombre propio o no) y donde sea que estuviere ubicada».
Esto quiere decir, nada más y nada menos, que el Banco Central de Nicaragua renuncia a la soberanía sobre las reservas internacionales y se las puede entregar a Wang Jing y sus asociados, quienes fuera que sean. Para desgracia de los beneficiarios, estas ascienden a sólo 1.885 millones de dólares. Como referencia, las reservas internacionales de Colombia son del orden de los 40.000 millones dólares, el costo total propuesto del proyecto del Canal.
El «Patrocinador», como se le llama a Wang Jing en el contrato, es liberado de toda responsabilidad contractual, impuestos, derechos de importación e IVA para sus compras dentro y fuera de Nicaragua. No existen impuestos tampoco para los empleados y la ley laboral no aplica.
Pero como para construir el canal y todas las obras adicionales que se anuncian -canal seco, un oleoducto, un aeropuerto, un puerto en el Caribe, un puerto en el Pacífico, una zona de libre comercio en el Atlántico y otra en el Pacífico- se deben comprar tierras y propiedades, el acuerdo le otorga al Patrocinador «el derecho irrestricto de usar la tierra, aire y espacio marítimo…donde se desarrollarán los trabajos de construcción…derechos irrestrictos para…extraer, almacenar y usar el agua y todos los otros recursos naturales … y…. entregarle al Patrocinador títulos libres de gravamen de todas las propiedades… sin contraprestación alguna a cambio». De manera que no solo se entregan las magras reservas internacionales, sino que el señor Jing y sus asociados pueden expropiar cualquier propiedad o terreno en Nicaragua, sea de un particular o del Estado.
Lo que Colombia percibió como un acto de agresión, la construcción del canal interoceánico que desembocaría en aguas territoriales colombianos, que era parte del complot del fallo de La Haya, no es más que una gran estafa ideada probablemente por los círculos más altos del gobierno, «socio» en este proyecto, para robarse los pocos recursos que le quedan a Nicaragua, el país más pobre de Centro América.
Wang Jing también se había comprometido con otros proyectos, como la construcción y lanzamiento del satélite Nicasat-1, que costará 300 millones de dólares y cuya construcción debería haber empezado para marzo de este año. Tampoco se ha visto actividad en ese frente. No se sabe si se ha pagado suma alguna.
A pesar de que se ha dicho que Wang es una fachada del gobierno chino, lo cierto es que Nicaragua tiene relaciones diplomáticas con Taiwan y no con China continental.
La empresa promotora del Canal HKND (Ver sitio) fue creada en Islas Cayman el 7 de noviembre de 2012. El sitio web dice que tiene amplia experiencia en construcción. Según dice la escritura es una unidad de HK Nicaragua Canal Development Investment Co., Ltd. de Hong Kong, compañía que a su vez registra un capital de 1200 dólares. Wang Jing es el único miembro de junta y la secretaría la ejerce una firma de abogados. La dirección de contacto es el hotel Four Seasons de Hong Kong.
Se supone que los estudios de factibilidad los hará McKinsey y figura Stefan Matzinger como consultor. Li Chuan es el abogado vinculado a la firma Kirkland & Ellis International LLP en Shangai que presta los servicios legales y Ronald MacLean-Abaroa, un ex diplomático boliviano, encabeza las relaciones públicas. Este ha manifestado públicamente que no sabe quiénes son los socios del señor Wang Jing en el proyecto. O tal vez lo sabe y no lo puede decir.