El Departamento de Justicia de Estados Unidos calificó a TD Bank como una organización criminal tras descubrir que la entidad facilitó el lavado de cientos de millones de dólares para cárteles de la droga colombianos. En una medida sin precedentes, el banco fue sancionado con una multa histórica de 3.000 millones de dólares, lo que representa la mayor sanción jamás impuesta bajo la Ley de Secreto Bancario en la historia del país. A lo largo de casi una década, TD Bank permitió que redes de lavado de dinero transfirieran más de 670 millones de dólares a través de sus cuentas, beneficiándose de la actividad ilícita mientras ignoraba las regulaciones antilavado.
Facilitadores del crimen
El esquema criminal fue tan extendido que no solo involucra a la institución bancaria como tal, sino también a empleados a distintos niveles que participaron activamente en el lavado de dinero. Investigaciones revelaron que trabajadores del banco aceptaron sobornos, utilizaron tarjetas de débito para sacar su parte y ayudaron a facilitar las transacciones ilegales. Un gerente incluso llegó a bromear sobre el tema, diciendo: “Ustedes realmente necesitan cerrar esto. Jajaja”, según reportaron las autoridades.
Durante este período, TD Bank procesó más de 18,3 billones de dólares en actividades financieras de clientes sin el control adecuado. Estas cifras gigantescas incluyen los ingresos de cárteles colombianos, que utilizaron las cuentas del banco para mover más de 39 millones de dólares vinculados directamente al tráfico de estupefacientes.
Inacción y complicidad
El banco ignoró repetidas señales de alerta y no presentó informes de actividad sospechosa a pesar de las numerosas irregularidades. Fue solo cuando la policía intervino que TD Bank tomó alguna acción. En lugar de cumplir con los protocolos legales, la entidad priorizó las ganancias, lo que permitió que los ingresos ilícitos fluyeran libremente. De esta manera, no solo facilitaron, sino que se convirtieron en cómplices del crimen organizado, al punto de que algunos empleados participaron directamente en la conspiración para abrir cuentas usadas en el esquema de lavado de dinero.
Según las autoridades estadounidenses, este es uno de los casos más atroces de incumplimiento de normas bancarias en la historia reciente de EE.UU. La gravedad de las faltas cometidas por TD Bank no se reduce a negligencia o errores operativos; la entidad permitió deliberadamente que sus servicios se convirtieran en herramientas convenientes para criminales, dando lugar a un ambiente de impunidad.
Consecuencias históricas
El Departamento de Justicia no solo impuso la multimillonaria multa de 3.000 millones de dólares, sino que también presentó cargos penales, lo que convierte a TD Bank en el primer banco en Estados Unidos en declararse culpable de lavado de dinero a gran escala. “TD Bank creó un entorno que permitió que los delitos financieros prosperaran al hacer que sus servicios fueran convenientes para los delincuentes”, indicó un portavoz del Departamento de Justicia.
Este caso subraya la importancia de mantener mecanismos efectivos de cumplimiento y supervisión en el sector bancario. Las fallas sistémicas de TD Bank no solo han dañado su reputación, sino que también han puesto en riesgo la seguridad financiera de EE.UU., al permitir que dinero procedente del narcotráfico circule libremente.
Impacto global
El caso ha provocado un terremoto en la industria bancaria, generando preocupación sobre cómo otras instituciones pueden estar implicadas en actividades similares. TD Bank, uno de los principales bancos de América del Norte, ahora enfrenta un largo camino de recuperación, no solo en términos financieros, sino también en términos de su relación con los reguladores y el público. La complicidad con el lavado de dinero de cárteles colombianos no solo afecta a los involucrados en este escándalo, sino que también tiene implicaciones globales para el control del crimen organizado y las finanzas internacionales.
Las autoridades estadounidenses han advertido que seguirán tomando medidas contundentes contra cualquier institución financiera que facilite el crimen, con el objetivo de evitar que casos como este vuelvan a ocurrir.