Delcy Rodríguez: la canciller sin modales del régimen de Maduro

Delcy Rodríguez

Ya los venezolanos hemos visto cómo actúa la canciller del régimen de Nicolás Maduro, Delcy Eloina Rodríguez Gómez.

Carece de conocimiento sobre las relaciones internacionales, no tiene idea lo que significa la etiqueta y el protocolo, tiene un languaje soez, se comporta de manera arbitraria, no respeta a sus colegas y representa lo que muchos han llamado la diplomacia escatológica de Venezuela.

Delcy Rodríguez ha personificado varios eventos que han generado vergüenza entre sus conciudadanos, entre ellos el ocurrido pasada semana cuando uno de los presentes en Quito dejó conocer que las pestilentes flatulencias de la “diplomática” venezolana le amargaron la vida a los cancilleres que acudieron al encuentro en Quito para lograr un acuerdo en presencia de los cancilleres de Ecuador, Uruguay, Colombia y Venezuela, luego de que el régimen de Maduro expulsara a cientos de colombianos de Venezuela.

Su comportamiento le ha permitido ganar fama entre los cancilleres latinoamericanos, quienes por lo general esquivan su presencia para evitar caer en discusiones que no tienen fin y que van a compañadas de insultos y acusaciones sin fundamentos.

Perfil de la canciller del régimen de Maduro

Delcy Eloina Rodríguez Gómez, nació en Caracas el 29 de abril de 1970. Esta abogada egresada de la Universidad Central de Venezuela, UCV.

Es hermana del expresidente del Consejo Nacional Electoral, ex vicepresidente y ahora alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez. Su padre Jorge Rodríguez, fundó el partido marxista Liga Socialista y murió bajo custodia de la DISIP —otrora policía política— en julio de 1976.

Es especialista en Derecho Laboral en París, Francia y se desempeñó como docente de la Universidad Central de Venezuela. En el campo gremial, ocupó la presidencia de la Asociación Venezolana de Abogados Laboristas.

Ocupó la Dirección de Asuntos Internacionales del ministerio de Energía y Minas en 2003 y en 2005 fue vicecanciller de Relaciones para Europa. De allí pasa a ser ministra del Despacho de la Presidencia en 2006. Salió del cargo, a los pocos meses, se rumora, pues habría cometido la “osadía” de “desafiar” a Chávez. Luego cuando Jorge Rodríguez asumió la Vicepresidencia de la República, volvió a las filas gubernamentales, dirigiendo la Coordinación General.

Para 2013, es designada por Nicolás Maduro como ministra de Comunicación e Información. Su designación como Canciller o Ministra del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, ocurrió el 26 de diciembre de 2014, en sustitución de Rafael Ramírez Carreño. Desde que esto ocurrió, se insiste en repetir que es la primera mujer en ocupar la Cancillería venezolana.

De abogada a “sapa”

Desde que asumió la cartera de Comunicación e Información, Rodríguez, dejó atrás su bajo perfil y pasó a convertirse en una de las figuras del gobierno de Nicolás Maduro con más figuración pública. Su cuenta en Twitter, @DrodriguezMinci, desde entonces es un medio por el que se hacen importantes —y no tan importantes, también— anuncios al país. Desde allí se hace eco de lo que dice el Presidente y arremete muy seguido contra la oposición venezolana.

Uno de sus más tristes anuncios desde el Ministerio de Comunicación e Información fue publicar el 2 de enero de 2014, una lista con los nombres de 27 periodistas y dirigentes opositores que pasaron sus vacaciones de diciembre fuera del país. Un hecho que no reviste delito alguno sobre todo si estas personas cubren sus gastos con su propio bolsillo, algo que no puede asegurarse de dirigentes oficialistas quienes a costa del erario público y sus bienes, suelen vacacionar por el mundo, según ha acusado reiteradamente la oposición venezolana. Desde ese momento, Delcy Rodríguez pasó a ser, a decir de muchos, la voz de la dictadura. Y mientras para el gobierno es combatiente y “mártir, para la oposición sólo se trata de una “enchufada” y “sapa”.

¿Ministerio de Comunicación o “trinchera de guerra”?

En lugar de convertirse en un despacho para el encuentro y el entendimiento, el Ministerio de Información pasó a ser una especie de “trinchera de guerra” desde donde Delcy Rodríguez atacaba a todo aquel que cometiera el atrevimiento de criticar o tan solo manifestar su desacuerdo con las políticas gubernamentales.

Una y otra vez se enfrentó a la oposición y a medios de comunicación internacionales, a los cuales insistió en denunciar por el su estilo de cobertura de las noticias relacionadas con Venezuela. Para ella resultaron inaceptables las reseñas de la prensa internacional sobre las protestas y manifestaciones violentas que se suscitaron desde febrero de 2014 en 18 ciudades del país.

A la gestión de Delcy Rodríguez le correspondió convertirse en una de las más oscuras de la historia de Venezuela en lo que respecta a política de medios. Y es que, de octubre de 2013 a agosto de 2014, la organización no gubernamental Ipys Venezuela, ente que hace seguimiento a casos de agresión contra la libertad de información y periodistas, hizo un registro en el que formula 30 alertas en los que se vio involucrada directamente la ministra.

Censura indirecta

Igualmente, durante el periodo de Delcy Rodríguez al frente del despacho de Comunicación, la información se convirtió en un problema para los medios impresos, los cuales desde los primeros meses del año 2014, vieron cómo se agudizaba un problema que ya venía afectándolos: la crisis del papel por falta de divisas para la compra.

En tal sentido, la ya citada Ipys, reveló en un informe que en el mes de enero de 2014 por lo menos 21 medios impresos tenían dificultades para adquirir dólares para importar papel periódico. Vale recordar que durante casi toda la gestión chavista y ahora madurista, ha imperado en Venezuela un férreo control de cambio. En mayo de ese mismo año, Delcy Rodríguez reconoció la existencia de irregularidades en el proceso de otorgamiento de las divisas.

Pero su declaración no se podía quedar de ese color, sino que prefirió acompañarla con una acusación: la de que los medios compraban el material a dólar preferencial para revenderlo a precio del mercado negro o paralelo.

Lo cierto es que esta política restrictiva se ha convertido en una medida de presión para censurar a los medios de comunicación, en pocas palabras, se ha convertido en una política de chantaje.

Venta de medios

El lamentable desempeño de Rodríguez también se evidencia en un hecho que parece haberse agudizado con su gestión: La presión gubernamental sobre los propietarios de medios de comunicación a fin de obligarlos a vender. Así, medios cuya línea editorial es crítica al gobierno son atacados por todos los flancos hasta que sus dueños, ahogados, terminan vendiendo a los postores que desde el Ejecutivo, se dice, compran a precio de gallina flaca y, una vez propietarios, se vuelven dóciles y complacientes con el gobierno. No pocas voces en Venezuela afirman que estos compradores no son otra cosa que serviles testaferros de altos funcionarios de la administración pública venezolana.

Así tenemos, que en abril de 2013 se concretó la venta del canal de televisión privado Globovisión; en octubre de 2013, la Cadena Capriles, propietaria de un conglomerados de medios impresos —Últimas Noticias (el de mayor circulación en el país), El Mundo y Líder— fue vendida y se convirtió en Grupo Últimas Noticias.

Cabe acotar sobre esta particular venta, que el bloguero Alek Boyd, sostiene que Delcy Rodríguez le ofreció un cargo directivo a Miguel Ángel Capriles Cannizaro, medio hermano del antiguo presidente, Miguel Ángel Capriles López. Las dos ramas de la familia Capriles sostuvieron durante años una disputa por la herencia del grupo de medios. Capriles Cannizaro contó también esta historia a una periodista consultada por la web Poderopedia.

Después de la venta, la línea editorial dio un giro violento hacia el chavismo y los periodistas denuncian censura en la redacción.

En julio de 2014, ocurre la venta del centenario periódico El Universal y desde esa fecha se denuncia el ejercicio censor desde la presidencia del medio.

En la mayoría de los casos, los nombres de los compradores permanecen en el misterio, pues las operaciones se hacen bajo las fachadas de empresas extranjeras que ocultan la identidad de los verdaderos propietarios.

Las garras de Delcy Rodríguez parecen tener largo alcance, pues se extienden más allá de las fronteras venezolanas.

En febrero de 2014, arremetió contra el periodista de CNN, Fernando del Rincón, a quien acusó de ser un “golpeador de mujeres” y de “hacer de la estulticia el guión de un programa”. Tiempo después el comunicador fue despedido.

También con Rodríguez como ministra de Comunicación, ocurrió el cese de la señal del canal colombiano, NTN24, por transmitir las incidencias de las manifestaciones contra del gobierno de Nicolás Maduro.

El cerebro de la alcaldía de Caracas

Se afirma que Delcy Rodríguez es el “cerebro” de las decisiones que su hermano Jorge Rodríguez asume desde su despacho como alcalde de Caracas.

“Ella es ‘el cerebro’ de las decisiones que toma el alcalde y es la encargada de vigilar todos los extremos jurídicos para que su hermano salga bien librado”, aseguró un trabajador de la alcaldía al periódico venezolano Tal Cual.

Según ese mismo periódico, la Rodríguez abofeteó a un camillero de la capitalina Clínica Ávila, en una ocasión en que su hermano sufrió un accidente automovilístico y el personal médico se tardó en atenderlo.

Como Cancillería le tocó cargar sobre sus hombros el fracaso de las giras presidenciales de Nicolás Maduro por Rusia y el Medio Oriente en un intento infructuoso por recuperar los precios petroleros, la crisis de relaciones con Guyana, Colombia, Estados Unidos y ser personificar lo que ha sido probablemente una de las peores épocas de la diplomacia venezolana, llamada por los vecinos la Diplomacia escatológica de Nicolás Maduro.

Pancaliente.info