VenePirámides
En el sector empresarial persiste la incertidumbre. Las señales del Ejecutivo nacional sobre el pago de la deuda por concepto de importaciones no liquidadas son poco alentadoras. En la práctica se ha incumplido con los proveedores del extranjero las condiciones de pago para la importación de mercancía, lo cual coloca a los importadores en situación de incumplimiento o «default». Mientras no se produzca el pago, los proveedores habituales no despacharán más mercancía.
Aunque las últimas semanas diversos gremios han consignado ante el Ejecutivo nacional los montos que adeudan las empresas a sus proveedores y los requerimientos mínimos para reactivar las importaciones, las autoridades aún no garantizan las soluciones.
La semana pasada el ministerio de Industrias propuso a compañías de sectores como el químico, plástico o el automotor cancelar la deuda con petróleo, bauxita, aluminio y bonos. Los funcionarios de ese despacho explicaron poco sobre cómo operaría ese esquema, pero algunas empresas han rechazado la idea.
«Nosotros dijimos que sólo requerimos el pago en efectivo para cancelar a nuestro proveedor y aún estamos esperando respuesta», afirmó un empresario del sector automotor.
«Fuimos tajantes, las materias primas no son nuestro negocio y los proveedores están solicitando el pago en efectivo de las deudas», señaló un empresario ligado al sector salud.
En la información que los gremios consignaron se plantearon alternativas para honrar los compromisos con el exterior. En algunos casos, se solicitó el 50% del pago de la deuda para recobrar la confianza de los proveedores y, en otros, se exigió un tercio de la deuda.
Al impago se le suman otros obstáculos. Empresas del sector plástico tienen mercancía en aduana desde noviembre y no han podido disponer de ella porque el Ministerio de Petróleo y Minería no ha autorizado los permisos de importación. Entre los productos que están ahí se encuentra el material que se utiliza para elaborar las etiquetas de los empaques, pero algunos insumos están en almacenes in bond y otros en abandono legal.
El retraso en el desembolso de divisas tiene repercusiones en la banca. Para importar las grandes empresas recurren a cartas de crédito, es decir, una garantía que recibe el exportador de que en caso de contratiempos, un banco del extranjero le pagará en la fecha convenida el costo de la mercancía enviada a Venezuela.
La empresa venezolana necesita que su banco en el país tenga líneas de crédito con entidades financieras del exterior para que éstas emitan la carta al exportador. A su vez, el banco venezolano le pide a la empresa que importadora que coloque una garantía en divisas para respaldar la carta de crédito.
Como Cadivi no ha desembolsado las divisas, el riesgo de una cadena de eventos adversos aumenta. Hasta ahora los bancos del exterior no han pedido a las entidades financieras venezolanas que les devuelvan las divisas, pero de ocurrir habría un impacto sobre las posiciones en dólares. Luego los bancos venezolanos ejecutarían la garantía en dólares entregadas por las empresas, que de esta manera, registrarían pérdidas.
De acuerdo con las normas de la Sudeban si la carta de crédito está pendiente por más de 270 días, las entidades financieras tienen que provisionar esta operación. De no haber una extensión del plazo, lo previsible es que bancos venezolanos ejecuten garantías para no tener que constituir provisiones por montos elevados que disminuirían los beneficios al cierre del ejercicio, según reportó el diario El Universal.